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Cristina Peña


 
“Me gusta que
los vivos sean más
malos que los zombis"
 
 

Esta granadina de 36 años creció con los grandes clásicos que veía junto a sus amigas. Conoció las tablas gracias a un cómico repaso de las tragedias griegas titulado Los Pelópidas. Ese montaje contaba cómo el rey de Tebas luchaba por recuperar su trono, ocupado por un inepto que además le había robado a su mujer. Sobre infidelidades también trataba A la caza de la extranjera, ya que dos caraduras tenían la intención de ligarse a unas foráneas mientras sus esposas estaban de vacaciones, pero el plan fracasaba estrepitosamente. Continuidad de los parques la acercó al teatro del absurdo con encuentros tan divertidos como desconcertantes a pie de banco; nada que ver con el emblemático drama rural de La casa de Bernarda Alba. Durante 2005 paseó por toda España el aclamado espectáculo 5mujeres.com, cuyos monólogos fueron concebidos para acribillar al género masculino. Ella, que recibió el texto dedicado a las averías, decía: “Los tíos tienen un defecto visual y solo ven a las rubias”. Al año siguiente se unió al reparto de Hombres, mujeres y punto, la batalla frente a frente que puso fin a esa guerra de sexos, en la que unos y otras entendían de forma radicalmente opuesta las mismas situaciones.
 
   Quiso robar la fortuna de un mafioso sadomasoquista en ¡Sálvese quien pueda!, aunque las cosas se complicaban cuando descubría dentro de la mansión a otros seis ladronzuelos dispuestos a lo mismo. El dueño finalmente les pillaba y, enfadado, deseaba matarlos. La fierecilla domada de Shakespeare, que la llevó hasta el Festival de Almagro, es su única obra clásica por ahora. En ella presenció la evolución de una aristócrata extremadamente díscola a la que su marido amansaba con todo tipo de castigos. Rumores revalidó su gusto por los enredos: un hombre adinerado había organizado una fiesta para celebrar su aniversario de boda, pero se disparaba pocos antes de que apareciesen los invitados. Estos, al ver su cuerpo inconsciente, especulaban sobre lo ocurrido y se esforzaban por ocultar oscuros secretos. Ni contigo… ni sin ti le brindó su último personaje teatral, María, cuya aparición inesperada reavivaba antiguas rencillas entre los integrantes de un trío musical y sentimental.
 
 

 
 
   Su dilatada trayectoria televisiva comenzó a finales de 1998, cuando obtuvo un papel episódico para Médico de familia, la ficción más vista de ese año. Meses después pasó por la juvenil Al salir de clase sin saber que una serie de idéntica urdimbre, Compañeros, sería su trampolín al éxito. A lo largo de sus tres últimas temporadas dio vida a la arrolladora administrativa del colegio Zurbarán, Jose, capaz de enamorar simultáneamente a un profesor mujeriego y al alumno más bonachón. Aprovechó los huecos libres de su agenda para visitar hasta en tres ocasiones El comisario. Fue amiga de un policía enfrentado con el dueño de una discoteca, se vengaba del agente que le había provocado una  depresión al abandonarla por su escaso atractivo físico y encarnó a una traficante de droga dispuesta a recuperar el dinero extraviado tras el atropello de su fiel recadero. Buenos Aires la acogió durante la grabación de Tres son multitud, un conjunto de divertidos triángulos amorosos que solo aguantó quince días en la parrilla. Los seguidores de Casi perfectos la recordarán como Mónica, la prima de Emilio Aragón, una informática pija abocada a mil adversidades: se enamoraba del irresistible cubano que le vendía un coche desvencijado, perdía su trabajo y el casero la echaba de casa por impago, salía ilesa cuando una enorme viga se desplomaba a su lado…
 
   A lo largo de 2005 ocupó la sobremesa de la cadena pública con los enigmas familiares y los turbulentos romances de la telenovela Obsesión, aunque pronto volvió a provocar risas gracias a una corta estancia en el barrio de Aída, donde causó estragos entre los hombres pese a su imagen de puritana. Luisma soñaba con desvirgarla, así que fingía una religiosidad exagerada e incluso le pedía matrimonio para obtener su consentimiento, pero estaba tan necesitada que le sobraban las falsas promesas. Su personaje de Irene, la desinhibida hermana de Gonzalo de Castro en 7 vidas, animó los últimos capítulos de esa comedia. No fueron pocos sus esfuerzos por contentar a varios allegados, desde revelarle trucos infalibles a una separada deseosa de retomar su vida sexual hasta hacer paracaidismo con un amigo hastiado de tanto estudiar. En LEX denunciaba a su jefe por acoso laboral y perdía el juicio después de que un despreciable Javier Cámara, abogado del demandado, destruyera un vídeo que demostraba los hechos. La serie diaria Somos cómplices le proporcionó su primer gran papel, el de Soledad Méndez, una estafadora que tramaba junto a sus amigos el timo perfecto: se hacían pasar por la familia biológica de un chico cuyo padre adoptivo, interpretado por aquel JR de Dallas, ofrecía una indemnización de cien millones de dólares para saldar una vieja deuda moral. No menos aprovechada era su azafata aérea en Las chicas de oro, pues satisfacía sexualmente al exesposo de Concha Velasco a cambio de una vida cómoda.
 
