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17-07-2014



Los estrenos del 18 de julio


 
‘Marsella’


 
 ‘ROAD MOVIE’ PARA DOS ACTRICES DE FUSTE
 
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Como si fueran pistoleras del Oeste luchando y enfrentándose en este caso por el amor de una niña, María León y Goya Toledo encabezan el reparto de esta segunda película de la tarraconense Belén Macías, tras su debut con El patio de mi cárcel (2008).  
 
   Sara (María León) es la madre de Claire (Noa Fontanals), de nueve años, pero su dependencia del alcohol y las drogas han impedido que se ocupara de su hija. Su madre de adopción, Virginia (Goya Toledo), no está de acuerdo en que Sara recupere la custodia de la pequeña. Consigue acompañarlas en un viaje en coche a Marsella para encontrar al padre francés de Claire, al que Sara no ve desde que se quedó embarazada. Ésta aprovecha el viaje para contactar  con unos peligrosos traficantes que pondrán en aprietos a las tres mujeres.
 
   El rostro y los ojos azules de María León iluminan la pantalla en Marsella, que confirma la carrera ascendente de una intérprete que obtuvo el Goya a la mejor actriz revelación por La voz dormida (Benito Zambrano, 2011). Más recientemente, ha intervenido en Carmina o revienta (2012) y Carmina y amén  (2014), dirigidas por su hermano, Paco León, y protagonizadas por Carmina Barrios, la madre de ambos.
 
 

Goya Toledo, la niña Noa Fontanals y María León

Goya Toledo, la niña Noa Fontanals y María León

 
 
   “Mi personaje busca una oportunidad para rehabilitarse”, dice María, que acaba de concluir la última y definitiva temporada de la serie Con el culo al aire. “Aunque es una mujer que está un poco confusa, sabe que desea estar con su hija, quererla como no ha querido a nadie jamás”.
 
   Goya Toledo es una de esas afortunadas actrices españolas que tiene en su filmografía un triunfo internacional tan resonante como el de Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000). También la hemos admirado en La caja 507 (Enrique Urbizu, 2002), Las 13 Rosas (Emilio Martínez-Lázaro, 2007), Los años desnudos (Dunia Ayaso y Félix Sabroso, 2008) o Planes para mañana (Juana Macías, 2011).
 
   “La película encierra momentos de gran tensión en los que tanto Virginia, mi papel, como el de María deben echar el resto y atreverse a acciones que van en contra de sus principios, y eso, aunque les cueste reconocerlo, les ayudará a crecer como personas y madres”, comenta la actriz de Lanzarote, que consiguió una nominación al Goya a la mejor intérprete revelación por Mararía (Antonio José Betancor, 1998).
 
   Era necesario un contrapeso masculino que estuviera a la altura de María León y Goya Toledo, y quién mejor que Eduard Fernández, en la piel de un simpático camionero que conoce a las mujeres en la ruta. El catalán ganó el Goya al mejor actor por Fausto 5.0 (Isidro Ortiz, Fura dels Baus, 2000) y el Goya al mejor secundario por En la ciudad (Cesc Gay, 2002). De nuevo ha sido alabado por la crítica y el público en Todas las mujeres, de Mariano Barroso, nominado al Goya al mejor intérprete. Junto a Fernández, destaca la presencia de Álex Monner, su sobrino en la cinta, un prometedor actor de apenas 19 años que logró el éxito en Los niños salvajes (Patricia Ferreira, 2012), por la que fue nominado al Goya de intérprete revelación.
 
   “Mi objetivo con la inclusión de los dos camioneros era quitarle hierro a la dramática pugna de María y Goya –declara la directora Belén Macías-. Saben ver el otro lado de las cosas, más amable o más relativo”.
 
 

Àlex Monner y Eduard Fernández, los camioneros del filme

Àlex Monner y Eduard Fernández, los camioneros del filme

 
 
   No nos podemos olvidar del magnífico trabajo de la debutante Noa Fontanals (2003),  escogida para el filme en un casting en Barcelona al que acudieron 700 niñas. Por último, Manuel Morón tiene una breve pero intensa intervención encarnando al padre de María León. El gaditano es uno de los grandes secundarios de nuestros cine en películas como El Bola (Achero Mañas, 2000) o Celda 211 (Daniel Monzón, 2009).
 
Drama en el camino
Siguiendo las huellas de road movies como Duel, el diablo sobre ruedas (Steven Spielberg, 1971) o las españolas El puente (Juan Antonio Bardem, 1977) y Carreteras secundarias (Emilio Martínez-Lázaro, 1997), entre otras, Marsella se une con todos los honores a esa selecta nómina de filmes en ruta gracias al talento de Belén Macías.
 
   “Por el camino aflorarán las miserias de las protagonistas, pero a la vez darán toda su bondad y amor, siempre teniendo como testigo la mirada de Claire”, afirma la también realizadora de miniseries como La princesa de Éboli (2010). “Para Sara, el viaje es determinante en el nuevo rumbo que ha decidido tomar en su vida. Para Virginia, el viaje se plantea en un inicio como una locura, en la que participará para no perder de vista a la niña”.
 
   Los personajes de Macías están tan bien trazados, tienen tanta humanidad y ternura que unos los adopta inmediatamente. Los queremos y deseamos que no les pase nada o, si sufren, que al menos nos lo cuenten en una próxima película con la misma fuerza y sensibilidad que la demostrada en Marsella.
 

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