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09-09-2015


Los estrenos del 11 de septiembre



‘Los exiliados románticos’



IDILIOS Y VIDA EN LA CARRETERA
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
La tercera película de Jonás Trueba es una road movie con aires de comedia que triunfó en el último Festival de Málaga, donde se alzó con el premio especial del jurado. La rodó con la complicidad del equipo técnico y artístico, que se empaparon del espíritu de aventura que en el fondo es la filmación de una cinta.
 
   Aprovechando el verano, tres amigos, Vito (Vito Sanz), Luis (Luis E. Parés) y Francesco (Francesco Carril) emprenden un viaje en una furgoneta que les llevará a Francia. La primera parada es en Toulouse, donde Francesco trata de aclarar su situación sentimental con Renata (Renata Antonante), la chica a la que ama. Todos juntos se dirigen a París, donde Luis ha quedado con Isabelle (Isabelle Stoffel), por la que se siente atraído. También Vito se cita con una joven francesa que conoció unas semanas atrás en Madrid, para decidir si lo que desea es ser su amigo o su novio. El viaje no acaba ahí y el grupo sigue su camino, con la esperanza de que sus amores y las cosas en general se vayan resolviendo poco a poco.
 
 
 

De izquierda a derecha, Vito Sanz, Francesco Carril, Renata Antonante y Luis E. Parés

De izquierda a derecha, Vito Sanz, Francesco Carril, Renata Antonante y Luis E. Parés

 
 
   Los exiliados románticos tiene como protagonistas a Vito Sanz, actor oscense que ha destacado en las piezas teatrales El gol en propia puerta, de David Trueba o ¡Qué desastre de función!, de Paco Mir. En televisión colaboró en las series Los Serrano y Galerías Velvet. Francesco Carril es natural de Madrid y desde 2007 dirige la compañía Teatro-Saraband. Participó, como algunos de sus compañeros de Los exiliados..., en el anterior trabajo de Jonás Trueba, Los ilusos (2013), por el que obtuvo el premio al mejor actor en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Por lo que respecta a Luis E. Parés, ha trabajado como intérprete en El futuro (Luis López Carrasco, 2013) y dirigido los cortometrajes El absurdo (2012) y Mi ideología. Variaciones sobre un concepto (2013). “Inventamos para la película un nuevo lenguaje fraternal en el que la risa era el santo y seña. Nos olvidamos de que éramos profesionales y que una vez tuvimos miedo por no saber qué iba a suceder, de qué iba a ir la película. Estábamos todos allí por lo mismo, por reír haciendo cine, que es lo mismo que decir reír por haber vivido”, explica Parés, que escribe habitualmente en la revista Caimán. Cuadernos de cine.
 
   Las musas de estos viajeros son Isabelle Stoffel, una actriz suiza que ha participado en filmes españoles como El cónsul de Sodoma (Sigfrid Monleón, 2010), Un franco, 14 pesetas (2006), Ispansi (2011) y 2 francos, 40 pesetas (2014), las tres de Carlos Iglesias; y la italiana Renata Antonante, fundadora en 2014 de la compañía Trilces Théâtre y actriz en montajes de l’École du Jeu de París. Otra intervención estelar es la de la cantante y compositora Miren Iza (Tulsa), que actúa en salas a las que van los protagonistas durante su periplo. Tulsa ha grabado discos como La calma chicha. “Fantaseaba en verano con hacer una gira francesa. A la vez, y sin yo saberlo, Jonás preparaba una película también por Francia. ¡Unámonos!, dijimos. Tocaré donde rodéis vosotros, será divertido. Vale. Y harás la banda sonora. Por supuesto, será un placer. Por dentro, aterrada. ¿Cómo voy a hacer yo una banda sonora? Demasiado tarde, ya había aceptado”, comenta Miren, cuya música para la película, pese a sus temores, también fue galardonada en el Festival de Málaga.
 
 
 

Isabelle Stoffel, Parés y Antonante

Isabelle Stoffel, Parés y Antonante

 
 
Salirse de la norma
Jonás Trueba, hijo y hermano de cineastas, manifestó durante la presentación de Los exiliados románticos en Málaga que los tres filmes que ha realizado eran “exactamente los que quería hacer”. Crítica y público le brindaron una cálida acogida a sus dos primeras obras, Todas las canciones hablan de mí (2010) y la mencionada Los ilusos. “La idea de la película surge de un envite entre amigos, y creo que no será la primera que nace a raíz de alguna clase de apuesta o reto. Quería hacer una película que tuviese la virtud de la levedad y que, sin embargo, estuviera cargada de personajes y situaciones. Que se sintiera ligera, sin coartadas dramáticas ni falsas expectativas, y que se pareciese a la vida; o, al menos, a un fragmento de la vida”, explica Trueba
 
   Si uno busca un filme con el que sentirse bien e identificarse con los problemas amorosos de los seres retratados, Los exiliados románticos va a cumplir todas sus expectativas. Sin ningún atisbo de pretenciosidad o sofisticación, Trueba se apodera de una cierta noción de lo agradable y resuelve las situaciones poniendo sinceridad en el comportamiento de estos jóvenes en edad de dejar de serlo. Un jalón más en la tranquila carrera de este prometedor y novedoso realizador.
 

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