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19-07-2022

BANDO SONORO

 

 

Jaime Lorente

El rap como ejercicio de cura y liberación


El actor de ‘La casa de papel’ expande aún más su creatividad polifacética con un primer EP, ‘La noche’, que concibió en pandemia con regusto a catarsis

 

FERNANDO NEIRA (@fneirad)

Casi cualquier hijo de vecino le reconocerá como el actor precoz, gigante y versátil que es, pero sobre todo a partir de que encarnase a Nano en Élite y a Denver en La casa de papel, dos de las series más hiperbólicas en la factoría de Netflix. Y sí, eso se ha traducido en una legión multitudinaria de seguidores (¿cómo se hace para llegar, de sopetón, a 14 o 15 millones de seres humanos?), pero el fulgor de la popularidad no le deslumbra a este murciano de El Carmen, un inquieto hiperactivo que a sus 30 años también apuesta por el teatro alternativo más arriesgado (Matar cansa), se estrenó en la literatura con un poemario y no pasa inadvertido cada vez que coquetea con la danza contemporánea.

 

Pues bien, eso era solo hasta ahora. A partir de este momento deben incorporar nuevas facetas en su currículo. En concreto, las de cantante y compositor.

 

Dice que siempre fue melómano, y ya de pequeño su equipo de música alternaba los clasicazos del pop-rock que suena en cualquier buena radio (de Queen a Jarabe de Palo) con el descubrimiento de jóvenes luminarias del rap y las músicas urbanas. Hasta ahí todo quedaba en el territorio del oyente y aficionado, pero el frenazo en seco de la pandemia propició nuevos anhelos… y su amistad con Pablo Gareta, el productor de artistas como Toteking o Natos y Waor, hizo las veces de detonante.

 

Es indudable, a tenor de las cinco primeras canciones que encierra su EP de debut (La noche, 2022), que Jaime le ha cogido gusto. Y que su entente con Gareta llega más allá de lo laboral. “Estamos haciendo esto porque los dos creemos en ello y disfrutamos encerrándonos en el estudio. Lo más importante que me ha dado la música es libertad: poder ser quien soy en las canciones, decidir durante la creación hasta el más mínimo detalle”, explicaba mientras se vio inmerso en la grabación de Saturday, Sra. Smith, Guapo y loco, El chaval y Lengua de gata, este repóquer inicial de aldabonazos urbanos y contemporáneos.

 

Está siendo, por lo que cuenta, una experiencia que trasciende la mera creatividad artística. “Me gusta componer, es una de las cosas que más me cura las heridas. Me permite ser yo mismo, poder inventarme una historia, vaciarme escribiendo sin ningún tipo de límite aquello que llevo dentro”. Jaime es enfático, ya lo ven. Una circunstancia muy habitual entre esta gente hiperactiva, vitalista, intensa. Le seguiremos viendo en pantalla, claro, pero también, y cada vez más, frente al micrófono. Este verano, sin ir más lejos, en festivales como Holika, Sonica Festival, Boombastic o Arenal Sound. Ninguna tontería para un recién llegado que viene, como con todo lo que se propone, pisando fuerte.

Skibidi, de Little Big

“Me recuerda a muchos momentos divertidos del verano pasado, el de 2021. Fueron esos meses, de hecho, los que aproveché para escribir varias de las canciones que han terminado saliendo en mi primer EP”.

 

Sibarita, de Natos (con Waor)

“Más que solo un tema se ha terminado convirtiendo en un amuleto, en mi talismán particular. Esta es la canción que ponía en el teatro antes de salir a interpretar las funciones de Matar cansa, la obra que protagonizaba en solitario en el Kamikaze y que tuvimos en cartel durante los meses de octubre y noviembre de 2020. Con esta música (“Sibarita, ron de barrica / Dinamita, si no pone la guita / Tu sei l’amore della mia vita”) es con la que me motivaba cada noche antes de cada actuación”.

La flaca, de Jarabe de Palo

“Tengo pocas dudas al respecto: me parece una de las mejores canciones españolas que se han escrito en cualquier época. Pau Donés era un artista muy grande. Se convirtió en un gran éxito en el verano de 1997 y yo nací en diciembre de 1991, por lo que tenía poco más de cinco años. Por eso me evoca a cuando era pequeño y, sobre todo, me trae imágenes muy bonitas a la mente”.

96ers, de Hoke

“He escuchado mucho este tema y a este artista, puras barras. Rap del de siempre muy bien hecho y con un estilo que lo hace único. Hoke es un valenciano precisamente de la generación del 96, y que se convirtió ya desde muy joven en una figura en el circuito de freestyle. Destaca, entre otras cosas, por sus muchas alusiones a los juegos olímpico, y 96ers es un retrato magistral de un personajazo” (“Yo, Brian Bo, solito por la ciudad / Porrito de hash, polito de Ralph / Los tengo otra vez detrás, watching my back / Esos cerdos tienen sus ojos en mí, como Pac”).

Bohemian rhapsody, de Queen

“¡Poco que decir! Es una de las mejores voces de siempre, al servicio aquí de una canción de 1975 que será eterna. La forma de componer de Queen y la manera de interpretar que tenía Freddie Mercury me llevan a calificar esta canción con un 10. No podría ser de otra manera”.

My name is, de Eminem

“Este es el tipo que cambió el juego, expandió el hip hop y dejó para la historia grandes exitazos como este. Siempre me ha gustado mucho el rap y creo que artistas como él son los responsables de que, a día de hoy, figure en medio mundo como uno de los géneros más importantes”.

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