Si el magnetismo de Darín descansa en esos ojos azules que parecen traspasar las barreras que nos atrevamos a poner por delante, en el caso de Cámara es su propia presencia lo que también le hace grande, esa combinación de fragilidad y humor que sabe transmitir. “Ha sido tan especial rodar esta película que cuando acabó el trabajo me sentí desamparado”, explica el ganador del Goya al mejor actor por Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba. “Cesc vive en Barcelona, Ricardo en Argentina y yo estaba en Madrid, tratando de sobreponerme a todas las emociones vividas y sentidas en una historia como esta”.
Rodeando a las dos estrellas, Cesc Gay ha conseguido la colaboración de un buen número de intérpretes que aparecen en secuencias concretas de Truman. Están Elvira Mínguez, Eduard Fernández, Javier Gutiérrez, Nathalie Poza, Álex Brendemühl, Pedro Casablanc, Ana Gracia o José Luis Gómez, el dueño del teatro donde Julián representa Las amistades peligrosas. “Todos aceptaron intervenir en la película, aunque se limitan a una sola escena, porque sienten un gran afecto por Cesc”, opina Darín.
Otro personaje importante es el perro, Truman, que da título a la cinta en homenaje al escritor norteamericano Truman Capote. “En realidad, el perro se llamaba Troilo, porque desgraciadamente falleció hace unos meses”, informa Gay. “Yo tenía bastante con dirigir a los actores, de modo que de la mascota se ocupó Ricardo, que es un extraordinario amante de los animales”, dice medio en broma el realizador. Lo cierto es que el astro bonaerense se hizo muy amigo del can y sintió enormemente que muriera a causa de una infección.