   El telefilme Alfonso, el príncipe maldito la convirtió en Carmen Martínez-Bordiú, la nieta de Franco, que se divorció porque sus ansias de libertad le impedían obedecer órdenes. Y eso que su abuelo era un dictador experimentado. La sentimental Seis motivos para dudar de tus amigos narraba el viaje que emprendía con su novio y otras dos parejas a un lugar remoto, aunque esas vacaciones no resultaban tan relajantes como pretendía: ciertos acontecimientos del pasado acababan provocando disputas entre todos ellos. Llegó a Los misterios de Laura para presumir de astucia y ayudar a su hermana, una inspectora policial cuyo objetivo era atrapar al asesino que estaba cobrándose vidas en el chalet donde ambas permanecían encerradas. Sus gestos sugerentes, incluido un cruce de piernas a lo Sharon Stone, hicieron que el psicólogo de BuenAgente cayese a sus pies. Finalmente tenía sexo con él a espaldas de su celoso marido, un narco perseguido por la policía. Y hace poco fue la forense que determinó el extraño envenenamiento de la matriarca de los Cortázar, la familia vinícola más ambiciosa en Gran Reserva.
 
 

 
 
   A finales de 2000 hizo de prostituta para Gitano, película protagonizada por Joaquín Cortés y Laetitia Casta. Arturo Pérez-Reverte escribió esa historia sobre un desgraciado percusionista que, tras cumplir una condena injusta en prisión, encontraba nuevos problemas: su mujer le había sido infiel mientras estaba preso y el clan le exigía venganza contra semejante afrenta. Con Peor imposible, ¿qué puede fallar? dejó atrás el drama. Sus imágenes mostraban cómo el idílico fin de semana que había planeado un veinteañero (Víctor Clavijo) se tornaba pesadillesco. Y es que iba a pasarlo a solas con su novia (Elsa Pataky), pero su hermano llegaba a casa para ocultar el cadáver de un matón. Luego presumió de poderes en Trío de ases: el secreto de la Antártida, donde varios superhéroes pugnaban por conseguir la esmeralda que garantizaba el dominio del mundo. Algunos cortometrajes engrosan su currículum, entre ellos Dame cambio, que le reportó dos galardones. Con Arturo Valls compartió tórridas escenas en Cuestión de química, una reflexión sobre el supuesto origen hormonal del amor y el deseo, mecanismos orientados exclusivamente a la perpetuación de la especie. Aunque el popular presentador la conquistaba, huía despavorido porque aún estaba colado por su exnovia. ¿Moraleja? Los sentimientos van más allá de la biología.
 
   Al margen de su faceta artística, también ha trabajado ante las cámaras de televisión como reportera y presentadora. Su primera experiencia se la debe al programa de entretenimiento El intermedio, para el que elaboró descacharrantes reportajes entre 2006 y 2008 y hasta llegó a investigar la dudosa sexualidad de Franco. Alternó sus apariciones en La Sexta con el concurso de Canal Sur Viva mi coro, una competición de agrupaciones musicales andaluzas que condujo en compañía del periodista Rafael Cremades.
 
HÉCTOR ÁLVAREZ JIMÉNEZ
¿Recuerda el momento particular en que decidió ser actriz?
− No tengo un recuerdo concreto. De pequeña organizaba reuniones con mis amigas para ver clásicos de Hitchcock, Capra, Cukor o Wilder. Y por entonces ya me impactaron las interpretaciones de Bette Davis, Joan Crawford, Marilyn Monroe o Katharine Hepburn. Así empezó todo. Después encontré un grupo de teatro independiente en Granada y sentí que no se iba a quedar solo en un hobby.
 
− ¿Quién fue la primera persona a la que se lo contó?
− Supongo que a mi amiga Sonia, que es profesora de Arte.
 
 

 
 
− ¿Cuál ha sido el mayor golpe de suerte que ha recibido hasta ahora en su carrera?
− He tenido muchos, no me puedo quejar. Ahora mismo estoy viviendo uno muy bonito.
 
