Icíar Bollaín, premio de la Semana de la Crítica de Cannes
JAVIER OCAÑA
Había sido una actriz adolescente histórica en nuestro cine, y le había marcado su interpretación de la hija de padre ausente en la extraordinaria El Sur (Víctor Erice). Pero con 28 años decidió pasarse al otro lado de la cámara, el de la dirección, con Hola, ¿estás sola? Icíar Bollaín iniciaba en 1995 una nueva etapa artística dominada por las historias de mujeres, que la llevaría al mismísimo Festival de Cannes con su segunda película: Flores de otro mundo (1999). En la Semana de la Crítica, una de las secciones paralelas del certamen, dedicada a primeras y segundas obras, convenció a los especialistas desplazados hasta la ciudad francesa, que le otorgaron el primer premio de dicha sección.
Construida a partir de experiencias reales, Flores de otro mundo era una cinta de guion circular sobre las caravanas organizadas en diversos pueblos de la España abandonada con la intención de emparejar a hombres solteros con mujeres voluntarias. El filme se considera en muchos sentidos un antecedente de su película más emblemática, la posterior Te doy mis ojos, pues una de sus tramas ya trataba la violencia machista.
Flores de otro mundo era sobre todo una historia de personajes, apasionantes los seis principales, cada uno con su verdad (y alguno con su mentira), aunque destacaba además por el tratamiento del paisaje humano adyacente: cómo los amigos, las suegras y las comidillas del pueblo pueden ejercer la peor influencia para algo tan individual como el cariño y el amor.
“Venir a Cannes era ya un premio, pero obtener este galardón lo es todavía más”, dijo Bollaín. Tuvo que regresar precipitadamente a la ciudad francesa, puesto que se encontraba en Madrid tras presentar su cinta algunos días antes.