Raúl Arévalo se ha convertido en pocos años en uno de los actores favoritos de nuestros mejores directores, cuando aún seguimos alabando su poderosa interpretación en La isla mínima, de Alberto Rodríguez, que le valió una nominación al Goya. Anteriormente, destacó en Los girasoles ciegos (José Luis Cuerda, 2008) y Primos (Daniel Sánchez Arévalo, 2011). “Puede parecer que hay caos en la película, pero en realidad todo funciona como un mecanismo de relojería”, señala Arévalo, del que están en cartel Las ovejas no pierden el tren, de Álvaro Fernández Armero, y Negociador, de Borja Cobeaga. El gaditano Julián Villagrán estrenó el pasado año Ciudad delirio, de Chus Gutiérrez, y en 2013 logró el Goya al mejor actor de reparto por Grupo 7, del mencionado Alberto Rodríguez. “Ha sido un placer trabajar con Isaki en un proyecto tan inusual y repleto de imaginación”, dice Villagrán, intérprete también de Extraterrestre (Nacho Vigalondo, 2011).
No es la primera vez que el polémico cantautor Albert Pla se pone delante de las cámaras. Ya lo hizo en A los que aman (Isabel Coixet, 1998) u Honor de cavalleria (Albert Serra, 2006); pero Murieron por encima de sus posibilidades es su papel más importante hasta la fecha. “Si la crítica o el público tacha la película de mal acabada, será porque estoy yo, que hago canciones mal acabadas, declaraciones mal acabadas y, en definitiva, soy un tipo muy mal acabado”, ironiza Pla, al que pronto veremos en Rey Gitano, de Juanma Bajo Ulloa. El quinteto de locos que quieren solucionar pacífica o violentamente la crisis económica lo cierran Iván Telefunken, músico y artista polifacético que ha actuado con las bandas de Pascal Comelade, Pau Riba (que participa en el filme) o Albert Pla; y el gerundense Jordi Vilches, actor de Krámpack (Cesc Gay, 2000), Dos tipos duros (Juan Martínez Moreno, 2003) y La banda Picasso (Fernando Colomo, 2012). “Cada segundo que pasa sin que Jordi esté ante una cámara o sobre un escenario es una pérdida imperdonable”, le piropea Isaki Lacuesta.