JAVIER OCAÑA
La infancia, con sus alegrías y sus terrores, siempre ha formado parte del universo de Juan Antonio Bayona. Es un buen momento para recordar el primero de sus cortometrajes: Mis vacaciones, de 1999, con el que ganó infinidad de premios y que ya abordaba, aunque desde una óptica y con un tono radicalmente opuestos a los de sus exitosas El orfanato y Un monstruo viene a verme, el complicado devenir de los críos entre el mundo de los adultos.
Mis vacaciones, donde se aúnan las referencias al cine americano de los ochenta y la más absoluta cotidianidad catalana (reflejada en un paralelismo entre las sangrientas películas de John Woo y la matanza del cochino), es una comedia. "Hay dos tipos de fuet, los de cerdo del pueblo, que son de cerdo, y los fuets del Pryca, que son de goma, como las botas que te pones cuando llueve". En su aún breve carrera por el largometraje, Bayona no ha experimentado dicho género, pero en alguna entrevista ha declarado que le encantaría abordarlo. Aunque quizá lo más curioso sea que, como en Un monstruo viene a verme, el corto ya incluye una secuencia de animación que representa la muy especial imaginación de los críos.
Poco podía imaginar aquel joven de 24 años, que había introducido en esa pieza sus recuerdos de infancia al ver la muy hortera Xanadú, aquel musical con Olivia Newton-John, incluyendo la frase "Made in Hollywood, USA", que casi dos décadas después estaría en la meca del cine filmando la secuela de Jurassic World producido por Steven Spielberg.