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21-09-2021

#TVemos #AsíSeHace

Un viaje a las entrañas
del turbio mundo de las apuestas

 

TVE devuelve a Maribel Verdú a la pequeña pantalla con un ‘thriller’ de seis capítulos, ‘Ana Tramel. El juego’, sobre una industria poderosa y asentada en la adicción y la miseria moral

 

Reportaje gráfico: Mikel Larrea

 

ALOÑA FERNÁNDEZ (@anade)

En pantalla aparece un plano aéreo nocturno de la Península Ibérica. “En España hay 42 casinos, 400 bingos, 2.830 salas de juego, 5.500 despachos de lotería, 7.000 kioscos de cupones, 200.000 máquinas tragaperras, docenas de casas de apuestas online”. A medida que la voz en off desgrana las cifras del sector, sobre cada rincón del mapa se encienden luces, hasta quedar iluminado. “El juego mueve 40.000 millones de euros al año en nuestro país”, añade el relato. Con este resumen de unos segundos, Ana Tramel. El juego traslada a los espectadores la gravedad del problema que aborda la serie: la normalidad con la que asumimos la presencia de este negocio en nuestras vidas, y lo que ello supone para las personas con ludopatía.

 

   DeAPlaneta, Tornasol Films, TVE y la alemana ZDF Enterprises producen esta historia que la cadena pública estrena en septiembre. Sus seis episodios se basan en Ana, el libro que Roberto Santiago publicó en 2017. Con Maribel Verdú, Unax Ugalde y Natalia Verbeke como protagonistas, este trepidante thriller llega a la parrilla para desmitificar el mundo de los casinos y desvelar la cruda realidad que viven los jugadores. La acción avanza mientras la mujer que da nombre a la serie (el personaje de Verdú) se adentra en una investigación, aunque terribles amenazas tratan de alejarla continuamente de la verdad que persigue.

 


Roberto Santiago ha escrito junto a Ángela Armero el guion, transformado luego en imágenes por Salvador García Ruiz y Gracia Querejeta. El autor madrileño aclara que su mencionada novela Ana es ficción, aunque subraya que todo lo que cuenta lo ha visto en primera persona. “Han sido años de documentación en casinos, en partidas legales e ilegales, en timbas. Y no solo en España sino por Europa”, explica. Lo que comenzó siendo el guion para un trabajo periodístico “sobre el mundo de los torneos de póker” le llevó a sumergirse en el juego. “Al final, lo que he visto ha sido básicamente ruina y miseria. Moral, económica, de todo tipo. Y tenía la obligación moral de contarlo por escrito”, prosigue. Para hacerlo se sirvió de Ana Tramel. “Llevaba tiempo tomando notas para escribir una historia con ese personaje y me pregunté: ‘¿Y si la sitúo en el mundo del juego y se convierte en los ojos del espectador? ¿Y si hace el viaje que hice yo, pasando de la ignorancia absoluta sobre ese negocio a estar metida en el centro del huracán? ¿Y si ve con perplejidad y horror todo lo que ahí se mueve?”.

 

El detonante

Para empujar al personaje a esa inmersión, el autor necesitaba un detonante llamado Alejandro Tramel. El hermano de la protagonista es “una suma de varias personas”, y para su creación huyó de los tópicos. Porque durante la investigación le impactó especialmente que “gente con una capacidad intelectual tan alta se enganche. Pero es como cualquier adicción: ¡cuánta gente con bagaje cultural hemos visto enganchada a las drogas o al alcohol! El papel de Alejandro es crucial, todo empieza a partir de él, de su adicción y sus problemas”, apunta.

 

En su piel se pone el vitoriano Unax Ugalde, que llegó al elenco gracias a “una lucha personal de Gracia Querejeta”, según revela él mismo. El actor ya pudo ver cómo funcionaba el mundo de las apuestas al participar en la película Volverás, pero con esta serie ha ido más allá: “Gracias a Roberto Santiago y a su maravillosa novela investigué lo que es la adicción al juego”. Para la preparación de su personaje le pusieron en contacto con un jugador de póker que incluso aparece en pantalla. “Hablamos de cómo funciona la partida, el mundo de los pagarés, los casinos, las deudas… No estamos acostumbrados a ver así este inframundo porque el cine lo ha tratado de una manera amable, colorista, cool, a lo Ocean’s Eleven. Pero la novela hace un retrato mucho más oscuro del juego y de los problemas que implica”, asegura Ugalde antes de profundizar en su Alejandro Tramel.

 



Cuando leyó el guion comprobó que, pese a no ser el suyo un personaje muy extenso dentro de los seis capítulos, “era determinante para contar la historia y la excusa que hacía avanzar al personaje principal”. Solo encuentra buenas palabras para su primer trabajo junto a Verdú, “una gran compañera que me lo puso muy fácil. Nos entendimos desde el principio”. Y eso que la grabación, prevista precisamente para marzo de 2020, debió posponerse por culpa de la pandemia. Cuando cuatro meses después se retomó, “el inicio fue complejo tanto por las restricciones como por las nuevas medidas contra el coronavirus. Hubo algún que otro cambio de producción”, comenta. A él el este proyecto le coincidió además con Amar es para siempre.

