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04-05-2015


Los estrenos del 8 de mayo



‘A cambio de nada’



LA EDAD DE LOS SUEÑOS IMPOSIBLES
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
La ópera prima de Daniel Guzmán es una tragicomedia iniciática que ha triunfado clamorosamente en el Festival de Cine Español de Málaga, donde se ha alzado con la Biznaga de Oro a la mejor película, el galardón a la mejor dirección o el Premio de la Crítica. Un filme autobiográfico que el popular intérprete madrileño ha sacado adelante contra viento y marea y convenciendo a productoras  y canales de televisión de que su proyecto valía mucho la pena.
 
   Darío (Miguel Herrán) es un adolescente que se dedica, entre otros asuntos, a vender piezas de moto robadas a Justo (Felipe García Vélez), que regenta un taller en el barrio. El muchacho es amigo de Luismi (Antonio Bachiller), con el que efectúa alguno de sus hurtos. También intentan ligar con chicas guapas, pero las cosas nunca salen como quieren. Los padres de Darío (María Miguel y Luis Tosar) se han separado y el joven no encuentra alicientes para estudiar, por lo que está a punto de ser expulsado del instituto. Conoce a Antonia (Antonia Guzmán), una anciana que recoge con su motocarro los muebles que tira la gente. La amistad de esta mujer hará que vea todo de manera diferente.
 
 
 

Miguel Herrán y Antonio Bachiller, los protagonistas del filme

Miguel Herrán y Antonio Bachiller, los protagonistas del filme

 
 
   Al novel Miguel Herrán, protagonista de A cambio de nada, nunca se le había pasado por la cabeza ser actor. “Un día, un amigo y yo íbamos andando por la calle y de repente Dani [Guzmán], al que había visto en la serie Aquí no hay quien viva, nos abordó y nos dijo que si queríamos participar en una película. Me presente al casting y no sé cómo, pero logré el papel”, recuerda entre risas Miguel. En cambio, Antonio Bachiller sí que ha querido ser actor desde pequeño. “O cocinero, que también me gusta. Trabajo en una ONG de Madrid y allí me enteré de que estaban buscando chicos para intervenir en la película. Hice las pruebas y así he llegado a ser Luismi”, comenta Antonio, que ha conseguido en su debut en el cine la Biznaga de Plata al mejor intérprete secundario en el certamen malagueño.
 
   Acompaña al dúo protagonista Felipe García Vélez, que ha intervenido en cintas como La hermandad (Julio Martí Zahonero, 2013) o la aún inédita Huidas, de Mercedes Gaspar. Igualmente es destacable el cometido de la ovetense María Miguel, una sólida actriz teatral en los montajes de La dama boba o El arte de la comedia; y en las series televisivas Cuéntame cómo pasó y Hospital Central. “Trabajar al lado de Luis Tosar es un regalo que no podía esperarme. Estoy muy agradecida a Daniel Guzmán por este personaje tan magnífico que me ha dado”, afirma la intérprete, en el reparto de los filmes El mal ajeno (Óskar Santos, 2010) y La voz dormida (Benito Zambrano, 2011).
 
 

Herrán y Luis Tosar, su padre en la ficción

Herrán y Luis Tosar, su padre en la ficción

 
 
La abuela y los compañeros de profesión
Con 92 primorosos años, la intervención de Antonia Guzmán, abuela del actor y cineasta, es uno de los grandes hallazgos de A cambio de nada. “Ha estado apoyándome a lo largo de los diez años que he tardado en terminar la película. Confiando siempre en mí. Nadie podía hacer de Antonia salvo ella”, dice su nieto. Guzmán ha reclutado para A cambio de nada a buenos compañeros de profesión de la talla del citado Luis Tosar, ganador de tres Goyas y protagonista en 2014 de la taquillera El Niño, de Daniel Monzón; al veterano Miguel Rellán (profesor del instituto), que colaboró en Las ovejas no pierden el tren, de Álvaro Fernández Armero; o Roberto Álvarez (abogado de Darío), que estrenó recientemente 2 francos, 40 pesetas, de Carlos Iglesias. “Quería que la experiencia de estos genios se combinara con la frescura de los dos chavales o la abuela Antonia. Necesitaba esa verdad en pantalla”, explica el director, que ganó un Goya al mejor cortometraje por Sueños (2003).
 
   Todos conocemos a Daniel Guzmán en su faceta de actor en cintas como Éxtasis (Mariano Barroso, 1996), Suerte (Ernesto Tellería, 1997), Arena en los bolsillos (César Martínez Herrada, 2006) o Mía Sarah (Gustavo Ron, 2006), y en las series Aquí no hay quien viva o la actual Velvet. Sin embargo, Guzmán estaba obsesionado con llevar al cine esta historia personal por la que ha permanecido ausente de su principal actividad delante de las cámaras desde 2008. “He narrado las vivencias de unos personajes que buscan atención y cariño. Personajes llenos de contrastes y contradicciones que tratan de hallar su lugar huyendo de sus miserias”, resume el realizador, que ya está pensando en su siguiente proyecto.
 
   A cambio de nada es un filme que se ve durante casi todo el metraje con una sonrisa en los labios. Los jóvenes muchachos a los que seguimos quieren ser hombres y comerse el mundo, pero son también unos niños que necesitan que alguien les guíe. Con sutileza y emoción, Daniel Guzmán ha sabido reflejar esa edad tierna en la que aún estamos a tiempo de cualquier aventura. No ha podido comenzar mejor su carrera de cineasta, a la que pronosticamos grandes éxitos.
 

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