Cinco historias turbadoras
En primer lugar, encontramos a Paco (León) y Ana (Ana Katz), una pareja “feliz” necesitada de un planteamiento más arriesgado. El remedio a su aburrimiento lo hallan en el rol de Belén Cuesta, una mujer sin asignaturas pendientes en el sexo. “Nació ya sin pudor, y eso hace que lo dé todo a los demás, sufriendo a veces mucho con esa entrega”, explica Cuesta, que tiene en cartel El pregón, de Dani de la Orden.
Para el personaje de Candela Peña, la relación sexual con su marido, Antonio (Luis Callejo), es tan habitual como insatisfactoria. “Son una pareja de feriantes que se quieren mucho. Lo malo es que ella solo se excita cuando él está triste y llora”, apunta la actriz catalana sobre la dacrifilia que desencadena esta historia.
La experimentada comediante Alexandra Jiménez es Sandra, una mujer con elifilia (obsesión erótica por algunos tejidos). Después de varias citas amorosas decepcionantes, conoce a Rubén (David Mora), un muchacho sordo que no está nada acomplejado por su minusvalía. “Mi papel es el de una chica muy frágil buscando desesperadamente que alguien la comprenda”, describe la intérprete protagonista, junto a Paco León, de Embarazados¸ de Juana Macías.
La cuarta pareja está formada por los personajes de Natalia de Molina y Álex García, enamorados hasta las cachas pero con un hándicap incuestionable: la harpaxofilia (llegar al éxtasis siendo víctima de un robo) de ella. “Comedias como la de Paco son grandísimas tragedias llevadas al extremo”, define De Molina, flamante ganadora del Goya a la mejor actriz por Techo y comida, de Juan Miguel del Castillo.
Por último, tenemos al cirujano plástico José Luis (Luis Bermejo) que no está dispuesto a renunciar a su pasión por su esposa Paloma (Mari Paz Sayago), recluida en una silla de ruedas tras un accidente y sin humor para darle gusto al cuerpo. “La versión más amable de ella es cuando está dormida”, resume León que ilustra en esta historia la somnofilia (sexo con durmientes).