 

Del papel a la pantalla

Tras más de una década sin hacer televisión en España, Verdú regresa con Ana Tramel. El juego. Su rol en esta historia ya le interesó desde que lo descubrió en su versión literaria. “Con Maribel pasó algo muy curioso”, adelanta Santiago. “Cuando salió a la venta la novela, en un acto de generosidad absoluto, puso por su cuenta una publicación en Instagram, donde tiene muchísimos seguidores. Decía que acababa de leerla y que estaba en shock. Se lo agradecí muchísimo, le mandé un mensaje. A partir de ahí, los productores y yo pensamos que, si el personaje tenía su edad, y como a ella le había encantado la historia, íbamos a proponérselo. Se tiró de cabeza. No puedo estar más feliz de que aceptara un reto tan grande”.

 

 

El desafío comenzó para él a la hora de adaptar su Ana. “Es difícil”, anota, “por eso le propuse a Ángela Armero su incorporación a los guiones. Aunque yo no suelo pecar de autoritis, de no aceptar cambios, la literatura y la televisión son dos lenguajes diferentes, hay que ser muy consciente de que deben cambiarse cosas. Y no pasa nada, es bueno y positivo para el funcionamiento de la serie”. Pese a haberse mantenido “muy fiel al espíritu de la novela y a la esencia de los personajes, sobre todo en el caso de Ana”, sí ha “traicionado” la trama y los giros de esta. Aunque advierte a los amantes del libro “que no hay tantos cambios. Los lectores se van a sentir como en casa”.

 

David contra Goliat

La protagonista cuenta con la ayuda de su amiga y jefa Concha Andújar (Natalia Verbeke) en su “cruzada contra un gran holding de la industria del juego”, describe el artíice de la historia. “El de Verbeke es el segundo personaje en importancia dentro del elenco, y cuando surgió la posibilidad de que lo interpretara ella, que es íntima amiga de Maribel Verdú, aposté con decisión por aprovechar eso. Teníamos que trasladar a la pantalla esa complicidad que ellas tienen en la vida". Y augura desde ya un nuevo triunfo de la actriz: “Natalia sorprenderá a mucha gente porque está en un registro muy diferente al que estamos habituados a verla. Me encanta esa pareja que forma con Maribel, se ve claramente que tienen muchos kilómetros juntas detrás, que rompen estereotipos y clichés erróneos sobre la amistad femenina. Son dos mujeres que se aman, se protegen, se cuidan, que también discuten si toca. Y lo hacen con vehemencia, por supuesto.”

 



La detención de Alejandro Tramel tras un incidente en el casino de Robredo revoluciona la desordenada vida de su hermana. Aunque hace cinco años que dedica su faceta de abogada a asuntos alejados de los tribunales, Ana Tramel retomará su carrera para defender a su hermano. En esta aventura, además de trabajar codo a codo con Andújar, también cuenta con las habilidades del investigador privado M (Luis Bermejo) y de un grupo de abogados junior que reciben con entusiasmo este caso tan importante. “Es David contra Goliat”, remata Santiago.

 

Un deber arriesgado

Emitir una serie que airea los trapos sucios de empresas tan poderosas, a la vista de la presencia publicitaria de estas, es una osadía a la que casi ninguna cadena estaría dispuesta. En opinión de nuestro interlocutor, “era lógico y necesario que una producción de este tipo la hiciera una televisión pública. Dudo que un canal privado nos hubiera dado la libertad para hablar que nos ha dado TVE”. Agradece también su implicación desde el primer momento: “Me hicieron sentir que no solo apostaban por Ana Tramel. El juego porque les encantaba la historia, sino porque consideraban que era uno de esos asuntos que una cadena pública debe abordar en su parrilla”.

 

A juicio de Ugalde, “la televisión pública tiene la obligación de visibilizar un problema cada vez más creciente, sobre todo entre la juventud de nuestro país. Para que comprendamos el poder de las casas de apuestas y el dinero que mueven, resulta muy importante que TVE tenga la valentía de retratar el asunto y ponerle caras y nombres”. Más que los locales, donde puede haber cierto control, al actor le preocupan las apuestas online: “Ahora tengo dos hijos que pueden acceder a ellas tras la consabida pregunta de si eres mayor de 18 años”. 

La escritura de la novela Ana nació de la necesidad. “Necesitaba contar eso que había visto”, rememora Roberto Santiago, “era algo que me salía de las tripas. Y necesitaba contarlo del modo en que sé hacerlo, en forma de ficción. Satisfecho con la recepción por parte de los lectores, espera que aún más repercusión alcance esta versión audiovisual: “Que contribuya a que se genere cierto debate en los medios sobre por qué el lobby del juego todavía parece intocable y cómo es posible que estemos criando a la primera generación de adolescentes de la historia para los que apostar dinero es algo natural y saludable”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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