Julia Gutiérrez Caba
“Trabajar con jóvenes enseña y vivifica”
Más allá de la tristeza por recientes pérdidas, la veterana actriz sigue en la brecha: de ‘Los ojos de Julia’ a ‘Águila Roja’
EDUARDO VALLEJO
Reportaje gráfico: Enrique Cidoncha
La voz de Julia Gutiérrez Caba (Madrid, 1932) suena cadenciosa y asombrosamente joven por teléfono. En persona, al volverse corpórea, se hace acompañar de una elegancia magnética y una cortesía exquisita, casi de otro tiempo. Sandalias de plataforma, pantalón de pinzas y chaqueta negra de media manga, Julia acude puntual a la cita en AISGE. Se detiene ante un retrato de Paco Rabal y recuerda un detalle: “En A las cinco de la tarde [J. A. Bardem, 1960] hice mi primera toma delante de una cámara. Debía volverme para mirar donde se suponía que estaba sentado Paco. Él no tenía por qué estar allí, pero dijo ‘yo me siento para que me mires; así te saldrá mejor’. Todo fue más fácil. Parece una nimiedad, pero no lo es, es una prueba de su generosidad”.
– Usted es un brillante eslabón de un largo linaje teatral.
– Mi bisabuelo Pascual fundó la saga. Venía de Navajas, un pueblo de Castellón, donde empezó en grupos aficionados. Luego se trasladó a Madrid. Tuvo dos hijas: mi abuela Irene Alba y mi tía abuela Leocadia. Hablamos de mediados-finales del siglo XIX.
– En aquel ambiente familiar, todo el día respirando teatro, ¿tuvieron una infancia “normal”?
– Lo único fuera de lo normal es que Irene y yo éramos las primeras a las que llamaban si había función en el cole. Por lo demás nuestra infancia fue normal: la profesión de nuestros padres y abuelos, con su peculiar horario o sus disfraces, era parte de nuestra vida. Por ejemplo, era natural escuchar el relato del estreno de La verbena de la Paloma de boca de mi tía abuela Leocadia, que formó parte de aquel elenco en 1894.