William Miller
“Hay que saber reírse, como saber machacarse”
Ya no es solo "ese guiri guapo" o el Mike de 'Cuéntame'. En sus 25 años en España, este inglés galán y polifacético se ha labrado un currículo como actor de personaje
JAVIER OLIVARES
Reportaje gráfico: Enrique Cidoncha
Si cuando eres pequeño tu madre toma el té de las cinco con Maggie, la mujer del Monty Phyton Terry Gilliam, lo normal es que te guste la comedia: lo has mamado. Si eres nativo de Windsor, donde el castillo más célebre del mundo, lógico que la gente te asocie a la lengua inglesa. Y si eres tan guapo que el personal se vuelve por la calle, lo fácil es que tu expediente tienda a archivarse en la G de galán. Pero William Miller, que acude a nuestra cita con pelos de espadachín –rueda Alatriste en Budapest, a las órdenes de Enrique Urbizu– y unas gafas redondas a lo Johnny Depp, ha conseguido a sus 34 años espantar sambenitos a base de trabajo. Ni tiene acento inglés (la serie Cuéntame estigmatizó su pronunciación), ni es tan atractivo como parece en la tele: gana en persona, señoras (y señores).
– ¿Qué le trajo a España?
– No fue decisión mía, yo tenía ocho o nueve años. Mi padre trabajaba en una compañía de Estados Unidos que decidió abrir delegación en Barcelona.
– Pudo dedicarse, por ejemplo, a la hostelería.
– O a cualquier otra cosa, porque mi madre ha hecho de todo: maquillaje, propiedades, domadora de caballos… y desde hace unos años tiene un restaurante en la Costa Dorada, en efecto. Espero que se retire pronto.
– ¿Se ha planteado qué habría sido de su vida si se hubiera quedado en Windsor o en Estados Unidos?
– No lo sé. En la vida elegimos ciertas cosas, otras nos las ponen en el camino. La muerte de mi padre fue un golpe duro. Quizá él hubiera insistido en que me dedicara a los negocios: los padres quieren que los hijos sigan sus pasos. Siempre me han apoyado en casa. Ahora, también mi padrastro.