Una “tierra salvaje” en lo ancho de Soria
JAVIER OCAÑA
El triunfo en todo el mundo de El renacido, de Alejandro González Iñárritu, ha resucitado una semiolvidada pero excelente película que trataba exactamente la misma historia: El hombre de una tierra salvaje, dirigida por Richard C. Sarafian en 1971, protagonizada por Richard Harris y John Huston, y rodada parcialmente en España. Sarafian, que ese mismo año ya había estrenado otra película que se convertiría en obra de culto (Punto límite: cero, con guión de Guillermo Cabrera Infante), se ocupa en la historia, como Iñárritu en la suya, de la odisea real de Hugo Glass, trampero de 1830 que realizó un legendario viaje en solitario tras ser atacado por un oso, momento cumbre de ambas producciones.
Rodada en su mayor parte en Arizona, en el Lago Mormon y en el Coconino National Forest, además de Durango y Chihuahua, en México, tuvo sin embargo parte de su filmación en la provincia de Soria: en la localidad de Covaleda, concretamente en los pinares de los alrededores, y en el embalse de la Cuerda del Pozo, en el curso del río Duero, junto a la localidad de Vinuesa. La parte de la producción a la que pertenecen las escenas sorianas está al final de su metraje, en las luchas con los indios, que no eran nativos americanos sino, en buena parte, extras covaledenses.
La presencia en España del equipo de El hombre de una tierra salvaje sirvió además para que los pocos medios verdaderamente cinéfilos que había a principios de los 70 aprovecharan para entrevistar a Huston. Las cuestiones, eso sí, versaron más sobre su carrera como director de obras míticas (El halcón maltés, El tesoro de Sierra Madre) que en torno a su trabajo como actor en la película.