‘Sentimos las molestias’, la ciencia de reírse de aquello de lo que (supuestamente) no deberíamos
Rellán y Resines, Cavestany y Armero: dos parejas que saben reírse (y hacernos reír) del paso de los años e incluso de la muerte
ESTELA BANGO
FOTOS: ENRIQUE CIDONCHA
El parque Tierno Galván de Madrid, un autobús, Antonio Resines con gafas de sol y sombrero, Miguel Rellán con coleta y ambos con equipaje. ¿Será un viaje del IMSERSO? Aunque no se conocen todavía todos los detalles sobre el regreso de la cómica Sentimos las molestias, no se necesitan más motivos, si se ha visto su primera temporada, para tener ganas de ver la segunda.
Ya conocimos al director de orquesta Rafael Müller (Resines) y a la vieja gloria del rock Rafael Jiménez (Rellán). Les dejamos compartiendo casa y luchando por mantenerse en un mundo que les considera mayores para permanecer en el tablero de juego. En esta continuación veremos al personaje de Rellán en plena batalla contra el cáncer de próstata que le diagnosticaron durante la primera tanda de episodios. Ello le acarrea problemas de impotencia, lo cual no lleva bien, hasta el punto de conducirle a una gran depresión y a desear el fin de sus días. Después de haberle pedido a Müller que le ayude a morir, como habían acordado, este decide que su deprimido amigo deberá acompañarlo a todas partes para vigilarle de cerca. Pero Müller tiene sus propios problemas: Lombardo (Peter Vives) quiere ocupar su puesto en la orquesta; su exmujer, Gloria (Fiorella Faltoyano), volverá a casarse; y él sigue manteniendo una relación secreta que podría costarle su amistad con Rafa.
En medio de este caos entran en acción nuevos personajes que les ayudarán en su camino hacia la vejez. Alejandro (Manuel Galiana) es un intelectual prejubilado que impresiona a Müller, aunque no tanto a Rafa, quien siente celos por la admiración que despierta en su amigo.
Nunca es tarde mientras haya tiempo
“Nadie piensa que se hace viejo. Todos lo sabemos, pero nadie lo piensa”, sentencia Resines. ¿Y qué es hacerse viejo? Nos lo preguntamos a medida que entramos en esta historia. Parece que los protagonistas de Sentimos las molestias nos responderían que es mantenerse joven, pero con más esfuerzo. La pregunta resonará con más fuerza en esta segunda temporada. “Profundizamos en el tema de la muerte y la vejez. La relación entre los personajes ya la hemos conocido, así que ahora nos metemos en ese abismo de aceptar que están cumpliendo años. Queremos contar la vejez de gente más capaz, más sana, que aguanta más tiempo joven, que tiene mejor calidad de vida durante más tiempo, aunque eso entra en contradicción con el hecho de que realmente son mayores”, cuentan los creadores Álvaro Fernández Armero y Juan Cavestany.
La supuesta senectud de estos dos personajes no impidió que durante los seis primeros capítulos se enamoraran, trabajasen, salieran de copas, mantuviesen relaciones sexuales o se adaptaran a las nuevas tecnologías. Estamos ante dos chavales, pero la edad no perdona: también les tocó despedirse de allegados o vivir en carne propia lo que es la enfermedad, como en el caso del personaje de Rellán, diagnosticado de cáncer. ¿Se niegan a envejecer o la nueva vejez consiste en prolongar la juventud?
En esta segunda temporada “hemos aceptado que somos mayores y que tenemos problemas. Nos damos cuenta de que esto va en serio, pero sigue siendo comedia porque somos dos anormales”, resume Resines. Pese a adquirir tintes más dramáticos y melancólicos, “quizá eso se traduzca en un resultado más cómico”, apunta Fernández Armero.
El verdadero humor es reírse de los tabús
Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero parecen conocer a la perfección lo que nos hace reír. Primero fue la serie Vergüenza (2017-2020), donde asistimos a las meteduras de pata de Javier Gutiérrez y Malena Alterio en todas las situaciones imaginables. Sus personajes llevaron al límite nuestra vergüenza ajena. Y Sentimos las molestias extrae de nuevo el humor de algunos temas que nos incomodan. Después de cinco temporadas acumuladas entre las dos ficciones parecen haber llegado a una conclusión: lo que nos provoca la mayor carcajada es aquello que se supone que no debe hacernos gracia.
“¿Acaso hay otra cosa de la que reírse? Me cuesta mucho pensar en un humor que no haga escarnio de estas cosas del ser humano”, comenta Fernández Armero. Y Cavestany añade: “Hace menos gracia aquello de lo que sí se espera que te rías estrepitosamente. Resulta más interesante lo que provoca una risa que no debería ser. Pero intentamos no repetirnos en lo que hacemos, ya que el personaje de Miguel Rellán podría ser el de Javier Gutiérrez de mayor, un engreído que se creyera más de lo que ha sido”.
