“Es necesario que el cine español
vuelva a arriesgarse”
Acaba de cumplir 22 años, pero este madrileño acumula media vida (11) encarnando los papeles más diversos. Daniel Monterroso, artífice del grupo Nadir, le subió a los escenarios con El misterio de Duarte. A sus órdenes también recitó los versos de Amor loco (yo por vos y vos por otro) o bailó salsa en Sarao. “Yo era el único niño entre tanto adulto y mi padre me firmaba autorizaciones para ir representando funciones de pueblo en pueblo”, recordaba durante una entrevista. Simultáneamente, María Luisa García le dirigió en clásicos como El sueño de una noche de verano o La venganza de don Mendo, despachados por la Escuela de Arte Dramático de Las Rozas. En sus aulas le descubrió la prestigiosa agencia Kuranda, que acabaría seleccionándole para el grupo Caras Nuevas 2006, todo un aval a la hora de presentarse a Física o química. Su personaje de Fer, un adolescente gay alejado de cualquier cliché, le valió el aplauso del público: tiene un club de fans incluso en Francia, ha viajado hasta Moscú como abanderado de la serie y su asesinato ante la cámara revolucionó Twitter. Tras aquella hazaña de siete temporadas le hemos visto en Are you app?, una comedia online sobre la adicción a las nuevas tecnologías. Y próximamente llegará a TVE con Los misterios de Laura.
Su filmografía solo incluye una película, Doctor Infierno, pero ya presume de diez cortometrajes. La viuda, donde trabajaba junto a Neus Asensi, es quizás el más destacable. Almudena Monzú le convirtió en el estrafalario camello de Tu cubata detonante y se ha ganado la confianza de Roberto Pérez Toledo con Historia de una cama de noventa, Rotos o Mogollón de daño. Amante de la intimidad que ofrecen los espacios pequeños, desde 2011 su rostro es habitual en Microteatro por Dinero. Allí, además de protagonizar Carachina o La hipodérmica, se ha estrenado como dramaturgo y director gracias a Windsor, una historia de amor en llamas.
RUBÉN DEL PALACIO
− ¿Recuerda el momento particular en que decidió ser actor, y por qué?
− Después de mi primera clase de teatro, a la que me apuntó mi madre con diez años. Volví a casa emocionadísimo y deseando que llegara el próximo día. No tomé ninguna decisión por entonces, aunque sí empezó a dibujarse la idea.
− ¿Quién fue la primera persona a la que se lo contó, y qué le dijo?
− A mis padres. Me dijeron que adelante, que estudiara. Y me acompañaron a todas y cada una de las clases de interpretación, a todas y cada una de las pruebas... ¡A todo!
− Si el teléfono dejara de sonar, y ojalá que no, ¿a qué cree que se dedicaría?
− A aprender cosas nuevas, escribir e intentar levantar mis propios proyectos. Soy joven, pero sé que el teléfono no tiene por qué sonar siempre. Y tampoco es malo que no lo haga.
− ¿En qué momento de qué rodaje pensó: “¡Madre mía, en qué lío me he metido!”?
− ¡En más de uno! Hace años, diez minutos antes de presentar la clausura del Festival de Cine de Islantilla, empecé a preguntarme por qué me había metido en ese lío. ¡Con lo tranquilito que estaría yo entre el público! Luego resultó ser una de las cosas más divertidas que he hecho. Y también en algún corto que, evidentemente, no iba a ningún lado.
− ¿Cuál cree que es el principal problema del cine español, si es que ve alguno?
− Culpar a los demás de sus fracasos en vez de intentar mejorar.
− ¿Se le ocurre alguna solución imaginativa para paliarlo?
− Dejar de hacer cosas antiguas que no nos enseñan nada, no repetir hasta la saciedad algo que una vez funcionó. Es necesario volver a arriesgarse, permitir que el creador tome las decisiones que crea más adecuadas para su proyecto. ¡Son cosas lógicas!
− ¿A quién le devolvería antes la llamada, a Spielberg o a Woody Allen?
− Probablemente a Woody Allen, aunque llamaría a los dos.
− ¿Cuál fue el primer actor o actriz que le conmovió, que le dejó al borde mismo de la lágrima?
− El primero no lo sé, pero la que más, Sandra Oh.
− ¿Qué frase de película le gusta aplicar como leit motiv personal?
− “Cada una con lo suyo”, de Seis puntos sobre Emma, dirigida por mi amigo Roberto Pérez Toledo.
− ¿Qué largometraje ha visto tantas veces que se sabe los diálogos completos de alguna escena?
− Muchísimos: Volver, La Bella y la Bestia, Scream, Mujeres al borde de un ataque de nervios, American Beauty, Casi famosos…
− ¿Le gusta volver a verse en los filmes o series en los que ha participado?
− Sí, me gusta.
− ¿Cuál fue el último filme que no fue capaz de ver hasta el final?
− Ordinary people, de Robert Redford. ¡Poner películas cuando es muy tarde no es buena idea! [Risas]
− ¿Cuál es el primer consejo que le ha dado alguien cercano –ya sea del ámbito profesional o personal– para ejercer mejor la interpretación?
− No hay nada como una persona relajada y haciendo lo que debe hacer para que una escena tenga sentido.
− ¿Intuitivo o metódico? ¿En qué porcentaje?
− Soy bastante intuitivo, así que trabajo mucho para ser más metódico.
− ¿Qué canción o canciones escogería para ponerle banda sonora al momento actual de su vida?
− Origin of love, de Mika; From porn to rock, de María Lapiedra; To build a home, de The Cinematic Orchestra; y Capital, de Abraham Boba.
− Adelántenos, ahora que no nos escucha nadie… ¿Cuál es el próximo proyecto que se va a traer entre manos?
− Javier Ambrossi, Brays Efe y yo presentaremos, como autores y directores, Miss Fogones Universal. Será este enero en Microteatro por Dinero y tendremos un reparto maravilloso. La Tristura me llevará en febrero a La Cuarta Pared con El sur de Europa. Días de amor difíciles. ¡Y alguna cosa más!
− ¿Qué le gustaría hacer dentro de cinco minutos?
− Ver Breaking Bad.
− ¿Y dentro de cinco años?
− Hacer algo tan guay como Breaking Bad.
− ¿En qué otra época de la historia le gustaría haber nacido?
− En el futuro.
− Díganos qué le parece más reseñable de AISGE (si es que hay algo) y en qué aspecto le gustaría que mejorásemos (si es que hay alguno).
− ¡Que me hacéis el verano más fácil! [Risas] Con eso soy feliz. En cuanto a mejorar… ¿Paga ya la TDT?