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El anecdotario de Javier Ocaña

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Del corto al largo


Los carboneros de Montxo Armendáriz

 

Un cortometraje documental de 1981 se convirtió en la obra seminal del realizador navarro, que se inspiró en uno de sus personajes para su ópera prima en el largometraje: ‘Tasio’ (1984)

JAVIER OCAÑA (@ocanajavier)

“A todos los trabajadores anónimos como Tasio, Ceferina, Urbano… Carboneros de toda la vida. Y al pueblo de Viloria”. Así se abría, con esta dedicatoria sobreimpresionada en la pantalla, Carboneros de Navarra (1981), un corto de Montxo Armendáriz que además sirvió de germen de su magnífica película de debut: Tasio, de 1984. A esas alturas, el director navarro, que tenía entonces 32 años, ya había dirigido los cortos Barregarriaren dantza (La danza de lo gracioso), en 1979, financiado en forma de cooperativa, a razón de 40 personas aportando 10.000 pesetas, e Ikusmena, en 1980. Pero el título clave fue este tercero.

 

“Era un oficio normal de entonces. Pero era un oficio de pobres”, dice una mujer en este corto documental (24 minutos de duración, disponible en YouTube) acerca de la elaboración del carbón vegetal. Es entonces, en esos primeros años ochenta, un tiempo y un modo de vida a un paso de la desaparición. Armendáriz filmó el trabajo y las reflexiones, siempre en off, con su habitual compromiso con la realidad social, y le impresionó sobremanera la “filosofía de vida” de uno de ellos: precisamente Tasio, de donde saldría el personaje y el título de su primera película de ficción.

 

“Ahora se vive mejor que antes”, dicen en Carboneros de Navarra casi todos los entrevistados acerca de sus condiciones de trabajo. Sin embargo, una de ellas apostilla: “Lo que pasa es que para nuestros hijos no queremos esta vida. Se pasa mal”.

 

Tres años después, Tasio, producida por Elías Querejeta, tenía una frase que se clavaba como un puñal: “Si eso es ley de vida, más vale morirse”. Aunque otra más ejercía de contraste: “Yo de aquí no me muevo”. Esta la decía Tasio. Fue el inicio de la carrera de Armendáriz. Luego llegarían, entre otras, obras como 27 horas, Historias del Kronen y Secretos del corazón.

 

Montxo Armendáriz, fotografiado para la Fundación AISGE por Enrique Cidoncha

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