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03-09-2020

 

'Hierro': ventajas y peripecias de rodar en el paraíso

 

Su estreno fue uno de los grandes aciertos de Movistar+. Un éxito que ha conducido a una segunda temporada cuyo rodaje se vio trastocado por las adversidades naturales y la alarma sanitaria. En 2021 veremos cómo continúa este ‘thriller’    

 

 

Aroha Hafez, a punto de rodar una escena

 

ALOÑA FERNÁNDEZ LARRECHI (@Anade)

Reportaje gráfico: Jaime Olmedo (Movistar +)

El Hierro se convirtió en el siglo XIX en un lugar ideal para el destierro de políticos, militares y liberales que resultaban problemáticos para la corte. Entre los muchos hombres llegados a esa preciosa isla donde el confinamiento se antojaba casi idílico se encontraba Leandro Pérez, que acabó convertido en el primer médico del lugar. 

 

   Casi 200 años después de aquel provechoso e inesperado intercambio, la apacible vida en la isla más occidental de Canarias se ha visto trastocada de nuevo por el desembarco de hombres y mujeres de la Península. Y aunque las razones han sido bien distintas, el fenómeno también ha supuesto esta vez un enorme beneficio para sus habitantes.

 

   “Les dije: ‘Como esta serie funcione, os hartaréis, ¿eh? Que esta isla preciosa que tenéis no se conoce”. No se equivocaba en su vaticinio Alfonso Blanco, director general de Portocabo, la productora de Hierro, pues antes del mes de febrero se registraba un aumento del 10 por ciento en el número de visitantes.

 

   Él mismo no conocía El Hierro antes de embarcarse en este proyecto audiovisual para Movistar+. Tampoco el guionista Pepe Coira. Ni su hermano Jorge, el director de los episodios. “Hicimos un brainstorming y salieron varios lugares donde podíamos ambientar la serie”, recuerda por teléfono Alfonso Blanco, ‘Fosco’. Durante su primera visita a la isla se enamoraron inmediatamente: “No es que fuera perfecta, es que superaba lo que imaginábamos como localización”. Hasta tal punto llegó el flechazo que se decidió que los Coira se trasladarían allí para la escritura de los guiones. Así podrían integrar elementos reales en la historia. “La propia isla fue haciendo que el contenido cambiase. El lugar nos iba alimentando de cosas a medida que escribíamos”, apunta ‘Fosco’ sobre la gestación de una serie cuya segunda temporada acaba de terminar su rodaje.

 

Candela Peña, junto al equipo de rodaje

   El proyecto contó con la participación de Movistar+ “desde el minuto 1. La complicidad que no encontraba en los canales generalistas la encontré en ellos”, destaca el responsable de la productora Portocabo. Trabajar en la isla brindaba inspiración y dificultades casi a partes iguales. “En El Hierro no hay nada”, explica, “si quieres hacer un panel para un decorado o una mesa, tienes que llevarlo. Y Canarias tiene un régimen singular, es un territorio con fiscalidad propia. Es como si se tratara de una exportación; a mí me cuesta lo mismo llevar cosas a Canarias que a Marruecos: papeleos, aduanas… Teníamos material en Galicia, pues el equipo es mayoritariamente gallego, pero tanto el departamento de arte como el de cámara son catalanes, además de contar con una parte del personal procedente de Madrid. No sabíamos cómo trasladar hasta la isla los decorados y todo el material técnico”. El remedio a sus problemas llegó gracias a un tráiler “con un container gigantesco” que cargó material en A Coruña, Santiago, Barcelona y Madrid y viajó durante 10 días en un ferry desde Huelva a Tenerife para desembarcar finalmente en El Hierro. 

