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FUERA DE CAMPO

Maixabel, dialogar entre el ruido

   


ELISA FERRER

            

 

La tensión constante en la calle, pintadas con nombres, la palabra traidor, amenazas, spray color sangre; vivir el duelo entre el odio, los temas tabúes, la impotencia; alejarse del pueblo, esconderse, pasar tiempo en la cárcel con uno mismo, enfrentarse a los fantasmas, entender el terror, el dolor infligido. En el pueblo los vecinos consideraban a unos héroes, a otros, opresores; el conflicto llevaba años instalado, años enquistado, y la crispación crecía. En este clima tirante, a ratos invivible, cansado, arduo, el Ministerio de Interior y la Dirección de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco impulsaron los encuentros restaurativos, es decir, citas para favorecer el diálogo entre presos disidentes de ETA y víctimas de su terrorismo. Unos encuentros que no reportaban beneficio penitenciario alguno a los presos, en los que no participó mucha gente, pero que dejaron historias que son el claro ejemplo de que sin diálogo es difícil vencer al conflicto, de que, sin pedir perdón es difícil restaurar la normalidad. Unos encuentros que poco después de que el Partido Popular llegara al gobierno fueron cancelados y que aún hoy, diez años después, siguen sin ser entendidos por algunos sectores.   

 

Maixabel, la nueva película de Icíar Bollaín que coescribe junto a Isa Campo, nace de la idea de los productores Koldo Zuazua y Juan Moreno, que propusieron a la directora y a la guionista contar la historia de cómo Maixabel Lasa se encontró con dos de los etarras que formaban parte del comando que 11 años antes asesinó a su marido. Un tema inflamable, frágil, tan extremo que mientras asistes a las casi dos horas de película te obliga a preguntarte, una y otra vez, cómo aquello que estás viendo pudo suceder en realidad.


Ella, una mujer capaz de sentarse delante de los asesinos de Juan María Jáuregui, su pareja; ellos, dos etarras que, tras un tiempo en la cárcel, en soledad con sus pensamientos, reflexionaron, se arrepintieron de su pertenencia a la banda armada. Una historia que encierra dolor, miedos, traumas, que observa mientras trata de entender, de explicar un conflicto complejo, el que personas como Maixabel, Ibon o Luis, con su iniciativa, trataron de desenmarañar.


A un guion sólido, que maneja desde la contención y el respeto una historia delicada, de personajes potentes que se han construido a través de encuentros con las personas que protagonizaron ese momento histórico, se suman unas interpretaciones encomiables que nos obligan a olvidarnos de que a quienes vemos en pantalla son Blanca Portillo, Luis Tosar o Urko Olazabal, para encontrarnos con Maixabel, Ibon y Luis, con la viuda y los terroristas. El diálogo entre Blanca Portillo y Luis Tosar se convierte en un pulso interpretativo brillante, y sorprende también María Cerezuela, que da vida a la hija de Maixabel, una actriz potentísima que destila fragilidad y fortaleza en cada plano.


Una película valiente que, aunque no resalta a nivel formal, muestra que el conflicto necesita de diálogo, que hablar levanta ampollas, pero ayuda a sanarlas, que plantea algunos temas que siguen siendo tabú en la sociedad vasca, pero que pretende analizar las consecuencias del terrorismo no solo a nivel social, sino en la intimidad de las familias, que encierran recuerdos dolorosos, sucesos traumáticos.


Premio Irizar del Cine Vasco 2021 en el Festival de San Sebastián, Maixabel conmueve, es capaz de mantener en la sala de cine ese peso de la emoción compartida. Y, aunque no conozcamos a las personas que ocupan las butacas de alrededor, después de que se enciendan las luces es inevitable cruzar con ellas miradas de complicidad porque durante dos horas han vivido contigo el mismo viaje intenso, humano, en el que la reflexión, el perdón y el diálogo se revelan como los ladrillos necesarios para construir la reconciliación.

            
                            
            
                

Elisa Ferrer (L'Alcúdia de Crespins, València, 1983) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia y diplomada en guion cinematográfico y televisivo por la ECAM. Obtuvo el Premio Tusquets en 2019 con su primera novela, 'Temporada de avispas'. También es autora (2014) de un ensayo sobre 'The Royal Tennenbaums', de Wes Anderson

        

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