‘Furia española’, solo tras la muerte del dictador
JAVIER OCAÑA
La muerte de Franco salvó a variadas películas de la invisibilidad. Una de ellas, Furia española, dirigida por Francesc Betriu en 1974, aún con el dictador en vida, intentó primero la típica picaresca de la época para llegar a buen puerto: presentar un guion diferente de lo posteriormente rodado. Sin embargo, la Junta de Censura, tras el visionado del filme –y según desvela el historiador y crítico Mirito Torreiro en el libro Antología crítica del cine español–, encontró nada menos que 58 diferencias entre el guion y la película ya terminada. Consecuencia: denegación del permiso de exhibición, con lo que hubo que esperar al deceso de Franco para poder estrenar, ya en el mes de septiembre de 1976.
La prohibición inicial de la película, una comedia de aire provocador, cercana al esperpento, en la que se mezclaban el fútbol, la política, el sexo y la crítica social, protagonizada por Cassen y Mónica Randall, provocó incluso un escrito de protesta, firmado por 33 críticos de cine de Madrid y de Barcelona, y sacado a la luz por la prensa más valiente. El franquismo agonizaba y las cosas comenzaban a cambiar.