– Y ahora que ya goza también de un amplio bagaje en cine y televisión, ¿no le tortura el carácter efímero del teatro?
– Al contrario, eso mismo es lo que lo hace irrepetible, adrenalítico, adictivo. Mire, yo no tengo vocación de dejar huella en nada. Siento el influjo de mujeres como la Xirgu, ¡pero yo no la he visto nunca! En el teatro hay que estar para sentir, y ese es un lujo en estos tiempos en que todo está enlatado y la comunicación se concibe artificialmente a través de las redes sociales. Vivimos en un mundo en que, si coincides con alguien a quien admiras, no te paras a preguntarle ni a oler su colonia. En vez de eso, te haces un selfie para proclamar al mundo: “Mirad, tengo una foto con Fulanito”. Es absurdo.
– ¿Qué colonias le gustaría oler ahora mismo?
– Las de Ryan Gosling (¡porque es una debilidad!), Meryl Streep y Carmen Machi. Bueno, a esta ya se la olí, pero quiero repetir porque no la recuerdo bien, jajaja. Y tampoco me importaría mantener unas buenas conversaciones de tú a tú con Jeff Bridges o con el subcomandante Marcos, que desapareció porque es más importante su causa que él mismo.
– En 2004 cumplía 30 años y le coincidieron ‘Mar adentro’ y su eclosión televisiva en ‘…amb Manel Fuentes’. ¿Vivió aquello como una alineación de planetas?
– Alguien me dijo que era mi momento más dulce, sí, pero procuro que no me deslumbren estas cosas. En realidad, yo soy de las que se salta los photocalls con la excusa de que tengo que ir al baño… Fue bonito participar de aquel apogeo del cine español y conocer a Amenábar, un hombre peculiar, reservado, más observador que comunicativo, perfecto como capitán del barco.
– Pero se le dispararía el índice de firmas de autógrafos, al menos…
– Ligeramente, porque aquí el impacto televisivo es muy de andar por casa. Los catalanes somos gente tímida, hay pocos que te aborden con un “¡Hombre, tía!” y muchos más que intercambian algún codazo a tu paso. Aunque luego está el caso de aquella señora que me reconoció en una playa nudista… ¡y se empeñó en presentarme a su marido, jajaja!