Tras su triunfo en Tarde para la ira, de Raúl Arévalo, el malagueño Antonio de la Torre vuelve a pisar la cima de su oficio con su actuación en Que Dios nos perdone. “El tartamudeo o disfemia de mi personaje es una carga añadida para un hombre acomplejado, aislado, porque es incapaz de acercarse a los demás”, dice el intérprete de Caníbal, de Manuel Martín Cuenca. Si De la Torre es un valor seguro y cotizado del cine español, Roberto Álamo ha obtenido esa categoría de privilegio con este formidable papel de un ser en lucha permanente con el mundo. “Alfaro no puede dominarse. Es puro instinto. Él, al contrario que Velarde, sí se comunica, pero en realidad lo que lleva en el corazón permanece escondido”, argumenta el actor galardonado con el Goya por La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo.
En papeles más cortos, captan igualmente nuestro atención los policías que incorporan Luis Zahera (La playa de los ahogados, de Gerardo Herrero) y Raúl Prieto (en la serie Sin identidad), y el estupendo comisario que personifica el sevillano José Luis García Pérez, que recibe de sus superiores y propina a sus subordinados broncas monumentales. “Le presionan constantemente para que no se dé publicidad, en plena visita papal y con los acampados del movimiento 15-M, al hecho de que un supuesto asesino en serie ande suelto entre cientos de miles de turistas”, señala García Pérez, el Hernán Cortés de la serie Carlos, Rey Emperador.
También es notable la aportación de la joven María de Nati (hija de Alfaro/Roberto Álamo), conocida por la telenovela El secreto de Puente Viejo, que hace su presentación en el cine. “En mis escenas con Roberto he aprendido más que en todos los cursos de arte dramático que he seguido”, exclama la novel intérprete. Otra intervención significativa es la de María Ballesteros (limpiadora en el edificio donde vive De la Torre), a la que vimos en la película coral De chica en chica, de Sonia Sebastián. “Rosario, mi papel, es una mujer sin suerte en la vida que de pronto siente interés por este hombre que la desea y no sabe decirle nada bonito”, comenta la actriz pacense.
Por último, y en personajes determinantes para la trama, destacan las colaboraciones de Andrés Gertrúdix (protagonista de Las altas presiones, de Ángel Santos) y Javier Pereira, ganador de un Goya al mejor actor revelación por Stockholm, la anterior cinta de Sorogoyen.