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01-12-2017

Descargar'>Kiti Mánver habla con motivo de su galardón por 'Las heridas del viento' en presencia del director de la película, Juan Carlos Rubio (izquierda) y del actor Pelayo Rocal, quien presentaba la ceremonia de entrega

Kiti Mánver habla con motivo de su galardón por 'Las heridas del viento' en presencia del director de la película, Juan Carlos Rubio (izquierda) y del actor Pelayo Rocal, quien presentaba la ceremonia de entrega

El festival que sueña con desaparecer
 
 
 
Se les llama minorías, pero una vez al año agotan las entradas en salas de la capital… y alrededores. La última edición del LesGaiCineMad, un encuentro con más de dos décadas de andadura, ha premiado a Kiti Mánver
 
 
 
FRANCISCO PASTOR
Una noche de domingo, junto a la Cineteca del Matadero de Madrid, se mezclan saludos cariñosos con conversaciones amparadas al humo del tabaco. Una cola de espectadores disimulada entre la algarabía espera delante de la taquilla. Y es que llega a su fin el LesGaiCineMad, el festival cinematográfico que cada otoño conquista algunas salas de la capital y municipios aledaños. A lo largo de la velada se anunciará el palmarés de esta edición, que encumbra con uno de sus galardones la labor interpretativa de Kiti Mánver en Las heridas del viento. “No sé si me lo conceden como actor o actriz”, cuenta al recogerlo, pues en la película se encarga de dar vida a un hombre. Concretamente homosexual. Son ya más de dos décadas las que han transcurrido desde que este certamen celebra la diversidad afectiva y su plasmación en el celuloide.

   El largometraje español firmado por Juan Carlos Rubio cierra esa noche la programación del festival. Pero antes de su proyección toca la entrega de premios. Tanto la mención del público como la del jurado se dirigen a Close-knit, una cinta japonesa en la que un hombre y su pareja, una mujer que se despidió de su género masculino tiempo atrás, se hacen cargo de una niña pequeña. “Las historias trans llevan años ganando, y no os vamos a devolver la victoria”, ríe la diputada Carla Antonelli desde el escenario. El viaje de Carla, un documental que recogía su cambio de sexo, fue distinguido hace años con dos galardones de los espectadores. El público vota en urna al salir de las proyecciones. En la platea, ocultos entre dos centenares de asistentes, asoman algunos premiados españoles. Los directores Enrique Gimeno y Osama Chami se han impuesto sobre las producciones foráneas en la mención especial del jurado gracias a Según Mateo.

La diputada en la Asamblea de Madrid por el PSOE Carla Antonelli celebró que en las últimas ediciones del LesGaiCineMad triunfen las historias de temática transexual

La diputada en la Asamblea de Madrid por el PSOE Carla Antonelli celebró que en las últimas ediciones del LesGaiCineMad triunfen las historias de temática transexual

 
   Fue la llegada del cine digital lo que propició el desembarco de autores patrios en el catálogo del LesGaiCineMad. “Cuando apenas existía el e-mail, pedíamos las cintas de celuloide por fax. Aunque en la primera edición ni siquiera subtitulamos las películas, todas ellas en lengua extranjera, la larga fila daba la vuelta a la manzana”, anota Gerjo Pérez Mella, quien dirige el certamen. A su alrededor, los carteles de ediciones anteriores decoran la Fundación Triángulo, firmante de la convocatoria. El encuentro comenzó su andadura en una única sala cercana a la plaza de las Cortes. Los policías que custodiaban el Parlamento veían aquello como una especie de protesta. El matrimonio entre personas del mismo sexo no se había colado entonces en el programa electoral de ningún partido político, pero según apunta González, algunos espectadores que coincidieron en aquellos inicios están casados en la actualidad. Otros filmes sirvieron de antesala a quienes, al encenderse la luz, reconocían su verdadera sexualidad ante allegados.

Adiós al monopolio del drama
En esta convocatoria se han ofrecido más de 114 proyecciones en 21 salas repartidas por toda la región. “La trama de las producciones también ha cambiado. Antes todas eran dramones: chicos en el armario, amores imposibles… El VIH estaba ahí siempre. Luego llegaron las comedias y el cine de palomitas. Hoy contamos historias donde lo LGTB ya no es parte del arco dramático”, repasa González. La experimentación va más allá en el caso de los cortos. “Me he encontrado algún thriller y piezas con mucha mezcla de géneros”, cuenta el miembro del jurado David Velduque. 

