− ¿Recuerda alguna anécdota divertida que haya vivido como espectador en un teatro o sala de cine?
− Cuando se estrenó mi primer filme, ¿De qué se ríen las mujeres?, tenía quince años. Recuerdo que fui a verlo con mis amigos a un cine de Getafe y, al acabar el pase, mucha gente me reconoció. Una chica hermosa y despistada me dijo: “Un poco más delgado, con más pecas, y eres igual que el de la peli”. ¡Adiós romance! [Risas]
− ¿A qué serie de televisión está enganchado?
− La última es Louie. Pasen, vean y sabrán por qué.
− ¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado alguien cercano para ejercer este oficio?
− En el plano técnico me dijeron: “Menos es más”. Creo que debería tatuármelo para que no se me olvide. Y una buena amiga me aconsejó no hace mucho que recurriera de vez en cuando al “dame pan y dime tonto”. Es necesario en esta profesión. Que cada uno interprete lo que crea oportuno…
− ¿Qué punto fuerte destacaría de usted como intérprete?
− Sé que tengo millones de defectos, pero también una virtud: soy fácil de dirigir. Entiendo bien lo que quieren de mí, soy moldeable para tirar por un lado u otro, siempre a juicio del director. Y creo que funciono en la comedia. Me desenvuelvo bien con ese tono y mi perfil ayuda. Desde que entendí que jamás sería el protagonista guapetón, sino el amigo cachondo de este, todo me va mejor…
− ¿Y débil?
− Mi desnudo. ¡Espero no tener que someter jamás al espectador a semejante tortura! [Risas]
− Adelántenos, ahora que no nos escucha nadie… ¿Cuál es el siguiente proyecto que se va a traer entre manos?
− Después de un tiempo maravilloso actuando en Gran Hotel tengo a la vista una película firmada por varios autores. Participaré en una de las historias que dirige David Galán, con Andrea Duro y Miguel Rellán como compañeros. Y alguna otra cosita sobre la que no puedo soltar prenda.
− ¿Qué sueño profesional le gustaría hacer realidad?
− Rodar en Nueva York, aunque sea por la 5ªAvenida hacia abajo. [Risas]
− ¿Qué titular le gustaría leer en el periódico de mañana?
− “¡Inocente, inocente!”
− ¿Qué canción o canciones escogería para ponerle banda sonora al momento actual de su vida?
− Contestar a esta pregunta es tan complicado como elegir un actor o película favorita. Si digo una al instante, me arrepentiría de no haber escogido otra. Ahora, mientras completo esta entrevista, escucho The National.
− ¿En qué otra época le gustaría haber nacido?
− En el siglo XIX, sin duda. Soy un romántico en el sentido más literario de la palabra. Me pone bastante todo lo que tenga que ver con ese Londres gris, nebuloso y sombrío de Jack el Destripador. Soy más de lluvia que de sol, de norte que de sur, y el XIX es el siglo otoñal por antonomasia. Un tipo raro, lo sé.
− Díganos qué le parece más reseñable de AISGE y en qué aspecto le gustaría que mejorásemos.
− Nuestros derechos de imagen están protegidos gracias a la buena labor de AISGE. He tenido la oportunidad de participar en algunos de los cursos que ha organizado, sin contar los de inglés, que para mí ya son casi obligados. Y siempre he salido más que satisfecho, así que debería programarlos con mayor periodicidad, e incluso facilitar el acceso a algún curso en el extranjero a través de becas o algo similar. ¡Gracias!