La abuela y los compañeros de profesión
Con 92 primorosos años, la intervención de Antonia Guzmán, abuela del actor y cineasta, es uno de los grandes hallazgos de A cambio de nada. “Ha estado apoyándome a lo largo de los diez años que he tardado en terminar la película. Confiando siempre en mí. Nadie podía hacer de Antonia salvo ella”, dice su nieto. Guzmán ha reclutado para A cambio de nada a buenos compañeros de profesión de la talla del citado Luis Tosar, ganador de tres Goyas y protagonista en 2014 de la taquillera El Niño, de Daniel Monzón; al veterano Miguel Rellán (profesor del instituto), que colaboró en Las ovejas no pierden el tren, de Álvaro Fernández Armero; o Roberto Álvarez (abogado de Darío), que estrenó recientemente 2 francos, 40 pesetas, de Carlos Iglesias. “Quería que la experiencia de estos genios se combinara con la frescura de los dos chavales o la abuela Antonia. Necesitaba esa verdad en pantalla”, explica el director, que ganó un Goya al mejor cortometraje por Sueños (2003).
Todos conocemos a Daniel Guzmán en su faceta de actor en cintas como Éxtasis (Mariano Barroso, 1996), Suerte (Ernesto Tellería, 1997), Arena en los bolsillos (César Martínez Herrada, 2006) o Mía Sarah (Gustavo Ron, 2006), y en las series Aquí no hay quien viva o la actual Velvet. Sin embargo, Guzmán estaba obsesionado con llevar al cine esta historia personal por la que ha permanecido ausente de su principal actividad delante de las cámaras desde 2008. “He narrado las vivencias de unos personajes que buscan atención y cariño. Personajes llenos de contrastes y contradicciones que tratan de hallar su lugar huyendo de sus miserias”, resume el realizador, que ya está pensando en su siguiente proyecto.
A cambio de nada es un filme que se ve durante casi todo el metraje con una sonrisa en los labios. Los jóvenes muchachos a los que seguimos quieren ser hombres y comerse el mundo, pero son también unos niños que necesitan que alguien les guíe. Con sutileza y emoción, Daniel Guzmán ha sabido reflejar esa edad tierna en la que aún estamos a tiempo de cualquier aventura. No ha podido comenzar mejor su carrera de cineasta, a la que pronosticamos grandes éxitos.