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Reportaje gráfico: Enrique Cidoncha

Reportaje gráfico: Enrique Cidoncha

 
ESTHER RIVAS
 
“Cada vez que veo ‘House’, Hugh Laurie 
  me da una clase de interpretación”
 
 
Enormes pendientes de plástico rosa, ojos maquillados a juego y chándal. Son los complementos característicos de la Lore, una inculta chica de extrarradio que mantenía sesudas conversaciones cinematográficas con su amiga Vane en ¡Tía, no te saltes el eje! Muchos espectadores conocieron a esta madrileña de 27 años gracias a ese cortometraje, presentado sin grandes esperanzas a la quinta edición del certamen Notodofilmfest pero que acabó convirtiéndose en un fenómeno cuyos coletazos se sintieron incluso en México. Semejante éxito propició el rodaje de otras dos entregas y le valió a la actriz su pasaporte a La tira, una serie cómica que La Sexta emitió diariamente durante casi dos años. Poco le costó encarnar al que hasta ahora ha sido su único personaje televisivo, la Yoli, que trabajaba como cajera de supermercado junto a una casi desconocida María León. Ignoraba a los clientes porque su sueño era ser famosa, aunque se conformaba con ganar algo de dinero para pagarse el botellón semanal.
 
   Su nombre siguió sonando alto en el mundo del cine breve con Inter-face, cuya grabación solo requirió la cámara de un teléfono móvil, pues daba vida a una pintora que mostraba mediante videollamada su lugar predilecto: el Museo Reina Sofía. Esa precariedad tecnológica no impidió que en 2010 ganase el Premio Versión Española/AISGE a la Mejor Interpretación Femenina. Tommy Llorens ya la había fichado entonces para su primera película, la alocada comedia Maricón Canela, donde hizo de desdichada reportera televisiva que perseguía a gente muy rara. Al autor le gustó tanto su trabajo que, de vuelta al pequeño formato, le ofreció protagonizar dos piezas. En Tres días, pero güenos rescató el registro barriobajero e intentaba ocultar la tristeza por el último diagnóstico de su padre moribundo. Y con el alabado Maiakovski adoptó un tono optimista mientras le entregaba el finiquito a un hombre maduro que, además de perder su empleo tras casi treinta años, estaba pasando una mala racha en lo personal.
 
   El andaluz Jorge Naranjo también ha contado con ella en repetidas ocasiones. A sus órdenes encabezó Llama ya, un corto que volvió a reportarle el aplauso de Notodofilmfest, donde bordaba a la patosa presentadora de un call show al que llamaba una anciana. Pero cuando por fin tenía la oportunidad de decir la respuesta correcta, los gritos de su furioso marido desde la habitación daban al traste con su premio de 40.000 euros. Y recientemente ha acompañado a ese director en su salto al largometraje, una aventura de bajísimo presupuesto que lleva por título Casting y que en la última edición del Festival de Málaga ha conseguido una Biznaga para todo su reparto. Ella es, junto a Javier López, la protagonista de esa historia sobre dos actores desesperados que comparten frustraciones y flirteo antes de su enésima prueba. Sin embargo, el gran público ya la recuerda por su papel de enfermera campechana que atendía a la niña de Camino, su grandioso debut en la gran pantalla.
 
   Hasta en ocho ocasiones se ha subido profesionalmente sobre las tablas, con algunos títulos enjundiosos: desde la descacharrante La extraña pareja, donde encarnó a Óscar, a Sueños de un seductor (Woody Allen), el gran clásico de Ana Diosdado Los ochenta son nuestros (en otro papel masculino, el de Miguel) y La dama boba, de Lope de Vega, su primera gran incursión en nuestro Siglo de Oro. Hoy sigue definiéndose a sí misma como “proyecto de actriz”, aunque ya ha dejado claro que talento no le falta.
 
 

 
 
HÉCTOR ÁLVAREZ JIMÉNEZ
¿Recuerda el momento particular en que decidió ser actriz?
− Mi hermano estaba en el salón viendo La fiera de mi niña y yo entré diez minutos después de que hubiese empezado. Cuando terminó la película le dije: “Yo quiero hacer eso”. No sé si entendió lo que quise decir, pero recuerdo que contestó: “¡Toma, y yo!” [Risas]
 
− ¿Quién fue la primera persona a la que se lo contó?
− No hizo falta decirlo, se notaba. Me gustaba muchísimo el cine, era lo único que conseguía tenerme tranquila y relajada en el sillón.
 
− ¿Cuál ha sido el mayor golpe de suerte que ha recibido hasta ahora en su carrera?
− Sinceramente, lo digo de corazón, todos los proyectos en los que he participado han sido experiencias muy bonitas e inesperadas. Pero si hablamos de que alguien importante contase conmigo, ese fue Javier Fesser cuando me propuso salir en Camino: no busqué nada, simplemente sonó el móvil.
 
− ¿A cuál de los personajes que ha encarnado le tiene especial cariño? ¿Por qué motivo?
− A la Lore de Tía, no te saltes el eje. Aunque estaba asustada porque creía que no lo haría bien, Kike Narcea confiaba en mí desde que me conoció.
 
