AISGE instaura el nuevo premio Acción Humanitaria Pilar Bardem

 

Alimentar el alma para contribuir a la felicidad

 

ABEL MARTÍN

Director general de AISGE

Hay legados que no admiten cálculos ni equivalencias económicas. Los legados más preciados son aquellos que alimentan y fortalecen el alma y contribuyen a la felicidad de los demás.

De entre las cosas buenas que Pilar Bardem –nuestra Pilar– logró en vida destaca ese legado eterno mediante la proyección de sus acciones, siempre legítimas y humanitarias, y su espíritu de lucha por un mundo más justo y mejor. Valores que ahora tendrán cada año una cita y cada día la presencia de su halo de esperanza en el propio ser humano y en su capacidad para transformar la materia en almas felices.

Permítanme traer a colación a Quevedo, cuyo soneto Amor constante más allá de la muerte nunca tuvo mayor significación para esta ocasión, ya que Pilar seguirá por siempre entre nosotros con su luz, su humildad, su amor y su dignidad derramada por doquier. Sí, amigos:

su cuerpo dejarán, no su cuidado,
serán ceniza, más tendrá sentido,
polvo serán, más polvo enamorado.

Nos sobran los motivos, parafraseando a su gran amigo Sabina, para constituir el premio Acción Humanitaria Pilar Bardem, con el que se pretende reconocer, en su nombre, los valores humanitarios de aquellas personas físicas o jurídicas cuyas acciones contribuyan a la defensa y afianzamiento de tales derechos o valores y contribuyan a la consecución del objetivo supremo de una humanidad cada vez mejor, más justa y más coherente con la propia condición humana.

Los anhelos de Pilar seguirán así en nuestro imaginario colectivo como esa argamasa invisible que nos une y nos empuja hacia adelante con toda la fuerza y dignidad que nos inculcó.

El exdirector general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y una de las mayores figuras internacionales en la defensa de los derechos de los artistas, Francis Gurry, gran amigo de Pilar y de todos los creadores del mundo, será el destinatario de la primera estatuilla, en reconocimiento a sus esfuerzos ante las más altas instancias para reivindicar el trabajo creativo y, especialmente, los derechos intelectuales de los actores a través del Tratado de Beijing de 2012.