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FUERA DE CAMPO

 

 

 

Intimidad (o cómo convertir a la víctima en culpable)

 

 

 

ELISA FERRER

  

Ilustración: Luis Frutos

 

Un vídeo íntimo circula por las redes, se reenvía de un teléfono a otro, risas fáciles, morbo, voyerismo. En él, una mujer tiene sexo consentido con un hombre, pero ha sido grabada contra su voluntad. Ese vídeo se filtra y, en la acción de reenviar de un teléfono a otro, esa acción en la que parece que se olvida que es una persona quien aparece en pantalla, con su realidad, su entorno, sus fragilidades, la vida de esta mujer se derrumba.

 

En Intimidad, la nueva serie de Netflix creada por Laura Sarmiento y Verónica Fernández, se narra cómo la filtración de un vídeo sexual en el que aparece Malen, una concejal del ayuntamiento de Bilbao con una prometedora carrera, se convierte en un escándalo que pone en jaque no solo su vida profesional, sino también su vida personal. Al mismo tiempo, se cuenta cómo otra mujer, Ane, se ve acorralada emocionalmente y termina suicidándose porque, en su caso, un vídeo íntimo en el que aparece llega a todos sus compañeros de trabajo.

 

La serie narra con destreza cómo en una sociedad en la que los límites entre lo privado y lo público se tornan difusos a causa de las redes sociales, muchas veces se culpabiliza a las mujeres que son víctimas de la violencia digital sexual y se olvida, precisamente, que son eso, víctimas. No importa lo que haya conseguido una mujer, lo alto que haya llegado, es muy sencillo desprestigiarla con solo pulsar Enviar, convertir su vida en un infierno y borrar su pasado para transformarla, en un segundo, en la mujer del vídeo, vilipendiada por los medios, por su entorno, Juana en la hoguera. Ver Intimidad es recordar que este tipo de acosos son más habituales de lo que nos gustaría. Basta un paseo por la hemeroteca para darnos cuenta de que algo similar ocurrió con la política Olvido Hormigos o con Verónica, la trabajadora de Iveco que se suicidó tras la violencia que sufrió en su entorno laboral por la filtración de un vídeo íntimo.

 

Con un tono contenido, diálogos inteligentes y una realización cuidada, medida al milímetro, con una puesta en escena deudora del cine europeo, capaz de mostrar Bilbao en todo su esplendor, y con una banda sonora omnipresente, la serie tiene una habilidad especial para mostrar los males del patriarcado sin caer en maniqueísmos. Además del guion y la dirección, lo más destacable de Intimidad es el reparto, seis actrices mayúsculas capaces de explotar todos los matices de sus personajes. Itziar Ituño se pone en la piel de Malen, la política imparable que se convierte en víctima, pero sabe cómo levantarse; Verónica Echegui está notable como Ane, una víctima sobrepasada por su entorno y que deja a su hermana, interpretada con hondura por Patricia López-Arnáiz, desamparada, impotente, con la culpabilidad de quien no ha sabido, no ha podido ayudar; Ana Wagener, siempre brillante, es la policía empática que entiende lo difícil que es para las víctimas reconocerse como tales y, por tanto, defender sus derechos; Emma Suárez está enorme como una política sin escrúpulos y, la más joven, la magnética Yune Nogueiras, es la hija de Malen, víctima colateral de la difícil situación de su madre.

 

La serie sienta a la sociedad delante del espejo y la obliga a reflexionar: ¿por qué a las mujeres se las castiga cuando es su intimidad la que se ve vulnerada? ¿Por qué muchas veces se las juzga cuando son ellas las víctimas? ¿Por qué los hombres no se ven sometidos a este tipo de vejaciones? Una serie que consigue brillar en un catálogo atiborrado de producciones, muchas de ellas demasiado parecidas entre sí, conservadoras, poco valientes. Y lo consigue por necesaria, por inteligente, por poner el dedo en la llaga y enseñarnos que aún nos queda mucho que aprender como sociedad. Porque, lo primero, siempre, es defender a la víctima.

           

           

           

           

           

           

                        

                

Elisa Ferrer (L'Alcúdia de Crespins, València, 1983) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia y diplomada en guion cinematográfico y televisivo por la ECAM. Obtuvo el Premio Tusquets en 2019 con su primera novela, 'Temporada de avispas'. También es autora (2014) de un ensayo sobre 'The Royal Tennenbaums', de Wes Anderson

       

       

       

       

       

       

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