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03-05-2017


Los estrenos del 5 de mayo



‘El jugador de ajedrez’



CONSERVAR LA VIDA, PERDER EL AMOR
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Basada en la novela homónima de Julio Castedo, El jugador de ajedrez es un emocionante drama de amor y guerra firmado por Luis Oliveros que fue muy aplaudido en el pasado Festival de Málaga. La producción ha corrido a cargo de Tornasol Films para un rodaje que tuvo lugar entre Budapest y Gran Canaria en la primavera de 2016. 
 
   Al término de la Guerra Civil, Diego Padilla (Marc Clotet), campeón de España de ajedrez, huye a Francia con su mujer gala (Melina Matthews) y la hija de ambos para tener más oportunidades de ejercer su oficio. Pero la invasión nazi corta de raíz sus esperanzas y, además, es encarcelado bajo acusación de espionaje. A punto de ser ejecutado, el jefe de la prisión descubre las habilidades de Padilla en el tablero. Se establece entonces una pugna de desafíos y partidas que mejorará en parte la triste situación del exiliado.
 
 

Melina Matthews y Marc Clotet

Melina Matthews y Marc Clotet

 
 
   El catalán Marc Clotet nos encandiló recientemente en la piel del poeta Juan Ramón Jiménez en La luz con el tiempo dentro, de Antonio Gonzalo. Además, ha realizado importantes colaboraciones en las series Amar es para siempre y El Caso. Crónica de sucesos. “Diego entiende la vida como si fuera un tablero de ajedrez, por lo que sabe que a veces puedes quedar en tablas y de esa manera sobrevivir, lo que, dadas sus circunstancias, es muy conveniente”, analiza Clotet.
 
   Su partenaire en El jugador de ajedrez es Melina Matthews, actriz barcelonesa de padre galés y madre francesa que cuenta en su haber con los filmes Panzer Chocolate, de Robert Figueras, y Negociador, de Borja Cobeaga; y las series El cor de la ciutat y El Príncipe. “Marianne, mi personaje, es una periodista parisina muy moderna para su tiempo. Viaja a España en 1934 a fin de cubrir noticias del ambiente enrarecido que se vive en el país. Casualmente conoce a Diego, que no tiene nada que ver con ella, y quizá por eso le parece irresistible”, comenta la actriz, cuyo último rodaje ha sido Leavey, de Gabriela Cowperthwaite.
 
   El tercer personaje clave del filme es el del mallorquín Alejo Sauras, que encarna a Javier, el mejor amigo de Padilla y un republicano convencido. “Mi rol es el de uno de tantos otros españoles que deben luchar por lo que creen justo, aunque sea más bien pacifista. La victoria del bando franquista le deja en una situación en la que en cualquier momento puede ser asesinado”, expone Sauras, que se hizo famoso por su Raúl Martínez de la serie Los Serrano. Después ha sobresalido en las cintas Bienvenido a casa, de David Trueba; y Solo química, de Alfonso Albacete.
 
   El jugador de ajedrez se adorna con la colaboración especial (en un reparto muy internacional) de Andrés Gertrúdix, interprete madrileño que intervino en el éxito de la última temporada Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen. “Soy Pablo Colomer, un preso idealista al que la amistad de Diego en la cárcel de las SS en la que están confinados viene a ser como una isla de felicidad que le hace olvidar el sadismo de sus captores”, resume Gertrúdix, al que igualmente recordamos en La herida, de Fernando Franco, director con el que acaba de rodar Morir.
 
 

Alejo Sauras y Matthews

Alejo Sauras y Matthews

 
 
Jugar con las negras
“En esa gran partida de ajedrez que es la vida, casi siempre nos toca jugar con las negras. Mediante nuestro protagonista, un simple peón de negras, descubriremos la dimensión individual, incluso personal, de la guerra”, dice Luis Oliveros, cuyo primer filme fue la comedia Pata negra (2001), con Gabino Diego al frente del reparto. Asimismo ha realizado episodios de series como Manolito Gafotas, La huella del crimen o Las aventuras del capitán Alatriste.
 
   “Nuestra intención ha sido filmar una película con un estilo visual sencillo y sobrio, pero con un mensaje profundo y estremecedor. El espectador reconocerá a través de sus personajes los rostros de la crueldad, el egoísmo, la avaricia o la corrupción, pero también los del amor, la amistad y el sacrifico. Hemos querido revelar así la dualidad de la condición humana”, explica Oliveros, que se ha apoyado en un guion del propio novelista Julio Castedo.
 
   El jugador de ajedrez es una magnífica historia que seguimos con devoción ante la pantalla y nos sumerge en esa fascinante época en la que el fascismo parecía haber ganado la partida a la libertad. Además de una lograda ambientación y el pulso y oficio de Oliveros, destacan sobremanera los trabajos de los dos principales protagonistas, Marc Clotet y Melina Matthews, que nos aceleran el corazón con el caudal de pasión y rabia que vuelcan en sus actuaciones.
 

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