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19-10-2015

 
Los estrenos del 23 de octubre



‘Mi gran noche’



LO INEQUÍVOCAMENTE SALVAJE
 
 

 
 
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Cada nueva película de Álex de la Iglesia es uno de esos acontecimientos que el público espera con ansiedad. Así sucede con Mi gran noche, una gran producción de Enrique Cerezo que sirve para, entre otras cosas, homenajear a Raphael, el astro de la canción, en activo y en forma tras 50 años de carrera. Nos vamos a encontrar con una comedia desaforada, adrenalítica y un poco perversa.
 
   Como sucede desde hace ya bastantes años, los mejores intérpretes de nuestro cine están ávidos de intervenir en los filmes del director de La comunidad (2000). Ya lo dijo Hugo Silva,  protagonista de la anterior película de De la Iglesia, Las brujas de Zugarramurdi, y que también colabora en Mi gran noche: “Si Álex me llama, le digo que sí”. Son de la misma opinión muchos de los nombres que se asoman y ennoblecen la cinta: Mario Casas, Terele Pávez, Carolina Bang, Carlos Areces, Santiago Segura... Todos dan lo mejor de su arte y se suben a la montaña rusa de sensaciones y propuestas que el realizador vasco les ha sugerido.
 
   Pero igualmente aparecen otros intérpretes que hasta ahora no habían pasado por la experiencia de un rodaje de De la Iglesia. Por ejemplo, las jóvenes Marta Guerras (en la serie La pecera de Eva) y  Marta Castellote (La cueva, de Alfredo Montero), dos chicas modernas que beben los vientos del ídolo de masas al que da vida Mario Casas. Otra sorpresa es la intervención de Daniel Guzmán en el papel de un policía municipal un tanto ambiguo. A este reconocido actor le sonrió además la fortuna como cineasta en A cambio de nada, película triunfadora en el último festival de Málaga.
 
 
 

Raphael y Álex de la Iglesia, en un momento del rodaje

Raphael y Álex de la Iglesia, en un momento del rodaje

 
 
   Ahora bien: si hay un nombre que capta la atención en este filme, ese es, sin duda, Raphael, de vuelta a la gran pantalla tras 40 años de ausencia. El de Linares se mete en la piel de Alphonso, una altiva megaestrella de la canción. “Mi regreso no ha podido ser mejor. Qué gran director es Álex y qué compañeros tan fantásticos he tenido: los que quiero como hermanos”, resume el temperamental artista Linares. No menos contento se muestra De la Iglesia con él. “Hay pocas personas tan amables y tan trabajadoras. Por lo menos, yo no las conozco”, expone el autor de Balada triste de trompeta (2010), una de sus obras más ambiciosas. En cintas anteriores, De la Iglesia ya dio la campanada adjudicando papeles estelares insospechados: el de José Mota en La chispa de la vida (2011) o el llorado Álex Angulo en El día de la bestia (1995).
 
Delirio visual
En Mi gran noche se suceden situaciones absolutamente delirantes, como el juego lésbico que protagonizan Carmen Machi y Carmen Ruiz, ambas encarnando a las realizadoras ficticias de la gala de fin de año que ilustra la película. O la desesperación de Luis Bermejo, el regidor del programa, que no puede meter en cintura al rebelde público contratado para dar ambiente al especial. También es digno de mención el gracioso personaje de gafe de Blanca Suárez, que ya ha provocado varios accidentes en los días de grabación, y su enamoramiento repentino del que parece que va a ser su próxima victima, Pepón Nieto, un hombre apocado, dominado por su beata madre: Terele Pávez. “Ha sido un honor poder contar con un reparto tan extraordinario. Con algunos ya había trabajado, pero no menos satisfecho estoy de los nuevos: Ana Polvorosa, Luis Fernández, Antonio Velázquez o Tomás Pozzi”, anota De la Iglesia
 
 

Hugo Silva y Carolina Bang

Hugo Silva y Carolina Bang

 
 
   Si en sus primeras películas, Acción mutante (1992), la mencionada El día de la bestia, Perdita Durango (1997) o Crimen ferpecto (2004), estaba más inclinado a seguir la estética del cómic, De la Iglesia ha ido después adoptando una vena mucho más cercana al guiso español en el que todos nos cocinamos día a día: el esperpento. Continúa así la fértil senda de Luis García Berlanga o, con más amargura, Fernando Fernán-Gómez. “Lo grotesco, la exageración, se nos presenta delante de nuestros ojos atrapado en ese mundo cerrado de un plató de televisión, como una propuesta separada, sin mancharnos con subjetividades. No ofende, porque no nos pertenece”, reflexiona el director nacido en Bilbao. 
 
   Mi gran noche es un espectáculo avasallador en el que casi no tenemos tiempo de disfrutar de las tramas y subtramas que han preparado De la Iglesia y su guionista, Jorge Guerricaechevarría. La intención es que gocemos de lo inequívocamente salvaje. Así que relajémonos para abandonarnos en las manos del genial cineasta viviendo nuestra gran noche.
 

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