“Siempre me ha gustado asustar”
Una película que le dé miedo.
De niño lo pasé fatal viendo El resplandor. Y también con El Exorcista, Pesadilla en Elm Street, El Ente… Ahora no me da miedo ninguna. Y mira que lo intento. Me las pongo solo en casa, a oscuras, y nada.
¿Ha asustado a mucha gente sin querer?
Pues sí. A lo mejor, saliendo de un baño en un bar o de un ascensor, y encontrarse conmigo de frente… Pero he asustado mucho más queriendo. Siempre me ha gustado mucho. De pequeño a mis hermanos los tenía fritos en casa.
¿Terror psicológico o gore?
Como espectador, el psicológico. Ese es el difícil, el que te estremece solo sugiriendo.
¿Frankenstein o Pennywise?
Sería una mezcla. Mi lado humano tiene mucho que ver con Frankenstein, pero siempre he sido un poco cabrón [risas].
¿Sueño o pesadilla?
Llevo toda la vida soñando y lo veo como una parte de mi trabajo. Vivo en el mundo de los sueños.
¿Qué le da miedo de verdad?
Hace algunas años viví una fase hipocondriaca, absurda, en la que me obsesioné con la muerte. Pero lo superé y cuando le pierdes el miedo a eso, ya no tienes miedo a nada. En todo caso tengo miedo al sufrimiento, o más aún, a la apatía. A perder la pasión por las cosas. Que todo te dé igual también puede ser peligroso.