Si el teléfono dejara de sonar, y ojalá que no, ¿a qué cree que se dedicaría?
− Mi teléfono nunca suena demasiado; de hecho, no suena casi nada… [Risas] Me dedicaría a mi otra pasión, ejercer como maestra. Cursé Magisterio Infantil porque los renacuajos a los que enseño me proporcionan una satisfacción tan grande como la que me nace cuando actúo. 
 
− ¿Ha pensado alguna vez en tirar la toalla?
− Nunca, aunque tampoco la siento demasiado atada. Tengo la toalla limpia y colocada, pero no anudada al cuello: en la vida hay que tener muchas pasiones
 
 

 
 
− ¿En qué momento de qué rodaje pensó: “¡Madre mía, en qué lío me he metido!”?
− ¡En todos! [Risas]
 
− ¿Le gusta volver a ver los títulos en los que ha participado?
− Siempre que hago un trabajo quiero saber cómo ha quedado el montaje, la fotografía, el sonido… Pero fijarme solo en mí misma no me gusta, resulta aburrido. ¡Ya me tengo muy vista!
 
− ¿Cuál considera que es el principal problema del cine español y qué solución se le ocurre para paliarlo?
− No suelo hablar de cosas que no conozco completamente. Pero mi humilde opinión es que en el mundo de las artes, como en todos los trabajos, surge una necesidad de pedir más a medida que pasa el tiempo. En España tenemos que dejar de pedir tanto y empezar a arriesgar un poquito con nuestro bolsillo, pero con nuestro bolsillo de verdad.
 
− ¿A quién le devolvería antes la llamada, a Tarantino o a Burton?
− Soy muy organizada, así que se la devolvería al primero que me hubiera llamado. Y si no sé la hora exacta, contactaría primero con Quentin Tarantino y luego con Tim Burton, por orden alfabético. Sería lo justo, ¿no?
 
− ¿Cuál fue el primer actor o actriz que le conmovió?
− Bette Davis en Amarga victoria.
 
¿Qué frase cinematográfica le gusta aplicar como leit motiv personal?
“Claro, porque si no, habría muchos”. Pertenece a La vida de Brian.
 
− ¿Qué largometraje ha visto tantas veces que se sabe los diálogos completos de alguna escena?
El jovencito Frankenstein.  
 
− ¿Cuál fue la última película que no fue capaz de ver hasta el final?
− Lo siento, pero… Star Wars.
 
 

 
− ¿Recuerda alguna anécdota divertida que haya vivido como espectador en un teatro o sala de cine?
− ¡Sí! Cuando fui a ver Días de Futbol el público fue maravilloso, no parábamos de reír, hasta el punto de que volví a verla al día siguiente porque había chistes que ni siquiera había podido escuchar. Fue una sensación preciosa: hacía años que el público no se ponía a aplaudir en mitad de una película, sin dejar oír lo siguiente. Ese filme consiguió que pareciéramos una gran familia sentada ante del televisor de casa.
 
− ¿A qué serie de televisión está enganchada?
− A House: Hugh Laurie me da una clase gratuita de interpretación cada vez que veo un capítulo.
 
− ¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado alguien cercano para ejercer este oficio?
− “Menos siempre es más”. Ese lema demuestra conciencia de uno mismo y humildad. Me lo dijo Carlos Menéndez, un gran profesor al que conocí en una de las escuelas por las que pasé.
 
− ¿Qué punto fuerte destacaría de usted como intérprete?
− Las ganas de jugar y la espontaneidad.
 
− ¿Y débil?
− Según dicen, la cabezonería, el deseo de llevar siempre la razón. ¡Me viene de familia!
 
− Adelántenos, ahora que no nos escucha nadie… ¿Cuál es el siguiente proyecto que se va a traer entre manos?
− Una película de Mario Jara que está en proceso de montaje, casi lista para disfrutarla. También tengo una serie para Internet a punto de estrenarse, en la que trabajo junto a actores increíbles y directores maravillosos del mundo del cortometraje. Y, por último, una obra de teatro con el actor Javier Almeda. Todo hecho con mucha ilusión, lo único que no está en crisis ahora… [Risas]
 
 

 
 
− ¿Qué sueño profesional le gustaría hacer realidad?
− Vivir de este arte.
 
− ¿Qué titular le gustaría leer en el periódico de mañana?
− “¡España renace!”
 
− ¿Qué canción o canciones escogería para ponerle banda sonora al momento actual de su vida?
Moon river.
 
− ¿En qué otra etapa de la historia le gustaría haber nacido?
− Durante la Primera Guerra Mundial.
 
− Díganos qué le parece más reseñable de AISGE y en qué aspecto le gustaría que mejorásemos.
− Me gusta el trato igualitario que ofrecéis a todos los actores. Y mejoraría vuestra publicidad porque, aunque suene extraño, hay compañeros y otros profesionales del mundo artístico que aún no os conocen.

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