− ¿A cuál de los personajes que ha encarnado le tiene especial cariño? ¿Por qué motivo?
− A todos los amo y los defiendo a muerte. Mi Mónica de Casi perfectos era una pija divertidísima. Irene fue todo un cañón de energía en 7 vidas. La Jose de Compañeros era mi primer personaje fijo y aprendí muchísimo. Con Soledad, de Somos cómplices, tuve que hacer de estafadora. Alfonso, el príncipe maldito me permitió encarnar a un personaje real, la mismísima Carmen Martínez Bordiú.   Y mi Verónica Lebrel demostró ser la más lista del mundo en Los misterios de Laura. ¡Con el que estoy ahora también es maravilloso!
 
Si el teléfono dejara de sonar, y ojalá que no, ¿a qué cree que se dedicaría?
− Aprovecharía el momento para irme a vivir a Australia. 
 
− ¿Ha pensado alguna vez en tirar la toalla?
− Nunca.
 
− ¿En qué momento de qué rodaje pensó: “¡Madre mía, en qué lío me he metido!”?
− En muchos cortometrajes.
 
− ¿Le gusta volver a ver los títulos en los que ha participado?
− Me cuesta, pero es la única manera de aprender.
 
− ¿Cuál considera que es el principal problema del cine español y qué solución se le ocurre para paliarlo?
− No lo sé. A veces veo películas maravillosas que me hacen sentir orgullosa, pero con otras me pregunto quién coño da las subvenciones, sinceramente. ¡Ojalá supiera la solución! ¿Crear una etiqueta España, como pasa con el cine francés o italiano? ¿Poder entrar en ese maravilloso mundo del cine europeo? ¿Tener industria? ¿Arriesgarnos a contar historias hermosas sin pensar en la taquilla? ¿Que nos den un respiro? ¿Acabar con las envidias? ¿A qué huelen las nubes? [Risas]
 
 

 
 
− ¿A quién le devolvería antes la llamada, a Tarantino o a Burton?
- Tengo dos teléfonos, uno para cada uno. ¡Y otro de repuesto para Spielberg! [Risas]
 
− ¿Cuál fue el primer actor o actriz que le conmovió?
− James Dean en Al este del Edén.
 
¿Qué frase cinematográfica le gusta aplicar como leit motiv personal?
“Francamente, querida, me importa un bledo”. Se lo dice Clark Gable a Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó.
 
− ¿Qué largometraje ha visto tantas veces que se sabe los diálogos completos de alguna escena?
− ¡Uf, muchas! Ahora se me ocurre Cartas a Iris. 
 
− ¿Cuál fue la última película que no fue capaz de ver hasta el final?
− Alguna mía.
 
− ¿Recuerda alguna anécdota divertida que haya vivido como espectador en un teatro o sala de cine?
− Mientras veía El hombre de las estrellas, de Tornatore, la película se quemó. Los tres espectadores que habíamos ido al cine pensábamos que era así y estuvimos concentrados, esperando encontrar el sentido de la historia, hasta que vinieron a avisarnos.
 
− ¿A qué serie de televisión está enganchada?
− A The walking dead: me gusta que los vivos sean más malos que los zombies.
 
− ¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado alguien cercano para ejercer este oficio?
− “Pregunta todo lo que no entiendas”. Y eso hago, así que puedo llegar a ser muy pesada.
 
− ¿Qué punto fuerte destacaría de usted como intérprete?
− Las ganas de tirarme a la piscina y una memoria prodigiosa.
 
− ¿Y débil?
− Ese no lo digo, que lo estoy solucionando…
 
− Adelántenos, ahora que no nos escucha nadie… ¿Cuál es el siguiente proyecto que se va a traer entre manos?
− ¡Mucha diversión y mucho de lo nuestro!
 
− ¿Qué sueño profesional le gustaría hacer realidad?
− Actuar a las órdenes de Tarantino y Haneke.
 
− ¿Qué titular le gustaría leer en el periódico de mañana?
− Que los zoquetes que están en el gobierno han reculado y nos devuelven la educación, la sanidad, rebajan el IVA… Ah, y de paso, ver a unos cuantos entre rejas.
 
− ¿Qué canción o canciones escogería para ponerle banda sonora al momento actual de su vida?
Alineación de planetas, de Alis.
 
− ¿En qué otra etapa de la historia le gustaría haber nacido?
− Pues no sé… Diré la antigua Grecia para hacerme la guay [Risas].
 
− Díganos qué le parece más reseñable de AISGE y en qué aspecto le gustaría que mejorásemos.
− Hacéis una muy buena labor por nosotros. Las mejoras deben plantearlas quienes saben, aunque sería bueno un mayor entendimiento con la Unión de Actores para sentir que todos hablamos el mismo idioma. ¡Y también poder conseguir plaza para algún curso!

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