twitter instagram facebook
Versión imprimir

            

FUERA DE CAMPO

Karen, atardeceres en la sabana extremeña

 ELISA FERRER

            

Ilustración: Luis Frutos

El atardecer africano es como el extremeño, la luz naranja que resplandece en el agua, los árboles convertidos en sombras, el cielo infinito. La sabana africana se confunde con los campos de Cáceres. La casa colonial, de paredes gruesas, de muebles oscuros, es como las fincas de los pueblos cacereños; pero es parpadear y, gracias a la presencia de Karen, a la presencia de Farah, saber que estamos en Kenia, que estamos en los últimos días africanos de la escritora Karen Blixen, los que precedieron a su regreso a tierras danesas, a publicar sus cuentos, sus novelas, los que sembrarían la nostalgia de África que la acompañaría para siempre.  


Aunque firmó sus libros más conocidos bajo el pseudónimo de Isak Dinesen, Karen es inolvidable, permanece en nuestro imaginario con el rostro de Meryl Streep, enamorada de un cazador, un aristócrata inglés interpretado por Robert Redford, en esa película bella y evocadora de Sidney Pollack que ni siquiera hace falta que nombremos, porque si cerramos los ojos volvemos a sus paisajes, regresamos a la escena en la que Robert le lava el pelo a Meryl, escuchamos su banda sonora.


Apenas queda ya nada de todo aquello, la plantación de café entra en quiebra y los últimos días en África de la escritora son días de calma, de angustia, ese tiempo amargo, ese tiempo bisagra que suele ser la elipsis en los biopics, pero que en la realidad cincela personalidades, bifurca caminos, el tiempo que la escritora vivió después de su divorcio, de su historia de amor con el cazador, antes de publicar un libro por primera vez. Porque aquí Karen se lava el pelo sola y, aparte de Farah, ya no quedan hombres a su alrededor, están en el hueco de la cama, en las cenas que no comparte con nadie, en las fotos que dejan en las paredes huellas de un tiempo pretérito, un mundo colonial que se desvanece, que se marchita como los arreglos florales de la escritora.


La segunda película de María Pérez Sanz llega tras su maravilloso documental Malpartida Fluxus Village y nos sumerge, con una naturalidad apabullante, en ese tiempo en el que Karen sintió que su sueño africano se desmoronaba, angustiada por deudas y fantasmas, aferrada a un pasado inexistente. La película se centra en la relación de la escritora con su fiel criado Farah Aden. Una relación que imaginamos marcada por la distancia social entre ama europea y criado somalí, colonizadora y colonizado, pero, en realidad, una relación especial, llena de ternura, de cariño, de cuidados, de confianza, en la que adoran a un dios distinto, pero ambos creen en lo que les depara el destino. Una relación en la que, si Karen se derrumba, Farah se mantiene a su lado, erguido, sólido como una áncora.


En la África de María Pérez Sanz, la escritora danesa y su criado somalí hablan perfecto español, y los campos africanos son los de Extremadura. Pero nada chirría en esta película precisa y preciosa, en la que Christina Rosenvinge se alza como una Karen Blixen elegante y digna, natural y profunda, herida, hundida, y aun así fuerte, irrompible, quizá, porque, en un momento dado, se intuye eterna. Y a su lado, como un bastión, Alito Rodgers Jr. dota de una presencia apacible y sabia al fiel amigo Farah. Una película que se nutre de subtexto, de lo que ya sabemos sobre Karen Blixen, de lo que desconocemos, de lo que imaginamos, y que gracias a la música de Christina Rosenvinge se convierte en una especie de viaje sensorial por paisajes, pasillos y estancias en los que una vida apasionante terminó por convertirse en mito.

 

            
                            
            
                

Elisa Ferrer (L'Alcúdia de Crespins, València, 1983) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia y diplomada en guion cinematográfico y televisivo por la ECAM. Obtuvo el Premio Tusquets en 2019 con su primera novela, 'Temporada de avispas'. También es autora (2014) de un ensayo sobre 'The Royal Tennenbaums', de Wes Anderson

        

Versión imprimir