La experiencia es un grado. Por eso cada vez son más independientes a la hora de dirigir conjuntamente. “Dos personas chequeándolo todo continuamente al final desgasta, así que seguimos distribuyendo el trabajo por capítulos. Y muchos los hacemos entre los dos, pero repartiendo las secuencias. Nos las cambiamos como los cromos”, ahonda Fernández Armero.
Otro de los requisitos del humor es el de verse representado. “Me he encontrado poquísima gente joven que haya visto Sentimos las molestias. La mayoría son espectadores de mediana edad”, admite Miguel Rellán. Aunque no disponen de datos sobre cuál es el target real, Fernández Armero no se imagina “a gente de 18 años vibrando con la serie”. Pero la ambición de este director y guionista también era conectar con ese segmento de la audiencia, que los chavales y chavalas se rieran de cosas que quizá hagan sus abuelos. “Además, Antonio Resines gusta mucho a la chavalería”, anota Cavestany.
Una extraña pareja
Hay fórmulas cómicas casi infalibles, y las amistades estrechas entre personas diametralmente opuestas lo son. Todos entramos en esas historias, nos sentimos identificados con ellas. Al margen de la edad.
Jack Lemmon y Walter Matthau se convirtieron en 1968 en el máximo exponente de este tipo de comedia con La extraña pareja. Ambos compartían hogar después de separarse, al igual que los protagonistas de Sentimos las molestias. Tanto Rellán como Resines coinciden en que Müller es “el más serio y ordenado”, a lo Lemmon. Por su parte, Rafael Jiménez sería “el que lleva gente a jugar a casa, el que bebe más y se folla a todo lo que se mueve”, al estilo Matthau.
Pero en la realidad son exactamente al revés. Quizá por ese motivo se barajó al principio la asignación del roquero a Resines y del director de orquesta a Rellán. De hecho, la audiencia recordará cómo su Félix de Compañeros dirigía orquesta en su casa. “Pensábamos en él para ese papel porque es melómano. Pero cuando nos imaginamos a Resines en el rol de viejo roquero borrachuzo, con chupa de cuero… no nos pegó. Nos hacía más gracia el Resines sobrio, con el ego más grande”, revela Cavestany.
De la ficción a la realidad: el ingreso de Resines
Una de las secuencias que mayores risas despertaba en la primera entrega de Sentimos las molestias era la muerte del personaje de Tito Valverde y la reacción del tándem protagonista. Pero se trata simplemente de una ficción, no de algo a lo que acogerse cuando esos momentos acontecen en la vida real, como deja claro Resines: “Cuando estaba en la UCI me acordaba todo el rato de eso. No vale para nada. Si te toca a ti, no tiene ni puta gracia.
El actor permaneció ingresado durante 48 días por complicaciones derivadas de la COVID. Eso hizo que la serie aplazara su estreno desde febrero hasta abril de este 2022. En aquellos momentos inciertos Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero se encontraban escribiendo los nuevos episodios. “Lo vivimos con mucha inquietud. Teníamos la sensación de estar escribiendo algo que finalmente no se grabaría. No porque Antonio se fuera a morir, sino porque no imaginábamos una recuperación tan rápida como la que tuvo”, relatan.
La jubilación queda muy lejos
Ignoramos si la jubilación de Müller y Rafa está cerca o lejos. Pero sí sabemos que la de este dúo de actores no se divisa en el horizonte. Ambos tienen entre manos gran cantidad de proyectos. Rellán representa encima del escenario Retorno al hogar, obra de Harold Pinter con dirección de Daniel Veronese, que le llevará de gira hasta 2024. Resines rodará la película Matusalén, de David Galán Galindo, con quien este mes de noviembre lanzará el cómic Sargento Resines. Y en televisión podremos verle próximamente también en la serie de Mediaset Serrines: madera de actor.
“Estamos teniendo la suerte de que nos estén ofreciendo cosas buenas. Y si no, nos las inventamos, porque ahora tenemos capacidad para proponer. Estamos en un momento bastante bueno”, sentencia Resines. A lo que Rellán añade un consejo que hace años le dio el escritor Antonio Gala para aceptar ciertos proyectos: “Tú, Miguelito, puta, pero cara”.
Quizá envejecer consista precisamente eso, en recoger lo que se ha sembrado y juntar todos los consejos que se han recibido para seguir disfrutando con gusto de la vida cuando empieza a parecer menos eterna.