Ocho gestos inesperados a la búsqueda del cabezón
Los muy dispares candidatos al Goya a mejor actriz y actor revelación coinciden en un catálogo de naturalidad y notas autobiográficas
FRANCISCO PASTOR
La vasca Iraia Elias interpreta a una nieta que, en Amama, trata de vencer la incomunicación con su abuela: siempre en la ficción, muy a pesar de que el realizador de A cambio de nada quisiera dirigir a la suya, la de la vida real: Antonia Guzmán, de 93 años. Son dos actrices que disputarán, el próximo 6 de febrero, el Goya a la mejor interpretación novel femenina. Lo harán junto a la cubana Yordanka Ariosa, en las veces de una prostituta de La Habana, y a la joven Irene Escolar, que ha pasado 2015 recogiendo premios.
Entre los varones, este galardón pende entre casos igual de dispares. Después de años tras la cámara, Fernando Colomo se lanza a grabarse a sí mismo en Isla bonita; una historia que recuerda a la del polifacético Manuel Burque, un actor también galardonado como dramaturgo. Quién sabe si acabarán dirigiendo, algún día, a Miguel Herrán, que a los 19 años podría arrebatarles el cabezón gracias a su debut absoluto como intérprete, o a Álex García, el reconocido galán de la televisión que gusta, cada vez más, en el cine.