ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS

Después de éxitos como El mejor verano de mi vida y Litus, Dani de la Orden se ha convertido en todo un especialista en la comedia romántica. Hasta que la boda nos separe (remake de la película francesa La wedding planner) sigue esa fructífera senda. Rodada en localizaciones de Tenerife y Madrid, protagonizan la cinta los expertos comediantes Belén Cuesta, Álex García y Silvia Alonso, en una producción de Atresmedia Cine y Álamo Producciones Audiovisuales. 

   Marina (Belén Cuesta) se gana la vida organizando bodas. Disfruta de una soltería sin ataduras ni compromisos. Hasta que conoce a Carlos (Álex García), con quien pasa una noche de amor. No dan importancia a ese encuentro sexual, pero resulta que él tiene novia, Alexia (Silvia Alonso), amiga de la infancia de Marina, y descubre entre las cosas de Carlos la tarjeta de visita ella, lo cual interpreta como una propuesta de matrimonio que acepta.

   Reciente Goya a la mejor actriz por La trinchera infinita (Aitor Arregi, Jon Garaño, Jose Mari Goenaga), Belén Cuesta ha destacado en La llamada (Javier Ambrossi y Javier Calvo) o Ventajas de viajar en tren (Aritz Moreno). “El personaje de Belén tendrá que decidir si se arriesga o no a abrir su corazón a alguien por primera vez”, señala De la Orden. Álex García ha gozado últimamente de gran éxito con Si yo fuera rico (Álvaro Fernández Armero), aunque ya había logrado un impacto similar con Gente que viene y bah (Patricia Font). “Encarna a un arquitecto en horas bajas que puede conseguir el contrato de su vida gracias al adinerado padre de su novia”, describe el cineasta.

   Silvia Alonso, por su parte, es conocida por Durante la tormenta (Oriol Paulo) y Perdiendo el este (Paco Caballero). “Su Alexia lo tiene todo: guapa, cariñosa, comprensiva y con dinero. ¿Quién se resiste a eso?”, se pregunta De la Orden.

   Alrededor de este trío protagonista tenemos a Adrián Lastra (socio de Carlos/Álex García), también en Si yo fuera rico y la serie Velvet Colección. O a Mariam Hernández (compañera de trabajo de Marina/Belén Cuesta), en el reparto de El mejor verano de mi vida y la serie Gente hablando. A Gracia Olayo (la madre de Marina), la hemos visto en Superlópez (Javier Ruiz Caldera). Y Antonio Dechent (el padre de Alexia), acumula en su filmografía títulos recientes como Miamor perdido (Emilio Martínez-Lázaro) y Los Japón (Álvaro Díaz Lorenzo). “Quiere tanto a su hija que nadie es lo suficientemente bueno para ella. Y desde luego, según su criterio, el personaje de Álex García deja mucho que desear”, comenta el director.

   Colaboran especialmente en Hasta que la boda nos separe Salva Reina (guía turístico), Malena Alterio (chef), Antonio Resines (padre de la novia en otro enlace matrimonial) y el leonés Leo Harlem (el cura de la boda).

La condición humana

“Hasta que la boda nos separe es una comedia romántica que reflexiona con grandes dosis de humor sobre la crisis de los 30; ese momento en el que debes enfrentarte a tus miedos y decidir si vas a seguir alargando tu juventud o bien vas a crear tu propio camino”, afirma Dani de la Orden. Este joven cineasta, además de con los largometrajes mencionados, ya tuvo el favor del público gracias a El pregón. “La película nos propone un acercamiento a lo patético de la condición humana, a esas consecuencias de experiencias propias o de terceros que determinan nuestras vidas y cómo, tarde o temprano, acaban sacando a relucir lo peor o lo más escondido de nosotros. Y es que todo vale cuando uno trata de atreverse a ser como realmente es”, reflexiona el director. Es creador también de Barcelona, noche de verano y Barcelona, noche de invierno, así como realizador de tres temporadas de la serie de Netflix Élite.

   Nos lo pasamos bien con los malentendidos amorosos que se suceden en Hasta que la boda nos separe. A ello contribuye la experta dirección de Dani de la Orden y el encanto irresistible de Belén Cuesta y Álex García, sin olvidar a los excelentes personajes de reparto salidos de un guion escrito por Olatz Arroyo, Marta Sánchez y Eric Navarro. Nunca pasan de moda las comedias románticas. El amor, aunque no lo creamos, siempre está a punto de saltar a la vuelta de la esquina. De todo eso nos convence esta historia que nos pinta una sonrisa duradera.