Hay pocos actores que puedan incorporar con tanta convicción al protagonista de Las altas presiones como lo ha hecho Andrés Gertrúdix. Ha demostrado en anteriores ocasiones que borda los papeles de seres desnortados, con mucha vida interior y siempre dispuestos a tomar partido por causas perdidas. En esa línea están sus interpretaciones de Aunque tú no lo sepas (Juan Vicente Córdoba, 2000), Frío sol de invierno (2004), La sombra de nadie (2006), ambas de Pablo Malo; Bosque de sombras (Koldo Serra, 2006), El orfanato (Juan Antonio Bayona, 2007), El idioma imposible (Rodrigo Rodero, 2010), Silencio en la nieve (Gerardo Herrero, 2011), 10.000 noches en ninguna parte (Ramón Salazar, 2013), premio al mejor intérprete en el Festival de Cine Horizontes de Marsella; o El árbol magnético (Isabel de Ayguavives, 2013).
“No hay intención en la película de falsear la realidad, sino de acercarla todo lo posible”, comenta Gertrúdix, al que además hemos visto en los últimos meses en La herida, de Fernando Franco; Purgatorio, de Pau Teixidor; y Lasa y Zabala, de Pablo Malo. “El problema de Miguel es que no tiene claro quién es o siquiera una remota idea de lo que quiere conseguir, y esa indefinición termina pasándole factura”, explica el actor madrileño sobre su personaje.
A su alrededor destacan las presencias de la navarra Itsaso Arana, que ha participado en la galardonada miniserie Prim, el asesinato de la calle del Turco; Juan Blanco, integrante del reparto de aún reciente Marsella, de Belén Macías; y Diana Gómez, que ha encarnado a la infanta Ana de Austria en el serial de Telecinco Las aventuras del capitán Alatriste. “Una de las cosas que más me gustan de la película es lo que nos dice del amor y la amistad. Las relaciones son a veces complicadas y uno no sabe muy bien qué actitud tomar, pero no por ello hay que darse por vencido”, afirma la intérprete de Igualada (Barcelona), protagonista de la nueva cinta de Ventura Pons, El virus de la por.