El cineasta canario Roberto Pérez Toledo recibió el premio a toda su trayectoria

El cineasta canario Roberto Pérez Toledo recibió el premio a toda su trayectoria

   La mayoría de los títulos llega al festival por iniciativa de los propios realizadores, mientras que la parte restante viaja hasta Madrid a petición de los organizadores. Según Miguel Lafuente, responsable de la programación del LesGaiCineMad, “ciertos trabajos no quieren exponerse en nuestro seno porque temen quedarse con la etiqueta”. Aunque solo uno de cada seis largometrajes que se estrenan aquí acabará en las salas comerciales, basta un paseo por encuentros similares para entender que esta proporción es elevada. La etiqueta de la diversidad no le incomoda en absoluto al cineasta Roberto Pérez Toledo, que recibió el premio especial a toda una carrera: “Hay que hacer cine que moleste”.

   “Más allá de lo LGTB, queremos buscar también un discurso solidario. Por poner un ejemplo, nuestra lucha va de la mano del respeto al migrante”, apunta Loreto Ares. Ella se ocupa de las más de 40 actividades que se organizan en paralelo a los pases cinematográficos. Algunas incluso están interpretadas en lenguaje de sordos. Esta doctora en Cine cita el coloquio sobre el documental Bones of contemption, cuyo argumento aborda la persecución durante el franquismo. Paradojas de nuestra historia con firma extranjera. La obra se proyectó en el auditorio Marcelino Camacho del sindicato Comisiones Obreras, un espacio que marcó un antes y un después en la trayectoria del certamen, según afirman los miembros de Triángulo. Y eso que ahora cuenta entre sus sedes con la Casa de América o algunas universidades de Madrid.

 
El futuro incierto del activismo LGTB
Esta convocatoria acercó hasta la Cineteca a más espectadores que ningún otro evento celebrado allí en 2017. Y Gerjo Pérez Mella advierte: “El sueño del festival es desaparecer. Incluso creímos que nos marcharíamos después de que Zapatero aprobara el matrimonio para todos. Pero en la ficción, como en la calle, siguen quedando tareas pendientes. ¡Queremos ver a un héroe del Oeste enamorado de alguien de su mismo sexo!”. El responsable recuerda el trofeo que se otorgó a aquella pareja de Hospital Central formada por las actrices Patricia Vico y Fátima Baeza. “Yo puse nombre a mis sentimientos gracias a la gran pantalla”, sentencia Velduque, antes de concluir: “A nosotros nos toca perder el miedo, pero importa más convencer a quienes están fuera”. Además,  celebra la presencia del LesGaiCineMad en salas alejadas de la capital, como las de Rivas-Vaciamadrid. En la Fundación 26 de Diciembre, un rincón del barrio de Lavapiés para personas LGTB en la tercera edad, recalaron los pases de las cintas que generaron mayor polémica. Y después tenía lugar un coloquio entre activistas y espectadores.
 
   “Los mayores son los más participativos del festival”, subraya Pérez Mella, algo desconfiado ante la disposición de los jóvenes a tomar el relevo en el activismo. “No lo han pasado tan mal como los de generaciones anteriores. Y también observo que solo aceptan las formas más lúdicas de trabajo. Recoger firmas o pegar carteles les cuesta”. A su lado asiente Germán de Heras, de 23 años, quien se encarga de la comunicación. El benjamín del equipo coincide con todos sus compañeros al considerar que la militancia debe buscar su propia extinción. Esa vocación distingue al LesGaiCineMad del gran entramado de locales de ocio nocturno, de los viajes y otros negocios pensados para este colectivo. “Nacieron bajo el abrigo del capitalismo y encuentran en la diversidad un provecho económico. Nosotros no”, remata el chaval. Llega la hora de que aparezcan en la gran pantalla los primeros fotogramas de Las heridas del viento. Pero antes de esas imágenes en blanco y negro y del soliloquio de Dani Muriel frente a la cámara, el aplauso es para los voluntarios que hacen posible el encuentro durante dos semanas.

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