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¡SELFI!  UN CUESTIONARIO PARA NO CORTARSE UN PELO

 
Fernando Guallar
 
Un intruso adolescente en los Goya cautivado por la belleza de la madurez

 
• Nada más levantarme... pienso en las horas que quedan hasta que me pueda echar una siesta. Soy muy dormilón.

• Lo primero a lo que le echo un vistazo cada día… A Instagram. Me entretiene muchísimo.
 
 
• El objeto más preciado que tengo por casa… es una foto en blanco y negro.
 
 
• Las horas vuelan cuando… escucho a Jack Johnson.
 
 
 Una manía que no puedo evitar… Decir la verdad cuando me preguntan.

• No me acuesto sin… tomarme una infusión y darle un beso a mi perro Django.
 
 
 Jamás olvidaré el momento en que… me despedí de Rosita.

 El juguete que me volvía loco de niño… era el LEGO. Montaba un despliegue por toda la habitación y creaba mundos en los que me pasaba días enteros jugando. Mi madre se enfadaba porque el cuarto era inaccesible y resultaba imposible limpiar. 
 
 
 Mi primer recuerdo televisivo… se lo debo a Los Simpson. Cuando tenía dos años y lloraba, mis padres me los ponían y me calmaba. Quizás por la música y esos dibujos amarillos. Otro recuerdo esencial es el de la serie Periodistas: la emitían tarde y, aunque me mandaban a la cama, veía el final de los capítulos a escondidas en el pasillo. Era muy fan.
 
 
 La interpretación ha cambiado… la manera de relacionarme con la gente y de entenderme a mí mismo. Ha potenciado todo.
 
 
 La última vez que un admirador me sorprendió... ¡Me emocioné! Era un chico joven que se sentía identificado con mi personaje de Gonzalo Inchausti en Amar es para siempre. Me encantó que me parara y me contase todo lo que me contó.
 
 
 Cuando necesito suerte llevo conmigo… una cadena de oro.  
 
 
 Soy un absoluto desastre... para peinarme. Me despeino constantemente, no puedo evitarlo.
 
 
 La última vez que pasé vergüenza... fue en el teatro. A alguien que estaba sentado cerca de mí le sonó el móvil en mitad de la función, y me parece que eso es una falta de respeto brutal.

 La app más reciente a la que he hecho hueco en mi móvil… es una agenda para tareas pendientes que se llama Task. Tengo mala memoria.
 
 
 Flipé por la casualidad de… nacer el mismo día que el actor Bryan Cranston. También comparto fecha de cumpleaños con Piet Mondrian, que figura entre mis pintores favoritos. 
 
 
 No tengo pelos en la lengua para hablar de… política. Creo que es una cuestión esencial, no tendría que ser un tabú.
 
 
 La gente se parte de risa si cuento... cómo conseguí colarme con 15 años en la gala de los Goya. Pasé de casualidad y decidí meterme para poder ver a los actores que admiraba desde pequeño.
 
 
 A veces me miran como un bicho raro por… las barbaridades que he sido capaz de hacer por amor.
 
 
 Me llevé un sustazo... una vez que me desperté en el asiento del copiloto del coche. Reaccionaba mentalmente, pero no movía el cuerpo. Fue una sensación agobiante que duró hasta pasados unos minutos. Lo pasé fatal. 
 
 Un personaje histórico con el que me habría tomado un café… Aunque no bebo café, quedaría con Pablo Picasso. Y puestos a elegir, invitaría además a Salvador Dalí, Alan Turing y Concepción Arenal. Con ellos hablaría de la actual crisis social. Un té verde me lo tomaría con Maggie Smith.   
 
 
 No me resisto cuando en la carta de un restaurante veo… rissoto. Si puede ser trufado, mejor.
 
 
 Regresaría mil veces a… aquel fotomatón de mi querido Berlín.
 
 
 Quien más se aproxima a mi ideal de belleza… es una persona mayor. Las arrugas son experiencia, me resultan bellas. Pondría como ejemplo a Geraldine Chaplin.
 
 
 Me bloquea el miedo a… perder a un ser querido.
 
 
 Quisiera parecerme a… Benedict Cumberbatch con la mirada de Marion Cotillard. 
 
