¿Para qué sirve un representante?
El joven Mat Cruz reúne en un libro-guía los consejos y experiencias de 62 reputados profesionales de la representación de actores en España
ANTONIO ROJAS (@mapadeutopias)
Con un guiño al clásico de José Luis Cuerda, el actor Mat Cruz, conocido por sus interpretaciones en las series Estoy vivo y Vis a Vis: el oasis, ha promovido el libro colectivo Representante, que no es poco (La Masia Reels – Autografía). En él se reúnen los consejos y experiencias de 62 conocidos profesionales de agencias de representación de actores en España. Una obra que quiere ser referente indispensable y práctico para quienes empiezan en el mundo de la interpretación y desconocen para qué sirven los representantes, cómo contactar con ellos, qué perfiles funcionan mejor en la industria, por qué se elige a unos actores/actrices o a otros, si es posible acudir por libre a un casting o cómo es el mundo laboral de los intérpretes.
Además de los testimonios de los representantes, la obra contiene el listado de las 223 agencias de representación de actores y actrices existentes en España en 2020.
Representante, que no es poco es un libro de autoría colectiva, que ha contado con la participación de 19 colaboradores, coordinados por Mat Cruz, que ha ejercido de frontman y que reconoce que el proyecto nació de un modo impulsivo y espontáneo. “Sencillamente, quería emprender algo que me estimulase y que pudiese aportar valor, así que me lancé sin saber realmente cómo acabaría”. La idea inicial era publicar algunas entrevistas en el blog de La Masia Reels, una productora que cofundó en 2015, especializada en videobooks para actores. Al observar que los representantes estaban predispuestos, se le acabó ocurriendo la “alocada idea” de hacer un libro que, además, tiene la particularidad de que los beneficios del autor van destinados a la ONG Acción contra el Hambre.
No entiende muy bien que no existiera en nuestro país literatura e información suficiente sobre representantes. “Si mi día a día como actor se basa en relacionarme con un representante, quiero conocerlo bien y saberlo todo sobre lo que hace”.
Difíciles de convencer
Asegura que la tarea de poner en pie la iniciativa no ha sido fácil y que ha encontrado muchísimas dificultades a lo largo del año y medio de trabajo que ha requerido. Algunas derivadas de tratar de convencer a algunos representantes –“están muy ocupados y cuesta llamarles la atención”- y otras, por la propia magnitud del proyecto, que ha exigido la participación de casi una veintena de colaboradores.
Los actores y actrices que se inician en esta profesión deben tener muy claro que se embarcan en una carrera de fondo, en la que hay que tener paciencia antes de recoger los frutos, que siempre llegan. Y en la que, como apuntan en el prólogo Juantxu Álvarez y Helena Maroto, de Gosua Management, se ha de tener constancia, profesionalidad y confianza mutuas entre el agente y su representado: “El representante debe confiar ciegamente en la capacidad de su actor o actriz y al revés en la de su representante. Ese respeto mutuo es el que hace que la relación sea estable y productiva a largo plazo. Una carrera es algo que se hace en equipo, donde se toman decisiones en conjunto con muchos factores a tener en cuenta. Todos ayudan y todos afectan”.
Motivos de agradecimiento
Al enfrentarse a esta guía práctica para actores, Mat Cruz descubrió que, como muchísimos actores y actrices, no mostraba agradecimiento hacia sus agentes. “El simple hecho de valorar que un representante trabaja y no cobra hasta que yo consigo trabajo, es de agradecer. Si un actor está en la cartera de un representante, este quiere que trabajes, es la forma que tiene para llegar a final de mes, pagar facturas, cuidar de sus hijos, como cualquier persona”. ¿Y piensa Mat Cruz que los representantes también tienen defectos? “Claro que sí, como todo ser humano. Lo bonito de este libro es que hay 62 voces para que cada uno pueda opinar al respecto”.
Sabe que hay actores que trabajan sin oficinas de representación, pero no cree que sea lo más recomendable. Y menos si se empieza en esto de la interpretación, pues el agente accede a ofertas que al actor en solitario no le llegan, además de brindar “un punto de profesionalismo y mejor imagen”. No obstante, para quien quiere encauzar la carrera por su cuenta, sin ayudas externas, le aconseja lo siguiente: “Cree en ti y rodéate de gente que sepa”.
Aunque ya los conoce en profundidad y sabe cómo se manejan, Mat Cruz no se plantea, en ningún caso, dar el salto a la representación. Faltaría más. “Quiero tener una larga carrera como actor, escribir y producir mis proyectos. De ahí que este no sea un libro único, el siguiente es de directores de casting, y me estoy planteando si luego le seguirá el de directores o productores. Lo que quiero es aportar algo a la industria que no existía antes”. Quedamos a la espera.
Exitoso bailarín de competición (opción que abandonó para “explorar y vivir otras cosas”) y mago profesional antes que actor, este joven nacido en Martorell debutó en el cine en 2014 con Natasha, de Sandeep Raisinghani, cinta a la que seguirían después Puppet Master: Axis Termination , de Charles Band, y La muda, de Alix Gentil, ambas de 2017. En televisión se le ha visto en las series Estoy vivo (2019) y Vis a Vis: el oasis (2020).
Está deseando ponerse otra vez frente a una cámara. “Las experiencias que he tenido en las dos series, por ejemplo, han sido geniales, especialmente por conocer a actores como Javier Gutiérrez o Najwa Nimri y compartir con ellos unos días inolvidables”. Además, entre sus proyectos futuros está coprotagonizar un corto dirigido por Alberto Gallego y protagonizado por Antonio Durán “Morris” (Fariña) y la producción de una serie basada en su vida, que anunciará en próximos meses. Esta última es un proyecto muy excitante en el que vuelca los aspectos más íntimos y humanos de sí mismo. Le daba miedo exponer algunos de ellos, “pero tenía que hacerlo porque hacen que el resultado sea más fresco, real y extremadamente honesto”.
Sobre si persigue la popularidad, contesta rotundamente: “Me parece un engorro, no me gusta mucho; lo que busco es posicionarme. Protagonista o secundario, prefiero ser de los que trabajan mucho. Mis grandes referentes suelen ser actores como Philip Seymour Hoffman o Fele Martínez. Deseo tener una carrera larga y fructífera”. Es decir, persigue, de un lado, no parar de trabajar y, de otro, crear sus propias historias (“es cuando más disfruto del proceso y mejor actúo”).
Asegura que también se siente atraído por el teatro, por las sensaciones que produce subir a un escenario y sentir el cercano aliento del público. Especialmente le atraen dos géneros, el realismo americano y el teatro del absurdo: “Soy fan incondicional de obras como Buried Child, de Sam Sheppard, y me flipa Mamet, es increíble”.
En los momentos más intensos de la pandemia y del confinamiento, volcó su ansiedad en el trabajo: “Aproveché la cuarentena para acabar el libro, convencer a los representantes que me faltaban, realizar entrevistas, coordinar a los colaboradores, conseguir editorial… Por otro lado, escribí el proyecto de ficción que he producido, dirigido y actuado, y que ha supuesto un reto muy guay”. Y no pierde la sonrisa ni la esperanza, pues siente que ahora es un muy buen momento para aprender nuevas habilidades y mejorar las asimiladas. En su opinión, “si ahora uno puede conseguir resultados positivos, cuando vengan mejores tiempos, en un futuro de bonanza, estos resultados serán todavía mejores”.