“Quería volver a repetir la experiencia poco convencional de La línea del cielo, de la que ya hace 30 años, que filmamos en Nueva York con un equipo muy reducido y Antonio Resines de protagonista. En esta ocasión, decidí que debía ser yo mismo el que encabezara el reparto. Los actores que hemos intervenido en Isla bonita nos hemos sentido muy libres y tranquilos porque apenas había cuatro o cinco personas de producción mientras rodábamos”, afirma Colomo. El director madrileño se ha hecho acompañar de intérpretes experimentados y de personas que nunca se habían puesto delante de una cámara. Es el caso de Miguel Ángel Furones, un hombre que ha trabajado durante muchos años en puestos ejecutivos para la prestigiosa agencia publicitaria Leo Burnett WW. “Fernando se ha atrevido a hacer algunas escenas que solo son aptas para los especialistas de acción”, bromea Furones, autor de las novelas El escritor de anuncios y Primera clase.
La naturalidad, la belleza, la gracia que despliega la actriz menorquina Olivia Delcán es otro de los grandes atractivos de la cinta. “Me parecía fantástico que según repetíamos las tomas de cada secuencia el guion crecía y así surgían nuevas posibilidades narrativas”, comenta Delcán, que tiene pendiente de estreno Lejos del mar, de Imanol Uribe. Nuria Román, madre en la vida real de Olivia, es otra debutante en la pantalla grande. “Al principio pensé que era una cosa experimental, para divertirnos, pero después, cuando ya se confirmó que iba ser una película con todas las de la ley, me entró miedo. No me creía capaz de hacerlo”, dice Román, pintora y escultura que ha desarrollado su actividad en Baleares.
Colomo contó igualmente con Lilian Caro, que ya intervino en sus filmes El próximo Oriente y Rivales; y Lluís Marqués, integrante de Els Comediants y otro debutante en el cine. “Hemos formado una gran familia, tanto los actores como los técnicos. Todos nos compenetramos y ayudamos mucho”, explica Marqués, menorquín de Ciutadella.