Cada rincón de Hablar destella con la presencia de grandes intérpretes. El hispanoargentino Juan Diego Botto ha simultaneado con igual fortuna el cine (Silencio en la nieve, de Gerardo Herrero; o Dictado, de Antonio Chavarrías) que el teatro (Un trozo invisible de este mundo, Premio Max de las Artes Escénicas al mejor actor en 2014). “La idea de la película partió de Cristina Rota [madre Juan Diego y coguionista de la cinta] y Oristrell, al preguntarse que pasaría si los actores propusieran los personajes que iban a incorporar. Eso es lo que hemos plasmado”, explica Botto, protagonista de la reciente La ignorancia de la sangre, de Manuel Gómez Pereira.
Raúl Arévalo ha demostrado su oficio en géneros tan divergentes como el thriller en La isla mínima, de Alberto Rodríguez; o la comedia en Las ovejas no pierden el tren, de Álvaro Fernández Armero. Por su parte, la guipuzcoana Marta Etura nos impresionó en Mientras duermes (Jaume Balagueró, 2011) y en la aún en cartel Sexo fácil, películas tristes, de Alejo Flah. “La primera peli en la que intervine la dirigió Joaquín y Cristina estaba en el guion. Volver a colaborar con ellos en este experimento ha sido muy emocionante”, expone Marta en alusión a Sin vergüenza (2001).
Siempre es una gran noticia que Antonio de la Torre protagonice o participe en un filme, porque es sinónimo de calidad. Le hemos admirado, entre otras cintas, en Caníbal (Manuel Martín Cuenca, 2013) o Felices 140, de Gracia Querejeta, estrenada en abril. El talento de Sergio Peris-Mencheta ha sido reconocido en piezas teatrales como Julio César, de Shakespeare, y el filme Los Borgia (Antonio Hernández, 2006). “Si uno, cualquier noche, se queda un rato inmóvil en algún punto de Lavapiés asistirá a retazos de historias tan extrañas y fascinantes como las que se relatan en la película”, opina el intérprete madrileño.
No menos importante es el concurso de Goya Toledo, que triunfó con Marsella, de Belén Macías, nominada a la mejor actriz de reparto en los Goya de este año. “Como no pude acudir al rodaje, decidimos que mi intervención estuviera grabada, anunciando desde una pantalla que da a la calle una urbanización de pisos de lujo”, comenta la actriz de Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000). El barcelonés Secun de la Rosa (director de un hotel del barrio) nos ha hecho reír en Pancho, el perro millonario, de Tom Fernández; y Negociador, de Borja Cobeaga. “Estoy muy orgulloso de haber participado en un proyecto que combina tan mágicamente el cine y el teatro”, afirma.