Mejor actor de reparto
David Verdaguer
Algo tan serio como jugar
Pese a que la comedia le ha concedido una muy merecida fama, cultivada desde hace muchas temporadas tanto en programas y series de televisión como en teatros de Cataluña, a estas alturas ya nadie discute que David Verdaguer (Girona, 1983) es un espléndido actor de drama. Y este Goya, conquistado en dura competencia con una terna de tronío que completaban Antonio de la Torre, José Mota y Bill Nighy, así lo acredita sobradamente.
En la piel de Esteve, el contenido pero juguetón tío y segundo padre de la pequeña Frida en Verano 1993, envuelto en todo momento en acordes de jazz, el camaleónico Verdaguer redondeó la atmósfera intimista y natural que Carla Simón anhelaba para su autobiográfico debut. Tres años atrás ya sobresalió por similar destreza en otra ópera prima, aquellos 10.000 kilómetros de Carlos Marques-Marcet, la cual le brindó una primera nominación a los Goya en la categoría de mejor actor revelación.
Parece tener claro que, tanto para la risa como para la lágrima, resulta imprescindible tomarse este trabajo de verdades y mentiras como un juego. Así lo subrayaba con vehemencia en una entrevista que concedió a AISGE el pasado verano. Y en su noche más hermosa, con el trofeo entre las manos, volvió a insistir en una idea muy seria: “Es necesario tomarse este oficio con sentido común y sentido del humor”.