Sobre las vidas de los tres personajes femeninos influye de manera determinante el rol que encarna Josean Bengoetxea, conocido intérprete donostiarra de títulos como Celda 211 (Daniel Monzón, 2009), Balada triste de trompeta (Álex de la Iglesia, 2010), Lo mejor de Eva (Mariano Barroso, 2011) y la aún en cartel Los tontos y los estúpidos, de Roberto Castón. “Lo que nos interesaba del papel de Josean era su ambigüedad, el que no sepamos a ciencia cierta lo que sentía por su mujer, por su compañera de trabajo”, dice el codirector Jose Mari Goenaga. “Nos motivaba ese ser hermético y amable que pasa muchas horas aislado, a 100 metros de altura en la cabina de mando de una grúa”.
Loreak es el segundo filme en comandita de Goenaga y Jon Garaño. Su ópera prima, 80 egunean (En 80 días), que protagonizó Itziar Aizpuru, obtuvo los galardones San Sebastián Film Commission y Sebastiane a la mejor cinta de temática homosexual en el certamen vasco, logrando además otros premios en festivales internacionales. “Hemos elegido para rodar lugares de paso, una autopista de peaje, calles de la ciudad, que ayudan a subrayar la desorientación de los personajes”, cuentan el dúo de cineastas, que filmaron, entre otras localizaciones guipuzcoanas, en San Sebastián y Zarautz. “Se nos ha comentado que la película retrata el carácter vasco, quizá poco comunicativo. Creemos que es normal que nos fijemos en lo que tenemos cerca”, aducen no sin cierta sorna.
Con temperamento poético e imágenes muy reposadas, Loreak describe esas personas que son similares a cualquiera de nosotros y que, sin atreverse a vocearlo, están ansiosas de vivir intensamente, de comunicar tal vez su dolor o un amor escondido. Garaño y Goenaga meditan, en definitiva, sobre las cosas que nos importan y nos animan a no avergonzarnos de lo que sentimos. Temas todos ellos que llenan nuestros días.