Dos deliciosas rarezas en Berlín
JAVIER OCAÑA
Ahora que parece costosísimo incluir una película española en la sección oficial de un gran festival, resulta paradigmático que en 1977 se obtuvieran dos grandes premios en el palmarés de un jurado que presidía R. W. Fassbinder y en el que también figuraba Basilio Martín Patino. El Festival de Berlín concedió el galardón de mejor director a Manuel Gutiérrez Aragón por Camada negra, su segunda película. El director –que se enfrentaba, entre otros, a Robert Bresson (por El diablo probablemente) y a Robert Benton (por El último show)– ofrecía a sus 35 años una reflexión sobre los razonamientos para el comportamiento fascista. Por su parte, Fernando Fernán-Gómez recibió el premio de mejor actor gracias a El anacoreta, la única película dirigida por Juan Estelrich, una mordaz fábula moral y política sobre un hombre que decide instalarse para siempre en su cuarto de baño. Por cierto, dos títulos difícilmente localizables en nuestro actual panorama audiovisual. Una pena.