 

   Los problemas no acabaron ahí. Había que alimentar al equipo técnico y artístico. Ante la ausencia de empresas de catering en la isla, la solución fue muy distinta. “Al no encontrar la fórmula”, detalla, “decidimos que una persona de producción formase a unos isleños que tenían un negocio de restauración y a los que después contratamos”. Mucho antes de capitanear Portocabo, ‘Fosco’ se curtió como meritorio. Sobre aquellos tiempos relata que “los rodajes venían a Galicia y los gallegos nos limitábamos a ser chóferes y limpiadores. Las producciones no dejaban nada en la región. Yo no iba a hacer lo que en mis comienzos no me gustó que hicieran. Por eso el tema formativo y el uso de recursos de El Hierro y de Canarias estaba en nuestro ADN. Confiábamos mucho en el proyecto, pensábamos que habría más temporadas, así que cuanto más sembrásemos desde el principio, más recogeríamos en una segunda temporada, más fácil nos resultaría seguir.” Crítica y público aplaudieron la mezcla de costumbrismo y thriller de los Coira tras el lanzamiento de la primera tanda de episodios. La serie había mostrado una isla fascinante a través de una historia igualmente fascinante. 

 

Darío Grandinetti, a la izquierda, se encamina al punto de rodaje

 

La adversidad después del triunfo

Pese a los parabienes, la segunda temporada empezó “con una especie de mal fario”, en palabras de ‘Fosco’. El paso del tiempo hizo que a algunos actores les empezase a salir trabajo y que ello ocasionase un problema de fechas. Tampoco faltó una alianza de fenómenos naturales contra Hierro. “En el arranque hubo una tremenda tormenta de arena que provocó que se suspendiesen incluso los carnavales de Gran Canaria. Luego llegó desde el Sahara una plaga de langostas que nos obligó a pasar unos protocolos de limpieza para los vehículos que llevábamos en los ferris, porque resulta que esa especie es perjudicial para las plataneras. En ese momento no se me ocurrió otra cosa que decir: ‘¿Qué más nos puede pasar?’. Pues una pandemia”.

 

   La covid-19 irrumpió en la cuarta de las 12 semanas de rodaje que se preveían. Y si la isla es un enclave singular para trabajar, ya que las conexiones para llegar a ella no son fáciles, también lo fue al decretarse el estado de alarma. “Salir 70 personas de allí fue durísimo porque cerraron de repente. Tuvimos que pedir permisos especiales, era como repatriarnos desde el extranjero”, rememora ‘Fosco’.

 

   Aina Clotet (Velvet Colección) optó por confinarse en El Hierro. La actriz se incorpora a la serie como abogada del personaje que interpreta el también debutante en el elenco Matías Varela (Narcos). “Mi historia con Hierro ya traspasa lo puramente profesional”, confiesa al teléfono Clotet. Se trasladó a la isla junto a su pareja y sus dos hijos para un rodaje que al cabo de dos semanas interrumpiría el estado de alarma. “En menos de 48 horas tuvimos que tomar una decisión. Casi todo el equipo regresaba porque sus familias estaban en la Península, pero nosotros decidimos quedarnos, también por el miedo a cruzar dos aeropuertos con un bebé que en ese momento gateaba. Fuimos con una maleta para 20 días y con ella vivimos cinco meses. Así te das cuenta de que en la vida necesitas muy poco para estar bien: rodearte de amor y comida y nada más”.

 

Matías Varela repasa el guion

 

   La artista considera que esa inesperada estancia en la isla fue un verdadero “privilegio”, teniendo en cuenta que “tenía amigas y amigos con hijos pequeños y encerrados en pisos. Y eso es muy duro. En esta pandemia, aunque han pasado muchas cosas, los grandes olvidados han sido la salud mental y la salud de los niños. En El Hierro sentí que tenía un privilegio que en mi casa no habría tenido, pero a la vez sentía miedo por mi familia en la Península, porque mis padres son médicos y estaban en primera línea de acción”.

