ANECDOTARIO
La religión de Olea y la abuela de Armiñán
Pedro Olea y Jaime de Armiñán echaron mano de anecdotario en la presentación de la muestra para salpicar al respetable con un toque cómico y afectivo. “Yo soy devoto de José Luis. Yo soy de la religión de López Vázquez”, dijo Olea, quien dirigió al actor, entre otras películas, en El bosque del lobo (1971). “Se hizo unos dientes, una peluca… Y qué ojos tenía. Los ojos de López Vázquez eran como los de Bette Davis”.
Jaime de Armiñán estuvo socarrón para deleite del respetable: “En los homenajes hay que hablar del homenajeado, pero en realidad todo el mundo quiere hablar de sí mismo. Bueno, pues yo quiero hablar de mi abuela. Ya veré dónde meto a López Vázquez”. Tras hablar de su abuela, la actriz Carmen Cobeña, Armiñán contó alguna anécdota de Mi querida señorita (1971), obra cumbre de López Vázquez en la que da vida a Adela Castro. Primero narró Armiñán las largas que dio al actor para que no abandonara el proyecto. Porque López Vázquez intentó zafarse del papel protagonista una vez que ya lo había aceptado.
El cineasta relató luego el efecto que le causó ver en su propia película la escena en que Adela Castro visita al médico. “Esa transición cuando no es ni hombre ni mujer… esa mirada enamoró a George Cuckor. ¿Y a quién se debe eso? A José Luis López Vázquez. ¡Y además era pintor!”.