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01-03-2017


Los estrenos del 3 de marzo



‘Capturar (Las 1.001 novias)’



SEDUCIENDO ANTE LA CÁMARA
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Siempre iconoclasta e inquieto, el director madrileño Fernando Merinero lanza ahora Capturar, la primera parte de una trilogía, Las 1.001 novias, que desentraña en un tono de suave comedia su fascinación y su relación contradictoria y ambigua con las mujeres. En sus distintas presentaciones, ha sido galardonada en el Daha Saheb Film Festival de Nueva Delhi, en el Drunken Film Festival de Bradford (Reino Unido) y en el certamen internacional de Marbella.
 
   Fernando tiene el propósito de rodar un documental sobre Magaly Santana, actriz protagonista de su primera película, allá por los años noventa. Desea ir a Canarias, donde reside la intérprete, acompañado por una de sus novias, por lo que contacta con algunas de las que lo han sido a lo largo del tiempo. Filmando lo que sucede en los encuentros, el director no acaba de elegir a la apropiada e incluso no sabe muy bien si se está volviendo a enamorar de ellas, o de una...
 
 

Fernando Merinero y Carolina Clemente

Fernando Merinero y Carolina Clemente

 
 
El actor-director y sus musas
“Fiel a mi deseo de reinventarme con cada película, en Capturar me transfiguro en actor real de mí mismo para vivir y rodar ante las cámaras mi sincericidio cinematográfico/sentimental”, explica Merinero, autor de cintas como Los hijos del viento, El viaje de Penélope o Haz de tu vida una obra de arte, que comentamos en AISGE en su estreno de mayo de 2014. “Para esta película me planteaba tres retos”, enumera el cineasta. “Primero, ser capaz de sorprender de principio a fin con una trama muy simple. Segundo, provocar duda en el espectador, que no sepa lo que es verdad y lo que no. Y tercero, que al terminar el filme, el espectador piense que ha visto algo único e irrepetible”.
 
   De la sorpresa y el engaño con el que juega Merinero durante todo el metraje no se libran sus actrices, colaboradoras, amigas y, quizá, exnovias. “Uno de los objetivos de Capturar era adentrarnos y experimentar junto al público en el desconcierto real de las actrices, que no saben si están actuando o no, si se expresan por sí mismas o por medio de un personaje que está creando la cámara, la mirada y la palabra de un director-actor con el que les une algo más que el trabajo”, razona Merinero.
 
   Le acompañan en esta aventura ante la cámara Angélica Revert, que participó en Agujetas en el alma, de Merinero, y en series como El comisario, Ana y los 7 y Hospital Central;  Sara Tejera, actriz en Casting, otro de los filmes del realizador; Marta Navas, en el reparto de las series Querido maestro y Cuéntame; o Carolina Clemente, con intervenciones en Bandolera y Pulsaciones (ahora en Antena 3). También actúan Montse Berciano y Carmen Merinero, hija de Fernando.
 
 

Merinero y Sara Tejera

Merinero y Sara Tejera

 
 
Pobreza que estimula el ingenio
Después de Capturar se estrenarán Alumbrar y Cortar, los otros dos episodios de Las 1.001 novias. “Yo diría que estas películas son selfies, pues me filmo a mí mismo, en mi casa, con mi gente… Películas vivas, ya que empiezas a rodarlas y no sabes por dónde van a ir ni cómo se van a manifestar”, dice Merinero, que asocia su personaje a dos referentes muy reconocibles. “Puedo identificarme con Woody Allen y Michael Moore. Creo que en esta trilogía he intentado fusionarles, ejerciendo a la vez de agitador; no político, como Moore, sino emocional. Y además, como Allen, de seductor patético”, confiesa.
 
   Merinero fundamenta su trilogía y el resto de su trayectoria en una voluntad estética y narrativa muy personal, aunque influida por las circunstancias. “Como cineasta, pienso que de tener algún mérito es el de hacer películas que llaman la atención, que no te dejan indiferente, y eso a pesar de contar con muy pocos medios… En mi caso, la pobreza ha estimulado mi ingenio. Mi cine es el cine de la insistencia y sobre todo de la resistencia”, expone el realizador.
 
   Capturar, con unos diálogos ágiles y muy frescos, medita graciosamente sobre el arte de la seducción, lo que decide que dos personas se gusten y puedan o no hacer el amor. Merinero mide la distancia que hay entre la desconfianza de una proposición y las frases que anuncian la cercanía, el entendimiento de pieles, miradas, besos. De estos temas y de estas emociones que a todos nos afectan trata esta divertida película que logra complacernos.
 
 

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