 

   Clotet incide en el calor de sus vecinos herreños, con quienes se sintieron “queridos y apoyados”, así como en la particular idiosincrasia de la isla, que permitió que la vuelta al trabajo fuera rápida y segura. ¿Cómo se afrontó ese retorno? ‘Fosco’ cuenta que tenían “un hotel y unas cuantas casas de turismo rural para el equipo. Cuando planteamos nuestro protocolo tanto a las autoridades canarias como al Gobierno central, porque en ese entonces había un mando único, lo aceptaron. El 14 de mayo nos pusimos en marcha con un estricto protocolo de aislamiento y test PCR”. Cada profesional que se unía al rodaje se hacía una prueba antes de salir de su domicilio y después de pasar dos días confinado, volaba en vuelos chárter, se confinaba de nuevo un par de días y se sometía a una segunda PCR negativa en destino. Al obtener el segundo negativo, “no te imaginas qué fiesta…”, reconoce el responsable de la productora. “Como estábamos solos y todos los resultados de nuestras pruebas habían salido bien, nos consideraron una unidad familiar y pudimos hacer vida normal: quitarnos la mascarilla, darnos abrazos después de muchos meses, empezar a trabajar”. Sobre el reencuentro, Clotet añade que “fue muy emocionante”.

 

El director, Jorge Coira, de blanco y con la equipación protectora frente al coronavirus

 

“La antítesis de lo productivo”

A las dificultades derivadas de la covid-19, que influyeron en el presupuesto, hay que sumar las propias de un lugar tan particular. A juicio de ‘Fosco’, la filmación de Hierro tiene “mucho de operativa debido a los sitios en los que los camiones no caben, lo que obliga a hacer lanzaderas para llevar la ropa y a que las cámaras se trasladen en coches de cinco plazas o pequeñas furgonetas. Tiene ese punto de isla muy salvaje, con carreteras muy complicadas, con accesos muy difíciles. Compaginamos los momentos de alivio con otros momentos de convertirnos en intrépidos exploradores. Hay jornadas más sencillas porque tenemos espacios recurrentes como el juzgado o la platanera de Díaz, pero otros días son de gymkana por el cúmulo de grabaciones en pequeños sitios, desde el coche de Candela [Peña] circulando por el túnel o las vistas que se contemplan en un mirador. Queremos lucir la isla”. 

 

   Ese afán paisajístico exige a menudo desplazamientos hasta localizaciones donde se filma una sola cosa, “exactamente la antítesis de lo que debería ser productivo”, en opinión de ‘Fosco’. “Pero no voy a estar en El Hierro y no sacar el mirador en el que termina el primer capítulo de la primera temporada, el mirador de Jinama. Llegar hasta allí tiene lo suyo, y vas para hacer solo dos planos, pero luego alucinas al verlos”. 

Una escena de marcado carácter rural

 

   Las espectaculares tomas aéreas de la serie son obra de los operarios del dron, que lidiaron con el fuerte viento herreño. Y tanta adversidad tiene como contrapartida la “relación familiar” que se forja durante la filmación, según Clotet. “Cuando terminas de trabajar, los fines de semana los pasas con el equipo, haces una barbacoa o te vas a dar un paseo. La isla es pequeñísima y, aunque quieras estar solo, te encuentras a compañeros en cualquier esquina. Es muy agradable porque hace que el rodaje fluya”. Admite que intervenir en Hierro ha sido “un lujo. Estoy muy agradecida de que confiaran en mí, soy actriz para trabajar con gente como los hermanos Coira y todo el equipo de Portocabo, que realmente me parece espectacular.”

 

   Coincide la intérprete catalana con numerosos espectadores y críticos al tildar de “brutal” la temporada inicial de la serie. Y sobre la tanda recién filmada adelanta: “Tengo muchas ganas de que la gente la vea porque está a un nivel excepcional”. No obstante, la pandemia también ha trastocado los estrenos previstos por Movistar+ para el otoño, así que habrá que esperar a 2021. Al preguntarle al director de Portocabo por una tercera entrega, reconoce que “Hierro la planteamos para dos, pero tampoco contábamos por entonces con semejante éxito”. Y aclara que no habrá prolongaciones innecesarias: “Le tengo tanto cariño a la serie, y a Pepe le ocurre lo mismo, que si no lo vemos, no lo haríamos”.

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