Anna Castillo (Barcelona, 1993), la protagonista de la cinta, se mueve con igual soltura en los escenarios (el musical La llamada), los platós de televisión (Amar es para siempre) o los sets de rodaje para la gran pantalla (Promoción fantasma, de Javier Ruiz Caldera). “Alma es un personaje en guerra con el mundo y muy tierna con su abuelo. Necesitábamos una actriz muy joven, pero con el carisma necesario para llevar el peso de la película en sus hombros. Anna lo reunía todo, fuerza y dulzura, desparpajo y agresividad. Ha construido una Alma inolvidable”, opina la directora.
Javier Gutiérrez encarna a uno de tantos españoles que ha sido machacado por los rigores de una crisis interminable. “Hace una interpretación espectacular. No había tenido hasta ahora la oportunidad de trabajar con él y, como demuestra en la película, es igual de creíble en el drama o en los momentos en los que te puedes reír de sus desgracias”, dice Bollain sobre el ganador de un Goya por La isla mínima, de Alberto Rodríguez. “Sin duda, lo que más me ha preocupado ha sido que estuvieran al mismo nivel de intensidad la parte cómica de mi personaje con la dramática”, resalta Gutiérrez.
Pep Ambròs (en las series de TV3 La Riera y La rebel-lió) es el enamorado de todo lo que hace Alma, un joven que secunda hechizado y casi mudo cualquier iniciativa que ella emprenda. “Nunca había participado en cine, pero su experiencia teatral es muy amplia”, comenta Bollain sobre Ambròs, que ha actuado en compañías tan prestigiosas como la del Teatre Lliure.
Ese hombre mayor por el que la protagonista es capaz de mover montañas lo incorpora un actor no profesional, un verdadero campesino, Manuel Cucala. “Mireia Juárez, la responsable de casting, recorrió casi cada pueblo del Bajo Maestrazgo hasta dar con Manuel. Descubrimos que era un actor natural, se metía de lleno en las escenas y olvidaba nuestra presencia. Ha superado todas mis expectativas”, reconoce Iciar Bollain. También sin experiencia ante las cámaras, la pequeña Inés Ruiz es Alma de niña. “En las semanas previas al rodaje, organizamos varios encuentros para que cogieran confianza y complicidad, como es lo normal entre abuelo y nieta. Y desde luego lo lograron plenamente”, afirma la directora madrileña.