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15-02-2016

 
Dani Rovira: un malagueño con cuerda para rato



HÉCTOR ÁLVAREZ
Reportaje gráfico: Alberto Ortega (Academia de Cine)
Tan vitoreada fue su presentación de los Goya en 2015 que la Academia de Cine le confió el timón de la ceremonia por segundo año consecutivo. Y esta vez con el reto adicional de celebrar el trigésimo aniversario de los galardones. Por eso irrumpió ante la audiencia dispuesto a mirar por el retrovisor de la vida con nostalgia cómica: “Hace tres décadas Raphael se había retirado del celuloide, Camilo Sesto parecía Camilo Sesto, Lola Flores hacía el primer crowdfunding, Juan Echanove estaba en su peso, Enrique San Francisco era Gabino Diego, María Valverde era bebé, Concha Velasco era yeyé, Fernando Esteso se las levantaba todas a Julio Iglesias…”.
 
   Esa mirada al pasado trascendió la farándula para adentrarse en la política. “Por entonces también teníamos presidente del Gobierno, y hoy tenemos aquí al posible futuro Gobierno de nuestro país”, anunció. Y es que en la gala ocupaban la misma fila los no siempre acordes Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Alberto Garzón. “Estaría bien que a partir de esta noche habláramos de un Pacto de los Goya”, les insistió a los candidatos, “ya que la Academia ha preparado una sala a propósito. Tiene cuatro sillas y un plasma para que habléis los cinco, pero terminad antes de que empiece la barra libre, que nos liamos y al final Resines preside España”.
 
El compromiso de un valiente
Entre los comentarios jocosos volvieron a volar los habituales cuchillos. El conductor recordó que durante la campaña electoral “hubo debates a dos, a cuatro o incluso a seis, pero en prácticamente ninguno se acordaron de mencionar la cultura”. En el centro de la diana situó al polémico ministro de Hacienda en funciones, figura clave para explicar la continuidad del IVA cultural en el 21 por ciento: “A mí me da igual que no bajen el IVA de los yates porque no tengo uno. Lo mismo le pasa a Cristóbal Montoro con la cultura”.
 
   El rechazo hacia la gestión del Ejecutivo en la última legislatura resurgió cuando el repaso a las cintas nominadas se detuvo en la de Juan Miguel del Castillo, Techo y comida, al frente de cuyo elenco decidió poner a Natalia de Molina. “Nuestro cine también refleja las injusticias sociales. Dinero en Suiza, desempleo, desahucios, recortes… Hasta nos han dicho que los yogures caducados se pueden comer. ¿Nos dirán que lo mejor del pan de molde es lo verde? Y un piso de 30 metros cuadrados lo consideran una vivienda digna. ¡Eso es una plaza de garaje digna! Ha llegado un momento en que ya no queremos vivir por encima de nuestras posibilidades. Ahora solo pedimos techo y comida”, lamentó el conductor de la velada.
 
   El gesto de Rovira se tornó más sonriente cuando, al hablar con Fernando León de Aranoa sobre Un día perfecto, le vino a la cabeza su tierra natal. Propuso una versión de esa película donde, en lugar de ir a la guerra, los protagonistas pasaran una jornada de playa en Málaga. “Pillas a Benicio del Toro y Tim Robbins y te los llevas a un chiringuito con un gazpachito y pescaíto. Así el título sería Un día de puta madre. ¡Los malagueños tenemos cuerda para rato!”, presumió.
 
 

 
 
Maestro del cara a cara
El conductor alivió la soledad de los monólogos en compañía de los muchos candidatos a los que abordó con comentarios hilarantes. Algunos sonaron complacientes, otros más burlones, pero en ninguno faltó la admiración hacia sus compañeros.
 
Mario Casas
“Es uno de los tíos que más trabaja en este país, la gente pierde el culo por trabajar con él, consigue llevar un montón de gente al cine… ¿Qué coño tiene que hacer para que le nominen? ¿Es necesario que antes le den un Óscar? Me quito el sombrero con él”.
 
Inma Cuesta
“Si tuviera que puntuarte del 1 al 10 como buena actriz, no dudaría en ponerte un 12. Si Lorca pudiera ver La novia, seguro que fliparía con una de las mejores interpretaciones de uno de sus personajes”.
 
Pedro Casablanc
“Enhorabuena por tu mimetización en el papel de Luis Bárcenas, es una interpretación (sobre)saliente. Si por cualquier cosa no te llevas el Goya, te mandaré luego este mensaje: ‘Pedro, sé fuerte”.
 
Isabel Coixet
“No me quieres ni ver, ¿verdad? [por la polémica desatada a raíz del vídeo promocional de esta 30 edición]. Enhorabuena por Nadie quiere mi gran noche. ¡Uy, perdona! El tuyo es un peliculón, pero… ¿te parece adecuado el título? ¡Eso es que no conoces a Jorge Sanz! Nadie quiere la noche transmite mucho frío; incluso la han prohibido en Soria”.
 
Penélope Cruz
“Tu personaje en ma ma me parece muy complicado. Se llama Magda, le diagnostican cáncer de pecho, su ginecólogo le canta canciones, conoce a un ojeador de niños futbolistas al que se le mueren la hija y la mujer, luego se le echa de novio y no se le levanta… Solo le falta votar a UPyD”.
 
 
 

 
 
Ricardo Darín
“Esta es tu cuarta nominación y aún no tienes ningún Goya. Me extraña mucho, porque eres mi actor favorito desde que fuiste hijo de Inma Cuesta, desde que fuiste El hijo de la novia. Eres la típica persona que da la sensación de que lo hace todo bien. ¿Sabes que Stanislavski usaba el método Darín?”. 

Luis Tosar
“Yo no sería capaz de encabezar un filme como El desconocido: tengo ciática y tú te pasas todo el día sentado. También estás siempre hablando por teléfono, como si te quisieras dar de baja desesperadamente de una compañía”.
 
Javier Bardem
“En este oficio hay niveles. Él ha hecho Mar adentro, y yo podría hacer La orillita. Ha hecho No es país para viejos, y a mí me ha llegado un guion muy gracioso con el título No es país para siesos. Ahora me van a ofrecer Chóped, chóped, la segunda parte de Jamón, jamón.
 
Daniel Guzmán
“Media España está enamorada de tu abuela, es la nueva Marisol”.
 
Álex García
“¡Qué bien te mueres! En los años que llevo como espectador nunca he visto a nadie morirse así. ¡Qué irse! ¡Qué apagarse! ¡Con qué parsimonia! No te imaginas cuánto lo disfruté”.
 
Manuel Burque
“Es de Galicia, pero parece vikingo. ¡Pelirrojo a tope!”
 

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