Un ‘chatín’ feliz
Cargado de emoción estuvo el pensamiento de Arturo Fernández al encontrarse de nuevo ante un telón. “Qué maravillosa profesión. Y qué difícil a la vez. Los teatros son nuestra casa: pasamos más horas encima del escenario y en el camerino que en nuestro propio hogar”. Esa declaración de amor a la escena la acompañó con una exageración sobre su avanzada edad, poniendo de manifiesto su incombustible humor: “Me faltaron apenas unos meses para venir a la inauguración del Reina Victoria, que abrió sus puertas hace 100 años”.
El asturiano recogió el testigo de su compañera de homenaje al hablar de Sobera como “un valiente” por haberse convertido en empresario del teatro. Y se despidió del numeroso público que ocupaba el patio de butacas con un apelativo que ya es emblema: “Chatines, sed felices”.
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, puso el colofón al acto con cálidas alabanzas a Velasco y Fernández, ovacionadas entre los espectadores. “Estos actores han estado tan ocupados cumpliendo sueños que nunca han tenido tiempo de dormir”, sentenció. Por aquello de seguir bromeando con las cosas de la edad, el integrante del Ejecutivo se mostró convencido de que no llegará al bicentenario del teatro “porque esto de la política cansa mucho”. Vaticinó, sin embargo, que Concha y Arturo sí estarían presentes. “Siempre y cuando encuentren un hueco en su agenda de estrenos”, matizó las risas del respetable.
Porque el público es respetable siempre, faltaría más, pero en el evento del Reina Victoria era, además de todo, ilustre. Nombres como los de Pedro Ruiz, Ángel Ruiz, María José Cantudo, Raúl Sender, María Kosty, Kiti Manver, Valentín Paredes, Rosa Valenty, Claudia Gravy, Fernando Chinarro, Lucía Álvarez o David Tortosa aplaudían desde las butacas, donde también podía verse a Paolo Vasile, el presidente de Mediaset. No en vano, Sobera triunfa ahora mismo como presentador de First dates en Cuatro, una de las cadenas del gigante mediático.