 
 Cuando me muera... Confío en haber tenido tiempo para despedirmeOdio dejar las cosas a medias.
 
 
 Me gustaría ser recordado por... lo mucho que la gente se ha reído conmigo y como el padre que quisiera ser.
 
 
 
La pasión de este arquitecto (Córdoba, 1989) por el cine europeo fue quizá lo que le condujo por el camino de la interpretación. Sus pinitos televisivos tuvieron forma de papeles episódicos en producciones como la cómica Aída, la histórica Carlos, Rey Emperador, la intrigante Sin identidad o ese exitazo llamado La que se avecina. Desde octubre disfruta de su primer personaje fijo, el apuesto Gonzalo Inchausti en la quinta temporada de Amar es para siempre, cuya acción transcurre en el clima aperturista de 1967. En las sobremesas de Antena 3 da vida a un joven bilbaíno que persigue en Madrid su sueño de dedicarse a la música, pero a su llegada tiene que conformarse con trabajar de camarero en el King's Road Club. Ese empleo le permite ganarse pronto la confianza de dos vecinos del barrio, Rafael (Gonzalo Kindelán) y María (Lucía Martín Abello), si bien detrás de su perfecta fachada esconde un secreto: algo que le ha distanciado de su familia y de cuyas consecuencias está huyendo. ¿Qué es? Su homosexualidad.
 
   Para este 2017 está previsto que Telecinco estrene Perdóname, Señor, una miniserie de ocho capítulos ambientada en la costa gaditana que supone el regreso de Paz Vega a la ficción española. El público va a verla en la piel de una monja que, de vuelta a su pueblo natal, se topa con el que un día fue su novio. Ahora él (Stany Coppet) se dedica al narcotráfico, aunque piensa en su sobrino (Jesús Castro) como sucesor al frente de sus turbios negocios, entre ellos un club de alterne donde presta sus servicios Claudia (Andrea Duro). Otros nombres que darán empaque al reparto son los de Antonio de la Torre, Luisa Gavasa, Paco Tous, Estefanía de los Santos...       
 
 
   Mientras espera la llegada de alguna película a su currículum, se acostumbra a los rodajes de cine gracias a los cortometrajes. Recibió las órdenes de Jorge Naranjo en Ocho pasos y medio, rodado dentro de la librería cinéfila Ocho y Medio para exhibirlo online a través de Notodofilmfest en 2014. Interpretó entonces al novio guaperas de la insoportable encargada del negocio (Esther Rivas), que mandaba con soberbia a un actor sin empleo artístico recién incorporado a la plantilla (Rikar Gil). El tímido novato, al identificar a Fernando Colomo entre los clientes, le preguntaba casi en susurros sobre su próximo filme, por si acaso. Pero no había suerte: su jefa interrumpía la conversación abruptamente y ensalzaba ante el cineasta las dotes interpretativas y físicas de su chico mientras él quedaba relagado a un segundo plano. 
 
 
   En 2015 Roberto Pérez Toledo afrontaba su primera campaña para El Corte Inglés con motivo del día de San Valentín y le confió un romántico personaje en la pieza titulada Como dos desconocidos. Formaba junto a Violeta Orgaz una pareja que se reencontraba en los grandes almacenes después de su ruptura. Apenas mantenían ya contacto. Cuando ella proponía que retomasen las llamadas de antaño, veía en manos de él un regalo envuelto en papel estampado con corazones, motivo suficiente para suponer que salía con otra. Pero nada de eso: el paquete llevaba su nombre. El año pasado protagonizó al lado de Nadia de Santiago un amor de verano en Postales. Ambos habían detenido sus vidas temporalmente yéndose a una isla casi desierta donde se encontraban y permanecían unidos hasta el momento de separarse en otoño. Con voluntad de mantener vivos los recuerdos del intenso noviazgo, se comprometían al envío recíproco de postales durante los siguientes meses. Se trataba de la décima entrega del tándem artístico La breve historia, integrado por Inés Pintor y Pablo Santidrián, quienes ya dirigieron antes a Àlex Maruny, Miguel Diosdado, Nico Romero...     
 
 
 
 

Por Rubén del Palacio

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