Desde su gran lanzamiento en los noventa con Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, la presencia del cubano Jorge Perugorría ha sido frecuente en el cine español. Destacados directores como Gracia Querejeta, Manuel Gutiérrez Aragón o el desaparecido Bigas Luna alabaron su garra, unos halagos sostenidos ahora por Félix Viscarret: “En nuestros primeros días de rodaje me quedé asombrado por la minuciosidad del trabajo de Jorge, por su búsqueda constante de matices, por su rigor en el set. Es un actor de enorme concentración y control técnico”.
La hispano-colombina Juana Acosta ha destacado últimamente a las órdenes de Andrés Luque Pérez y Samuel Martín Mateos en Tiempo sin aire y en el Acantilado de Helena Taberna. “Juana ha realizado una transformación completa de su aspecto, sus modales y el acento para poder parecer una auténtica cubana. Además, debía aprender a tocar el saxofón, y lo hizo en un tiempo récord, algo que solo puede lograr una actriz tan completa como ella”, cuenta el realizador. Igualmente celebra la intervención de la canaria Mariam Hernández (Nieves en la serie Gym Tony), a quien califica como “entregada e imparable”, pues una parte importante de la acción gravita sobre su personaje: sus relaciones, su vida alocada, su carácter irresistible para los hombres...
Algunos de los artistas cubanos de Vientos de La Habana son conocidos por el público español. Vladimir Cruz encarna aquí al policía rival de Perugorría y ya participó junto a él en Fresa y chocolate. De Guantanamera formó parte Luis Alberto García, ahora en la piel de uno de los amigos de Conde.