Jordi Mollà, ese corazón que palpita
JAVIER OCAÑA
El barcelonés Jordi Mollà cumple este verano el décimo aniversario de su intermitente incursión en Hollywood. Fue con Blow, al lado de Johnny Depp y Penélope Cruz, y a las órdenes de Ted Demme, prometedor director de Beautiful girls (que, lástima, murió poco después). Desde entonces, el actor español ha trabajado para Michael Bay (Bad Boys 2), John Lee Hancock (El Álamo: la leyenda), Shekar Kapur (Elizabeth: la edad de oro) y James Mangold (Noche y día), además de compartir cartel con, entre otros, Tom Cruise, Cameron Díaz y Cate Blanchett. “Allí se ensaya mucho y luego se interpreta delante de la cámara, como aquí. Eso sí, de repente aparecen figuras que no sabías ni que existían, como el publicista, que me acompaña a todos lados para hacer de asistente y cobrar una pasta”, comentaba Jordi hace unos años sobre su trabajo en EE UU. Una labor que, por ejemplo, le llevó a convivir con una producción de 150 millones de dólares: Bad Boys 2 (2002), en la que Will Smith iba rodeado de cinco guardaespaldas y se llegó a construir una cancha de baloncesto para que Tim Lawrence pudiese jugar en los descansos. “Me he dado cuenta de que si no me asusta una película de tal envergadura ya no me asustará ninguna”, declaró el actor.
Aunque quizá haya sido Johnny Depp quien mejor ha definido a Jordi y sus relaciones con Hollywood. Entrevista para El País, verano de 2001: “Jordi Mollà es un loco de atar y Penélope Cruz no se queda muy lejos. Me parece increíble que exista tanta distancia entre nuestras culturas y que acabemos teniendo el mismo sentido obtuso, casi perverso, del humor. Tuve la oportunidad de hablar mucho con Jordi. Es un tipo muy especial. Un corazón que palpita. Y todo el tema de Hollywood le asusta más allá de lo que pueda explicar”.