Jaume Ripoll
“Los términos ‘contenido’ o ‘consumir’ denigran el valor de las obras”
El cofundador de Filmin explica por qué es la plataforma mejor valorada en España: la amplitud de un catálogo que se renueva constantemente y en el que también hay producciones propias, una usabilidad que siempre tiene en cuenta al espectador y la proximidad con que se le trata
ESTELA BANGO
FOTOS: PAU FABREGAT
Imaginamos fácilmente a Jaume Ripoll (Palma de Mallorca, 1977) recomendando películas en un videoclub. Él se crio rodeado de VHS en uno de esos negocios hoy casi extintos, el que regentaba su familia. Ahora traslada su experiencia al público a través de la plataforma de streaming mejor valorada en España: Filmin.
- ¿Cómo se embarcó en la creación de la primera plataforma de visionado en streaming en España?
- Nació hace 17 años en el seno de Cameo, entre Juan Carlos Tous, José Antonio de Luna y yo. Mientras estábamos trabajando en la distribuidora nos planteamos cuál sería el siguiente paso. Internet estaba cambiando el panorama de la distribución musical e intuimos que sucedería lo mismo en el ámbito del cine.
- Hace un año publicaba su libro Videoclub, las películas que cambiaron nuestra vida. ¿Son las plataformas la evolución natural de los videoclubes?
- Muchos de los que trabajamos en Filmin somos gente procedente del videoclub, que trabajó en videoclubes o en la distribución. Tanto Juan Carlos [Tous] como José Antonio [de Luna] y yo venimos de ese mundo y trasladamos a la navegación en una plataforma parte de la sensación que teníamos cuando íbamos a un videoclub. Es cierto que las plataformas son el siguiente paso, pero van más allá: no se reducen solo a la idea del videoclub, sino que incluyen el territorio de la televisión. Aúnan la experiencia de videoclub con la experiencia televisiva tradicional.
- En las plataformas (y no es el caso concreto de Filmin) se aprecia cierta tendencia al producto más que a la obra, ¿no?
- La tendencia a hablar de producto ya viene determinada por las palabras que solemos utilizar. ‘Contenido’ o ‘consumir’ son términos que denigran el valor de las obras. Las obligaciones económicas nos llevan a obviar que detrás de una película ha habido mucho esfuerzo de numerosas personas, y que a esas personas no solo les ha movido el dinero, sino también el hecho de tener algo que contar. A veces el foco no lo tenemos que poner en la comercialidad, sino en el porqué de la obra en sí.
- Filmin se sale del mainstream: encontramos un catálogo inmenso de cine clásico, de cine independiente… ¿Cómo se compite con gigantes plataformas como Netflix, HBO o Disney+?
- Lo mejor de competir es tener una personalidad propia. Que cualquier suscriptor sepa que Filmin le ofrecerá algo específico. No creo que nuestra oferta esté lejos del mainstream; basta repasar en el catálogo la gran cantidad de películas ganadoras de Óscar, Globos de Oro, Goya… De alguna manera, son obras comerciales. Sin ir más lejos, Anatomía de una caída, La zona de interés o Vidas pasadas tuvieron extraordinario recorrido comercial en nuestro país. Sí es cierto que existe la noción de que Filmin ofrece calidad y diversidad. Quizá otras plataformas no ofrecen esto porque tienen otro tipo de identidad. Sin identidad resulta muy complicado sobrevivir.
- Ante el considerable consumo doméstico de cine, ¿corremos el riesgo de que se pierda la experiencia en salas?
- No. Yo soy cinéfilo de videoclub, de los que veían las películas dobladas y en formato 4:3. Ahora puedes verlas en su idioma y formato originales. ¿Cuánta gente que no tenía a su alcance obras relevantes las vio gracias a los videoclubes? Y ahora, más. ¿Cuántos nuevos espectadores, nuevos cinéfilos, se han forjado gracias a las plataformas? Filmin les permite acceder a filmografías relevantes de directores como Scorsese, Fincher, Spielberg, Lubitsch, Wilder o Hitchcock. En ese sentido, los espectadores de hoy son privilegiados.
- La OCU publica todos los años la opinión de usuarios de plataformas. Filmin siempre tiene la mejor valoración. ¿A qué cree que se debe?
- En primer lugar, a la diversidad del catálogo. Por otra parte, a que desarrollamos la usabilidad de la plataforma pensando en nuestra visión como espectadores. Es decir, que encontrar películas no sea tiempo perdido, sino tiempo invertido. Por último, a que somos próximos al cliente: respondemos con rapidez si nos escriben, les tratamos con cercanía… Y ofrecemos mucho constantemente, mientras que otras compañías tienen como punto fuerte una decena de estrenos potentes al año, con una oferta menor el resto del tiempo.
- Mencionaba detalles que dan valor añadido a la interacción del usuario con la web. Uno de ellos es la revista The Filmin Times.
- Tengo esa sensación agridulce de lo que pudo ser y no fue. El proyecto estaba destinado a tener impacto muy positivo en los centros formativos del país y no ha sido posible. En cualquier caso, estoy orgulloso de lo que se consiguió: era una manera singular de hacerlo y obedecía a nuestro objetivo de innovar en la experiencia del espectador. Que la experiencia no sea “llego, veo un póster y veo la película”.
- Otra de esas iniciativas es el recomendador. ¿Cómo funciona?
- Es una combinación de tu historial de visionados y de cómo el equipo de Filmin etiqueta las películas en función del estado de ánimo con el que considera que se corresponden. Las máquinas intervienen a la hora de relacionar aquello que has visto con aquello que hemos etiquetado nosotros. No obstante, en el proceso participan más humanos que máquinas.
- En 2021 Filmin dio el salto a la producción de series propias con Doctor Portuondo. Desde entonces ya ha estrenado Selftape o Autodefensa.
- Fue un proceso natural de maduración, de crecimiento. Empezamos a contribuir a la producción de largometrajes en España: Barcelona, noche de verano, Barcelona, noche de invierno, Samantha Hudson… Llegó el momento en que quisimos grabar nuestra primera serie original con Carlo Padial, con quien ya habíamos trabajado antes. El actor Jorge Perugorría tenía que ser el doctor Portuondo sí o sí. Y aceptó el papel. Los astros se alinearon y nos lanzamos. El resultado fue positivo y fuimos a más. Con Autodefensa el éxito fue mayor porque ganamos numerosos festivales internacionales y se ha vendido a diferentes países.
- ¿Cómo surge esta idea de festival híbrido, parte presencial, parte online, del Atlántida Film Fest?
- El éxito de esta edición ha sido impresionante: 40.000 espectadores, la presencia de Michael Douglas, Liv Ullmann, Matt Dillon y Juan Antonio Bayona, crecimiento del 20 por ciento en la parte online… Atlántida nació como Filmin. Si creamos la plataforma con el planteamiento de qué sucedería con la distribución doméstica, el certamen surgió hace 14 años con esta pregunta: “¿Qué ocurrirá con los festivales?”. Nos interesaba qué importancia tendría lo virtual en los concursos cinematográficos. Los cinco primeros años apostamos por un festival totalmente online, mientras que en las siguientes entregas ya mutamos a la fórmula híbrida. Ello nos permitiría llegar a más público. Lo que posibilitaba Internet es que los espectadores descubrieran en verano títulos que difícilmente verían en otra época del año.