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06-04-2016


Los estrenos del 8 de abril



‘Julieta’



EL DOLOR Y LA SOLEDAD DE UNA MUJER
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Los numerosos fans de Pedro Almodóvar, que suelen buscar en sus filmes el desgarro y la pasión, están de enhorabuena: el cineasta manchego vuelve al drama más intenso y puro en Julieta. Al frente del reparto están dos actrices, Emma Suárez y Adriana Ugarte, que han puesto toda la carne en el asador encarnando el mismo personaje en diferente tiempo. Esforzándose en mostrar en pantalla ese desbordamiento de los sentidos que ha creado una vez más el autor de La ley del deseo.
 
   Años ochenta. Julieta (Adriana Ugarte) viaja en un tren donde conoce a Xoan (Daniel Grao). Se enamoran casi al instante y se van a vivir a la costa, donde él es pescador. Pasa el tiempo y nace la hija de ambos, Antía. Según va creciendo la niña hasta convertirse en mujer, un muro de enemistad, de silencio, se instala entre las dos.
 
 

Emma Suárez

Emma Suárez

 
 
   Acostumbrada a vérselas con papeles de altura, Emma Suárez se enfrenta quizá al mayor reto de toda su carrera. “Pedro cuida al detalle cada plano que rueda. No permite ni un momento de distracción. Así casi resulta fácil que sus películas sean tan hondas”, comenta la actriz madrileña, que ganó un Goya por El perro del hortelano (Pilar Miró).
 
   Adriana Ugarte es un prototipo de intérprete madura siendo todavía muy joven que nos deslumbró con sus papeles en las series La señora y El tiempo entre costuras. “Almodóvar me dejó claro que la Julieta que interpreto yo es en cierta forma una persona distinta a la que hace Emma, aunque a ambas les une el dolor, lo comprenden de igual manera”, explica Ugarte.
 
   No lo tenía fácil Daniel Grao siendo el objeto de seducción de un personaje tan potente como Julieta. “Debía representar al hombre con mayúsculas, que se enfrenta a todo aunque emocionalmente no sea muy elocuente”, señala el actor catalán, al que vimos junto a Adriana Ugarte en el éxito Palmeras en la nieve.
 
Personajes con vida propia
Además de estos polos de atracción en los que descansa la cinta, Almodóvar ha cuidado otros personajes que podrían ser, por su solvencia, protagonistas de futuras películas. Inma Cuesta es Ava, una buena amiga de Xoan y una escultora talentosa. “Ha sido una experiencia inolvidable rodar con Pedro”, reconoce Cuesta, actriz principal de La novia.
 
   Darío Grandinetti colabora de nuevo con Almodóvar, tras Hable con ella, en la piel de un amor maduro de Julieta. “Soy el ancla en el que se refugia Emma”, comenta el astro argentino.
 
 

Daniel Grao y Adriana Ugarte

Daniel Grao y Adriana Ugarte

 
 
   El resto de papeles importantes lo incorporan Priscilla Delgado (El mal que hacen los hombres) y Blanca Parés (El secreto de Puente Viejo), niña y adulta Antía, la hija de Julieta; Michelle Jenner (Tenemos que hablar) es Beatriz, la mejor amiga de Antía; Nathalie Poza (Carlos, Rey Emperador) en el rol de la directora de una sospechosa casa de reposo; Joaquín Notario (la serie El incidente) es el padre de la protagonista; Pilar Castro (El tiempo de los monstruos) encarna a la madre de Beatriz; y, por último, Rossy de Palma (habitual en el cine de Almodóvar), que compone con brío una sirvienta de armas tomar, logrando ponernos en tensión y, al mismo tiempo, dejar unas gotas de humor que nos libera un tanto del clímax dramático de la pantalla.
 
Balance de una época
Para escribir el guion, Pedro Almodóvar se ha inspirado en tres relatos de la premio Nobel Alice Munro: Destino, Pronto y Silencio. “No es fácil poner en imágenes la literatura portentosa de la escritora canadiense. Ella suele hablar de la familia, algo para mí esencial, pero la institución anglosajona no es en absoluto la misma que una familia mediterránea. Esta película debía ser la primera que hiciera en inglés, pero como no lo vi factible, al traerla a España, los personajes son mucho más míos que de Munro”, reflexiona el director dos veces ganador del Óscar.
 
   Con Almodóvar hemos compartido casi cuatro décadas en las que España (y Madrid, la ciudad en la que sitúa gran parte de su cine) han cambiado de arriba abajo. Julieta funciona, también, como un balance de ese tiempo pasado. “La chispeante Adriana Ugarte de los ochenta con la que comienza la película va acumulando problemas y heridas que hacen mella en Emma Suárez, su encarnación más adulta. Aquella alegría de la Transición se ha ido perdiendo, es cierto, pero hay cosas que funcionan muy bien en el país que tenemos ahora”, recalca el cineasta, que rodó, además de en Madrid, en Redes (A Coruña) y Fanlo (Huesca).
 
   Todo converge en esta nueva obra de Almodóvar para que gocemos de un drama que resuena profundo en nuestra alma, en el que los rostros de Emma Suárez y Adriana Ugarte se nos quedan prendidos en las pupilas. Cuando concluye el filme, queremos saber más de esta historia catártica. Por eso, quizá Julieta sea una de esas películas que no importa verla una, dos, tres veces...
 

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